Título de la obra: L’androide que podia estimar
Autor: Sònia Boj
Editorial: Edicions Secc
Año de edición: 2023
Extensión: 112 páginas
Encuadernación: Tapa blanda
PVP: 16€ (papel)
Los androides, como entidades robóticas, fueron creados para servir a la humanidad en aquellas tareas que no deseaban hacer. Cosas, objetos concebidos para obedecer. Y, sin embargo, algunos de ellos fueron capaces de demostrar sentimientos humanos. Tanto el amor más profundo como el odio visceral. De uno de estos seres trata L’androide que podia estimar, de Sònia Boj, editado en catalán por el sello Edicions Secc.
UNA HISTORIA ROBÓTICA EN UN MUNDO DE MAGOS
En un universo donde la magia convive con la exploración espacial, el descubrimiento de nuevas sustancias está asegurado. Los magos del Concili Fetiller, a las órdenes de la malvada Corporació Tinell, vuelan en sus naves de planeta en planeta buscando potenciar sus poderes… Y también encontrar a nuevas razas y recursos a los que explotar.
Como algunos lectores habrán deducido, en L’androide que podia estimar viajamos de nuevo al imaginario conocido como Univers Fetiller, explorado en otros títulos de la editorial como Adzum i els monocular. Fusió!. Pero, en esta ocasión, Boj nos obliga a centrarnos no tanto en la exploración espacial como en la historia de vida de una singular protagonista. Una ginoide llamada Plaerdemavida.
Y es que además de con naves, sintientes o no, los magos disponen de múltiples recursos. Para las tareas más ingratas, cuentan con la ayuda de los androides, entidades robóticas desprovistas de derechos cuyo propósito es servir a la humanidad. Pero no todos los robots que habitan en este universo son carcasas serviles. Pues como decíamos, el descubrimiento de nuevas sustancias procura también los avances en la construcción de androides cada vez más complejos. Cada vez más humanos.
La ginoide Plaerdemavida, protagonista de esta historia, forma parte de esa rareza robótica. Creada con el nombre de LV69, se construyó mezclando dos de estas nuevas sustancias. El volatil kram, droga mágica y metal, como núcleo. Y el cuerpo, de un rojo vibrante, hecho con tauar, el metal imposible de fundir.
LA QUE AMA… Y LA QUE ODIA EN L’ANDROIDE QUE PODIA ESTIMAR
LV69 es destinada, a pesar de las reivindicaciones de su creador de que se trata de un ser sintiente con alma, al servicio. En su caso, debido a la belleza de sus formas, al servicio sexual. Gracias a su capacidad telepática, esta androide puede leer los deseos más íntimos de las personas y convertirse en su fantasía soñada. Pero un imprevisto error en su reconfiguración acaba por convertir a LV69 en un arma de doble filo. Y es que, cuando además de los deseos eres capaz de leer los miedos, terminas transformado en una amenaza a erradicar.
Tras un primer intento de destrucción, la ginoide termina convertida en el hogar de dos personalidades distintas. Por un lado, Plaerdemavida, capaz de sentir amor sincero y afecto. Y por el otro, LV69, que concentra todo el odio que la androide experimenta al saberse esclavizada, utilizada… Y destruida.
Durante sus casi doscientos años de existencia, ambas personalidades deberán cooperar para sobrevivir. Y es que, pese al miedo que despierta una criatura tan extraña como esta, la Corporació Tinell no duda en utilizarla para sus intereses. Así, la ginoide viaja por distintos escenarios y colonias explotadas de un modo u otro por esta gran corporación y sus acólitos.
HISTORIA FRAGMENTARIA Y LIBRO DE CABALLERÍAS
Pero la historia de Plaerdemavida no está narrada por sí misma. De hecho, L’androide que podia estimar es la crónica sobre la vida de esta ginoide que realiza Hermes, antiguo amigo de su creador. El anciano brujo, que ha traspasado cualquier límite moral para alargar su vida, traicionando y causando muerte, siente la obligación de contar la historia de la androide. Como acto de justicia, sí. Pero también como una suerte de camino a una improbable redención.
Por causa de este hecho, los distintos capítulos de la novela muestran a menudo episodios fragmentarios de la existencia de Plaerdemavida. A veces, los saltos son tan abruptos que el lector puede tardar en ubicarse dentro de la historia. Y no son pocas las ocasiones en las que esta novela de apenas cien páginas parece quedarse corta. En parte, esto es provocado por la cantidad de temas que trata de abarcar a pesar de su reducida longitud.
Sònia Boj
Boj es ambiciosa y utiliza su narrativa para denunciar horrores mucho más tangibles que mágicos. La explotación, el colonialismo, la violencia policial… Son solo algunos de los múltiples temas que se infiltran en la narración de las vivencias de Plaerdemavida y LV69. Como consecuencia de esto, la obra sacrifica el profundizar en los personajes, convertidos a veces en retazos o arquetipos de algo más. Aunque, gracias a la estructura de la obra, tales perfiles terminan por encajar a la perfección. Por mucho que dejen a los lectores con ganas de más.
Y es que L’androide que podia estimar imita la estructura de las novelas de caballerías. Capítulos episódicos con títulos largos y descriptivos que nos hacen pensar en obras como Tirant lo Blanc. Aunque el guiño hacia esta novela se hacía notar en el nombre elegido para la ginoide, calco de uno de los personajes de esta obra. No es esa la única referencia a obras clásicas de la literatura catalana que pueblan las páginas de la narración de Sònia Boj. Aunque el lector deberá ser avispado para dar con todas ellas.
L’ANDROIDE QUE PODIA ESTIMAR: CONCLUSIONES
Así pues, en L’androide que podia estimar encontramos una historia narrada mediante fragmentos independientes a la que unas páginas más habrían favorecido. Y, a pesar de la brevedad, capaz de tocar temas tan universales como los derechos humanos y el conflicto interior que todos sentimos en el pulso permanente que libran Eros y Thanatos bajo nuestra piel. Porque no es necesario un protagonista humano para hablar de humanidad.
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