La ciencia ficción es un género que podemos encontrar en la literatura, el cómic, el cine y las series de televisión. Pero, ¿te has dado cuenta de que su impronta no solo se limita a esos medios? Matías Carnevale nos trae un interesante recorrido de la ciencia ficción en el rock. Así que ponte los auriculares, coloca tu asiento en modo anti-gravedad y disfruta de este viaje por la historia de la música.
Músicos muy diferentes entre sí incorporaron elementos de la ciencia ficción en sus carreras. Es el caso, por supuesto, de David Bowie: no solo fue el creador de la célebre “Space Oddity”, sino que participó en la cinta británica The Man who Fell to Earth. Y no podemos olvidar a Queen, cuya portada del disco News of the World está basada en la de Astounding Science Fiction de octubre de 1953. Ni tampoco a Joy Division con su burroughsiana “Interzone” o la ballardiana “Atrocity Exhibition”)
Otras bandas que se acercaron al género fueron The Ramones y su “Zero Zero UFO”, Daft Punk (“One More Time”, “Robot Rock”). Interesante es el caso del grupo de surf y garage rock Man or Astro Man?, que ha realizado toda una trayectoria abrevando en la Sci-Fi. Hacer un listado completo de grupos o solistas que incluyan tópicos de la ciencia ficción en su discografía sería material para un libro entero, de manera que me ceñiré a comentar algunos casos particulares del rock en inglés, de distintas épocas y géneros diversos.
Ya que se considera a la obra literaria homónima el punto de partida de la ciencia ficción moderna, comenzamos esta aventura cósmica, robótica, alienígena y demás con el extraño single “Frankenstein”, (1973) por Edgar Winter Group, un instrumental salvaje y por momentos funky, con una interpretación magistral de sintetizador por parte del líder albino del grupo, a la sazón hermano del guitarrista de blues Johnny Winter. Se dice que el beat de la canción es lo suficientemente monstruoso como para justificar el nombre del tema, aunque pareciera que otra vez confundieron a la pobre criatura con el egomaníaco Víctor.
Nuestra próxima parada es The Rezillos, con “Flying Saucer Attack”, del disco Can’t Stand The Rezillos (1978). The Rezillos es una banda punk con guiños hacia el arte teatral. Los miembros fundadores fueron alumnos de la Escuela de Arte de Edinburgo, y con marcada influencia del comic, las películas clase B y la música beat-pop de los años 50 y 60. En el mismo disco, el título de la frenética “Destination Venus” nos remite al clásico cinematográfico Destination Moon (Destino: la Luna), con guion de Robert Heinlein. Los platillos voladores a los que alude la canción elegida para este apartado son un tópico ineludible del cine de ciencia ficción de los cincuenta: desde Invasores de marte (1953) hasta La guerra de los mundos (del mismo año), por citar dos ejemplos clásicos. La letra resulta bastante obvia en su narración de una espeluznante invasión alienígena:
Una amenaza se acerca desde las estrellas
todos los horrores de Venus y Marte
mejor que todos busquen refugio
Cuando aterricen los platillos…
Rayos láser y proyectores gamma
no hay nada en la Tierra que nos proteja
Cuando lleguen del espacio,
nos van a freír vivos.
El año 1978 también vio el lanzamiento de un single crudo y monolítico de ciencia ficción y rock, obra de los ingleses The Stranglers, “Rok it to the Moon”. Si los Doors hubieran atravesado la revolución punk de fines de los 70, con la afinidad del movimiento por el neón, la televisión y las chaquetas de cuero, el resultado podría haber sido este machacante tema, idóneo para conmemorar el cincuentenario de la llegada del hombre a la Luna. Después de todo, ¿quién no quiere un cohete a la Luna?
Es turno de los B52s, con el sencillo “Planet Claire”, del disco The B-52s (1979). El tema, en parte, homenajea al de la serie policial Peter Gunn (1958-1961), compuesto por Henry Mancini, creador de sonidos que marcaron toda una época. La conexión de los B52s con los años cincuenta no es pura coincidencia: es resultado de un regreso, irónico en algunos casos y nostálgico en otros, de las producciones culturales de los ochenta (baste recordar que la primera entrega de Regreso al futuro muestra precisamente eso, una vuelta a los años cincuenta para corregir los defectos de los ochenta).
Llama la atención que las voces no entren hasta los dos minutos, lo que tal vez da tiempo al oyente para adentrarse en los sonidos misteriosos del planeta al que alude el título. Allí, el aire es rosa, “todos los árboles son rojos” y “nadie muere ni nadie tiene una cabeza”. Esto último—perder la cabeza–tal vez nos suceda al escuchar el tema.
Nuestro próximo tema de ciencia ficción y rock es de los estadounidenses The Cramps, “Human Fly”, del disco Bad Music for Bad People (1984). Lanzado dos años antes que la escalofriante película de Cronenberg La mosca, su versión del film de 1958 con el excelso Vincent Price, este rockabilly enfermizo, con sobreabundancia de reverb y un ritmo aplanador puede ser el próximo éxito para bailar en la celebración de Halloween en tu barrio. La letra describe los pormenores de ser una mosca humana: “tengo 96 ojos y un cerebro de basura…bzzz bzzz bzzz”.
Joe Satriani es considerado uno de los guitarristas más virtuosos del mundo, y se dice que es debido al álbum Surfing with the Alien, de 1987. En la portada —referencia al gran Jack Kirby mediante—nos enteramos que el nombre alude a uno de los personajes más enigmáticos, interesantes y poderosos del universo Marvel, Silver Surfer, un atribulado extraterrestre que en su historia de origen debe destruir nuestro planeta pero acaba volviéndose defensor de la humanidad. El tema homónimo que abre el disco es muestra de la capacidad instrumental de Satriani. Nunca sabremos si el sufrido pero ecuánime Norrin Radd hubiera bailado al ritmo de este tema.
Billy Idol grabó el álbum conceptual Cyberpunk en 1993, y probablemente se haya plegado una década tarde al subgénero. “Neuromancer”, un rock con bases electrónicas que debe su nombre a la novela de William Gibson, habla de una “era de destrucción y de olvido” en “un mundo de corrupción”, mientras que “Shock to the System” tal vez sea el himno reconocible del álbum. En este sencillo, lanzado poco después de los disturbios raciales de Los Ángeles de 1992, Idol, coincidentemente, relata una rebelión similar, que sucedió de noche en la misma ciudad. En el vídeo, el mismo Idol se transforma en un cyborg al estilo de Tetsuo: el hombre de hierro (1989) y acaba advirtiéndonos que “You could be king/I could be king”, lo que puede interpretarse como un juego de palabras entre “rey” y el apellido del taxista violentado brutalmente por la policía angelina, es decir, a todos nos puede pasar que los guardianes de la ley y el orden se ensañen con nosotros.
Sepultura, en el disco Chaos A.D. (1993) estalla en furia metálica y sonidos apocalípticos para advertirnos sobre los peligros de una tecnociencia desbocada. En “Biotech is Godzilla”, los brasileros conjugan violencia ludita, monstruos posnucleares japoneses y la preocupación que generó en los años noventa la introducción de organismos genéticamente modificados, en particular en el contexto de la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro (1992). Se dice que la letra es obra de Jello Biafra, de los Dead Kennedys, quien ya había apuntado sus cañones respecto de los usos malignos (bélicos en este caso) de la ciencia en “Chemical Warfare” (1980). Para una versión aún más violenta, conviene escuchar la versión de los también brasileros Ratos de Porao.
Al igual que Iron Maiden o bandas clásicas y con sonido thrash del heavy metal, Megadeth ha sabido tomar elementos propios de la ciencia ficción para sus composiciones. En “Hangar 18”, del disco Rust in Peace (1990), por ejemplo, Mustaine y sus muchachos echan mano a una conspiración gubernamental que pretende mantenernos ignorantes respecto de la vida alienígena, tema explorado en incontables obras de ciencia ficción. La confabulación es tan terrible que llega a la tortura de un pobre visitante interplanetario, según el vídeo del tema.
Uno de sus últimos discos, Dystopia (2016), explicita otra de las caras de esta influencia, dado que la distopía ha formado parte esencial de la ficción especulativa/científica. De este último disco tomé el tema homónimo, cuya letra puede describir tanto nuestro presente como una sociedad futura:
Dicen que lo que no conoces no te puede herir
si solo quieres vivir y morir en una jaula
el pánico y el caos abundan en las calles
donde los pensamientos de paz son inútiles y resistidos con rabia.
Los sueños de volver a la Luna (o llegar por primera vez, según el grado de conspiranoia que uno tenga) han vuelto a ser relevantes, hecho que tal vez se vea reflejado en el nombre que eligió para su último disco el grupo inglés Arctic Monkeys: Tranquility Base Hotel and Casino (2018). Si las canciones del heavy metal han previsto un futuro desolador, para estos jóvenes la Luna parece ser una suerte de paraíso terrenal irónico con casinos y hoteles. En “Science Fiction”, la letra habla sobre “reflejos sobre la pantalla/de sociedades extrañas” y “pánico en masa en una colonia de un futuro no muy distante”. Por cierto, la idea de un casino lunar ya había sido explotada en Luna cero dos, film de la Hammer de 1969.
CODA: Para finalizar este recorrido musical—y literario-cinematográfico– de ciencia ficción y rock, me despido con la parodia interpretada por Rachel Bloom: “Fuck Me, Ray Bradbury” (“Fóllame, Ray Bradbury”) ya que, después de todo, no debemos tomarnos demasiado en serio ningún género. Estrenado en 2010, el vídeo pronto se volvió una sensación de Internet por su letra lujuriosa pero cómica. La canción fue nominada en 2011 al Premio Hugo a la Mejor Presentación Dramática, y la leyenda sostiene que el mismo Bradbury alcanzó a escucharla, a sus 90 años. Como alguien que empleó el humor a lo largo de su extensa y brillante carrera literaria, pudo apreciarlo en el explícito homenaje que la humorista le dedicó.
Un artículo de Matías Carnevale.
Imagen destacada: Marco Plouffe
Y tú, ¿Has disfrutado del viaje? ¿Conoces más ejemplos de ciencia ficción y rock y te atreves a ampliar esta lista?
6 comments
Vualaaa, un artículo genial, muchas gracias por tu trabajo!!!
Genial el articulo me lo paso Di Piace para su ciclo de rock y literatura.
Yo agregaria Pantalla del mundo nuevo de Riff, el disco Flash Gordon de Queen y el tema Platillos voladores de Los Twist muy parecido al sonido de The Rezillos.
¡Gracias!
Gracias, Norberto! Voy a buscar el tema de los Twist. Por cierto, fueron bastante vanguardistas en Argentina en su momento.
Leí el título, y no pude dejar de pensar en el tema de Iron Maiden, «To tame a land». Luego de muchos años de escucharlo descubrí que hacía referencia directa a Dune de Frank Herbert.
Excelente artículo!
La ciencia ficción es un tema recurrente en el rock progresivo. Rick Wakeman (ex de Yes y precisamente teclista de Bowie en Space Oddity) tiene varios discos centrados en esta. Algunos de su primera época son No Earthly Connection o Journey to the Centre of the Earth; otro, de este mismo año, se llama The Red Planet. Al mismo grupo, YES, le podemos escuchar el tema Starship Troopers (que ojalá hubieran metido en algún punto de la película, da igual cómo ^^).
También tenemos a Rush, con su 2112, que aparece en un lugar de honor en la novela Ready Player One, no así en la película, como tantas otras cosas del libro.