Título de la obra: Editoras de lo extraño: una historia cultural de editoras de lo fantástico
Autores: Amparo Montejano y José R. Montejano
Editorial: Dilatando Mentes
Año de edición: 2023
Extensión: 230 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP: 20,95€ (papel)
Tal vez no haya voces más autorizadas que las de Amparo y José R. Montejano, ambos alma mater de la revista digital El Círculo de Lovecraft, para adentrarnos en el mundo del weird y los enredos editoriales. Porque las revistas pulp son solo el pico del iceberg de unos imperios editoriales en los que a menudo solía faltar financiación y que salían adelante gracias a la cabezonería y al empuje de colaboradores y editores. Y gracias a este ensayo nos enteramos de que, en muchos casos, eran mujeres.
Amparo y José R. nos acompañan por un recorrido que comienza con las revistas pulp, tan famosas en los años veinte en Estados Unidos. Impresas en pasta de papel barata (pulpa), estas publicaciones trasladaban a los obreros que salían de las fábricas historias truculentas y horribles, generalmente acompañadas de portadas en las que aparecían mujeres ligeras de ropa. No pedían mucho más, solo que les entretuvieran después de jornadas maratonianas trabajando. Como eran baratas, solían circular de mano en mano.
No obstante, algunas de estas revistas llegaron a alcanzar cierta notoriedad y llegaron a ser referentes del género, como es el caso de Weird Tales, que de la mano de Farnsworth Wright publicó a H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, August Derleth, Frank Belknap Long, etc. Además, era una de las que mejor pagaba en la fecha. No obstante, el párkinson de su director obligó a cambiar el equipo y terminó con una mujer al frente.
El fenómeno de las revistas de aficionados (no debemos olvidar que fueron años dorados para el periodismo amateur en Estados Unidos) se produjo en otros campos como la ciencia ficción. A raíz de la creación del club de los Futurians, que se dedicaban a debatir las obras que aparecían en los años setenta y llegaron incluso a compartir domicilio, se crearon publicaciones sobre el tema. Invariablemente, los grupos, editoriales o no, seguían el mismo esquema. Primero era un hombre el que se ponía al frente y, cuando comenzaba a haber problemas, solía cambiarse el equipo, donde podía aparecer una mujer. En este caso era fuertemente denostada y tenía que trabajar el doble que sus compañeros masculinos para poder salir adelante. Eso sin contar que tenía que aguantar el machismo y la cerrazón de mente de todos aquellos que opinaban que la ciencia ficción no era para mujeres.
Dos factores vinieron a cambiar algo este hecho. En primer lugar, que las mujeres demostraron que podían ser igual de capaces que sus colegas masculinos a la hora de llevar una revista o editorial y, en segundo lugar, la aparición de escritoras de ciencia ficción como Joanna Russ, Octavia E. Butler o Margaret Atwood. Estas autoras no solo se limitaron a narrar historias de corte más o menos fantástico, sino que rompieron algunos de los tópicos del género y situaron problemas actuales en mundos perdidos, como es el caso de los conflictos raciales o de género. El mejor ejemplo es Ursula K. Le Guin con La mano izquierda de la oscuridad.
Editoras de lo extraño también nos hace un recorrido histórico por otros países, como es el caso de la Revolución China de Mao y de los efectos que tuvo en la ciencia ficción china, que se encontraba en estado embrionario, pero que ha dado lugar a productos muy interesantes, como podemos ver hoy en día. Muchos autores se exiliaron ante la represión sufrida y aprendieron métodos de comercializar las obras en occidente. De todo ello salió un crisol muy interesante que daría como resultado la celebración de las primeras convenciones del género en China.
No podemos caer en la tentación de adjudicar todos estos logros a las editoras de lo extraño, pero sí reconocer que, sin su punto de vista, su valentía en muchos casos a la hora de apostar por autores casi desconocidos o la preparación de antologías de relatos para acercar lo mejor del género a sus seguidores y a las nuevas generaciones de lectores, tal vez no conociéramos con propiedad a muchos creadores.
El ejemplo más claro lo tenemos en April Derleth, hija de August Derleth. A la muerte de su padre, creador junto a Wandrei de la editorial Arkham House, era menor de edad. Pero contó con la ventaja de haber visto desde pequeña cómo se dirigía un negocio editorial, ya que su padre trabajaba en casa. Por esta razón, cuando se hizo cargo de Arkham dejó un poco de lado los autores canónicos con los que trabajaban los editores originales (recordemos que Derleth la fundó con el único fin de publicar las obras de su maestro y amigo H.P. Lovecraft, pese a su mala fama por haber sistematizado los Mitos y las voces en contra que dicen que prácticamente extorsionó para hacerse con los derechos del de Providence), abrió camino a nuevas voces.
Sobre esto y mucho más podéis leer en Editoras de lo extraño, un libro muy interesante, con el que podemos aprender mucho y que sin duda hará las delicias de todos los aficionados al terror, la fantasía, la ciencia ficción y otros géneros afines. Pero que también gustará a todos los amantes de la literatura.