¿Quién es Esteban Bentancour y qué le hizo empezar a escribir?
Supongo que la respuesta corta a ambas preguntas es que, desde niño, soy un ratón de biblioteca. Sé que suena a tópico, pero estoy convencido de que a todos los que nos apasiona escribir nos motivan las ganas de interactuar con los libros. Al principio, obviamente, escribir parte de la necesidad de contar las historias que no hemos leído… o de expandir las que nos han fascinado. Pero luego, y creo que este es el paso más importante, escribir surge de la necesidad de dialogar, por medio de lo que escribes, con aquello que lees. Primero imitando, luego reinterpretando y, por último y con algo de suerte, hallando tu voz en la conversación.
Tu relato publicado en Windumanoth, «Los últimos días de Madrid», sucede en un futuro no tan lejano, donde seguimos los pasos de una bibliotecaria mientras un apocalipsis climático se desata sobre la ciudad y sus habitantes. ¿Cómo se te ocurrió la idea? ¿Qué buscabas transmitir?
El relato surgió a raíz de un proyecto mayor. Hace unos años escribí una trilogía (inédita a día de hoy) en la que la primera novela es una proyección de nuestra sociedad tras el colapso climático, la segunda propone una sociedad alternativa, una «utopía ambigua» en palabras de Le Guin, y la tercera plantea el enfrentamiento de ambas sociedades. La protagonista del relato, Natalia Tomé, es un personaje importante en la segunda y tercera novela, pero, a la hora de escribirlo, me estaba costando horrores dar con su voz.
Así que decidí dejar la novela unos días y relatar, como una historia independiente, su «momento fundacional», el hecho que había marcado su personalidad años antes de lo que se cuenta en el libro. La primera versión del relato la escribí en forma de diario y narraba en primera persona lo vivido por Natalia. Para la novela fue muy útil, logré entender al personaje, pero como cuento no me convenció.
Por suerte, pasados unos años, releí la historia y se me ocurrió darle un giro: en lugar de presentarle al lector los diarios de Natalia, me imaginé a un historiador que, tiempo después de lo sucedido, relata en un artículo académico los días previos a la evacuación de Madrid a partir de los diarios de Natalia. Enfocada de ese modo, su experiencia, dentro del relato, se convierte en una «historia mínima» dentro de la tragedia colectiva que supone la caída de la ciudad. El objetivo del cambio era brindarle realismo. Espero haberlo conseguido.
¿Esta ha sido tu primera incursión en la literatura de género? ¿Es una excepción en tu carrera o tienes planes de seguir escribiendo fantasía, ci-fi o terror?
De las seis novelas que he escrito hasta ahora, una es de terror psicológico (o real, según se mire), cuatro son de ciencia ficción y una es de género realista. Y mi siguiente proyecto es una novela de terror sobrenatural. No descarto, en un futuro, escribir más novelas realistas porque creo que cada género dispone de un conjunto de herramientas que le son propias y que te permiten abordar ciertos temas con mayor facilidad. Además, si te apetece explorar muchos temas a la vez, siempre puedes mezclar elementos fantásticos con otros realistas.
Dicho esto, reconozco que mi corazoncito suele tirar hacia el fantástico. En especial, hacia la ciencia ficción y el terror.
¿Qué otras obras tuyas podemos encontrar en el mercado? ¿Y en proyecto?
En 2009 publiqué mi primera novela, Los ojos que miran, con Temas de Hoy. Sin embargo, como no está disponible en versión digital, no sabría decir cuán fácil será encontrarla en estos momentos.
Como comentaba más arriba, desde entonces he escrito otras cinco novelas, pero todas siguen inéditas. Y en cuanto a proyectos: acabo de empezar una novela de terror sobrenatural que hace tiempo que vengo perfilando.
Aparte de escribir, también participas en el pódcast Tryperion y diriges el pódcast Visión prospectiva. ¿Cómo influye esta faceta de tu vida en la escritura?
Tryperion es la excusa que nos hemos inventado un grupo de amigos (o, para ser preciso, que un grupo de amigos se inventaron y a la que luego me invitaron) para reunirnos y pasarlo bien charlando de lo que nos gusta; es decir: de libros, películas, series, cómics y videojuegos de ciencia ficción, fantasía y terror. Y, de paso, para poder entrevistar a los autores que admiramos.
El podcast Visión prospectiva es la continuación natural del blog que abrí en 2017. Las reseñas literarias que solía colgar rondaban las 3.000 palabras, una extensión que por entonces era habitual, pero que a día de hoy ya nadie lee. Sin embargo, esa extensión da lugar a episodios de podcast de unos treinta minutos: una duración perfecta en ese formato. De momento estoy recuperando, editando y grabando todos aquellos artículos. Pero no descarto, más adelante, volver a escribir reseñas y pasarlas, directamente, a este nuevo formato.
¿Nos recomiendas un libro de género?
En esta pregunta voy a hacer trampa y os voy a recomendar un libro de cada género.
De ciencia ficción: La casa de caramelo, de Jennifer Egan. Una novela que es de ciencia ficción (presenta un novum clarísimo, se desarrolla en una realidad ucrónica y, por si fuera poco, emplea la estructura del fix-up, típica de este género), pero que en la mayoría de sus relatos narra anécdotas realistas. Lo genial de la novela es que, en lugar de explicarnos la tecnología disruptiva que plantea, la muestra a través de la estructura que interconecta las historias y a sus personajes.
De fantasía: La glándula de Ícaro, de Anna Starobinets. Una colección de cuentos magistral que acaba de recuperar Impedimenta.
Y, de terror: «Esto no es para vosotros y otras historias», de Gemma Files. Siete relatos tan bien construidos y con una ambientación tan cuidada que, en otras manos, cada uno de ellos daría para una novela. Si te gustan, tengo entendido que La biblioteca de Carfax pronto sacará otra recopilación de la autora.
Si disfrutas de Windumanoth, te invitamos a valorar el apoyarnos en Patreon, puedes hacerlo desde tan solo 1 € al mes. Echa un vistazo a nuestras recompensas y considera unirte al grupo de amigos que hacen posible que este proyecto exista.