¿Quién es Erika Cipré y qué le hizo empezar a escribir?
Soy una educadora infantil de vocación, nacida en el 79, que ejerce de manera ocasional. Llevo escribiendo desde pequeña. De hecho, recuerdo que lo que me motivó a hacerlo fue que algunas historias que leía se me quedaban escasas. Es por eso que las reescribía a mi manera, añadiendo personajes, eliminando los que no me gustaban o inventando finales alternativos. Así fue como descubrí una de las armas más poderosas contra la soledad.
Sin embargo, no fue hasta que nació mi hijo, en 2006, cuando me planteé dedicarle más tiempo a la escritura y empezar a publicar.

Erika Cipré. Foto: J. M. López.
Tu relato publicado en Windumanoth, Prendas con tara, sucede en un tranquilo pueblecito donde habita un extraño matrimonio. ¿Cómo se te ocurrió la idea? ¿Qué buscabas transmitir?
Se me apareció en la mente la palabra prenda y enseguida me vi dándole vueltas a todas sus acepciones, de modo que en el acto se me ocurrió la expresión que da título al relato y me dispuse a jugar con el doble sentido que presenta.
Una vez iniciada la escritura, intenté jugar con los límites de la normalidad que presenta la convivencia: hasta qué punto los vecinos aceptan las rarezas de los recién llegados, qué pesa más, la educación y el trato exquisito, o los escalofríos que les recorre al mirar sus cuerpos deformes; el talento de dos personas que se han integrado en la zona desde el primer momento o el mal recuerdo que permanece sobre la casa que habitan.
¿Esta ha sido tu primera incursión en la literatura de género? ¿Es una excepción en tu carrera o tienes planes de seguir escribiendo fantasía, ci-fi o terror?
Llevo toda la vida escribiendo ficción. Empecé con los cuentos fantásticos, de pequeña, y poco a poco me fui dejando seducir por el terror, de manera que tengo algunos relatos listos para publicar. No obstante, también escribo poesía y novelas. Necesito variedad a la hora de expresarme, puesto que cada género me aporta algo diferente.
¿Qué otras obras de Erika Cipré podemos encontrar en el mercado? ¿Y en proyecto?
Mis obras publicadas son La llamada. El bosque de Amanecida (librosenred.com, 2010), una novela juvenil de corte fantástico; La ley de las entrañas (Chiado Editorial, 2014), una novela adulta de ficción, y Sintomatología de la perdición (Ediciones Algorfa, 2019), un poemario ilustrado de horror existencial.
En busca de editorial, tengo una novela middle grade y otra novela adulta de ficción. Y en proyecto de escritura, una novela breve de ciencia-ficción.
Aparte de escribir también eres coordinadora del Club de las Letras de Santa Fe y activista del Club de Lectura Feminista y LGTBI «Lees Otras Cosas» de Granada. ¿Cómo influye esta faceta de tu vida en la escritura?
Por un lado, mi faceta de coordinadora me permite cierta libertad a la hora de proponer lecturas a lo largo de la temporada, al tiempo que me dejo llevar por las que escogen el resto de personas usuarias, lo cual me enriquece como escritora.
Por otro lado, adentrarme en los textos feministas, no normativos, escritos por personas discriminadas o con poco tirón comercial que voy descubriendo como activista de «LOC», me lleva a ser cada vez más crítica a la hora de elegir los libros que quiero leer. Huyo como de la quema de los clichés y los estereotipos que no aportan nada nuevo. Del mismo modo, soy también crítica a la hora de plantearme historias y situaciones apropiadas para una sociedad donde tenga cabida la inclusión en el pleno sentido de la palabra. Donde cada personaje investigue todas las maneras a su alcance de llegar a donde se proponga.
¿Un libro de género recomendado por Erika Cipré?
Quien dice uno… Nnedi Okorafor ha sido uno de mis descubrimientos internacionales de los últimos tiempos. La saga Binti y Quién teme a la muerte son bestiales. Tengo que sacar tiempo para releer a Úrsula K. Le Guin, pues Los desposeídos me marcó. Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute, me fascinó de joven. Y en estos momentos estoy leyendo Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy, de reciente traducción al castellano, que me está sacudiendo entera.
A nivel nacional, Rafael Díaz Gaztelu tiene una saga en construcción de hard ci-fi, Exomundos, que me parece maravillosa y El informe Monteverde, de Lola Robles, no me canso de leerlo.