Título: Hizo de las tinieblas su escondite
Autor: Matt Cardin
Traductor: José Ángel de Dios
Editorial: Dilatando Mentes
Año de edición: 2022
Encuadernación: Tapa dura
Extensión: 470 páginas
Precio: 23,95 € (papel)
Tal cual expone Jesús Palacios en la introducción del volumen Noctuario: Relatos extraños y terroríficos (Valdemar, 2012), el escritor Thomas Ligotti forma parte de “la insana, justa y necesaria Trinidad de la moderna Literatura Fantástica y Extraña”, junto con E. A. Poe y H. P. Lovecraft. Al igual que ha acontecido con estos dos últimos maestros de lo macabro, son muchos los seguidores y discípulos que han hibridado y retorcido el género de horror, basándose en principios, conceptos o filosofías. Con Poe, posiblemente, fueron escritores simbolistas y modernistas de finales del siglo XIX quienes buscaron seguir la línea del soñador de Baltimore. Con H. P. Lovecraft, el resultado fue derivando en el denominado Círculo de Lovecraft, y conforme avanzaba el siglo pasado fue mayor el reconocimiento y admiración por el autor de historias como El modelo de Pickman (1927) o En las montañas de la locura (1936). Y si se enfoca la atención en el terror ontológico perpetrado por Ligotti durante años, se hallará una lista de autores que buscan plantear una visión similar o renovadora de esta clase de delirios, retorciendo así el género de lo extraño y ominoso. Véase los casos de Michael Cisco o Jon Padgett. Y, dentro de este compendium, cabe destacar un nombre: Matt Cardin.
UNA BREVE RETROSPECTIVA
La relación entre el terror ligottiniano y Cardin se puede otear cuando, en 1997, el escritor Jon Padgett configuró el grupo de noticias alt.books.thomas-ligotti. A esto, Cardin apoyó en gran medida con el desarrollo de análisis acerca de Ligotti, véase, por ejemplo, el ensayo The Masters’ Eyes Shining with Secrets: H.P. Lovecraft and His Influence on Thomas Ligotti. Finalmente, Padgett desarrolló la web Thomas Ligotti Online, espacio web de difusión de material relacionado con el escritor, y ahí fue donde Cardin publicó algunas de sus narraciones, como la sensacional Dientes.
Más adelante, en 2002, Ash-Tree Press publicó la antología de Cardin Divinations of the Deep y, en 2010, llegaría Dark Awakenings. Básicamente, estos dos volúmenes de narrativa weird son las pilastras de lo que es su último volumen, el cual engloba todas aquellas ideas que perfilan la obra de Cardin y que, gracias a Dilatando Mentes Editorial, podemos disfrutar de su última colección de relatos: Hizo de las tinieblas su escondite.
Al igual que hace Ligotti en su colección Noctuario, el volumen de Cardin se desglosa en tres grandes apartados, a través de los cuales el autor se va adentrando en su idea preliminar, aquella que ya expone al lector en la introducción de la obra: una entidad como el Dios judeocristiano no es verdaderamente omnipresente, sino el vástago de una oscuridad titánica predecesora a él: un abismo que siempre ha existido y al que, en definitiva, todo retornará. Un mundo de engendros, de sueños delirantes, de pesadillas no engendradas aún y de pavores inconcebibles para la mente humana.
UN VACIO ORGÁNICO Y ENTRÓPICO
Ya no hablamos de regirnos en principios maniqueístas o cataristas, sino en el absoluto y completo vacío, un vacío orgánico y entrópico, donde el terror se transmuta en entes amorales y crueles. Básicamente, Cardin sigue la línea genérica del terror metafísico para inducir unos principios teológicos y metafísicos.
Con este arranque, se inicia el primer arco: Predicciones del abismo. En éste se exponen historias como «La condena de la carne», en la que se asiste al entendimiento de un sistema religioso cuyos principios beben del oscurantismo y la tenebrosidad que emanan de fragmentos y capítulos de los textos bíblicos. Ya aquí, el autor perfila un estilo academicista y aséptico al estilo de ensayistas de lo weird como Dirk W. Mosig o Jason Colavito. Uno pensaría que este esquema en materia de ficción puede degradar la narración. Sin embargo, todo lo contrario, esa visión reglada o cartesiana permite mostrar, aún más, una sensación opresiva que se traduce en cada compás de historias como “El enano menteoscura”.
Cardin hace latir el horror psicológico con sus frases enriquecidas de detalles y planteamientos para hacer partícipe al lector de cada reflexión que se extrae con la lectura de cada nueva narración, pasando del ultramontanismo a una siniestra revelación. De esa forma, se obtienen relatos de gran peso y calidad, como es el caso de «Notas de un copista demente» (donde asistimos a la revelación espiritual de un monje del Monte Saint-Michel, y a la creación de unas nuevas escrituras sagradas) o «Un teatro subterráneo», posiblemente el mayor ejemplo de homenaje a ciertas historias de Ligotti, como «Los ojos del Maestro brillan con secretos» o «Nuevos rostros en la ciudad». Mientras que «Judas del infinito» es un claro cierre de esta anticipación del abismo eterno, sirviendo también de conexión sutil con «Notas de un copista demente».
El segundo ciclo del volumen (El despertar de la oscuridad) conforma la estructura clave de la obra, ya que las narraciones planteadas se enfocan en una reflexión profunda de los postulados de los filósofos alemanes Nietzsche y Schopenhauer, unido todo ello a los planteamientos de H. P. Lovecraft sobre la posición del ser humano en el universo. A destacar el ya mencionado «Dientes», un relato que sigue los principios del relato gótico en primera persona para ir derivando en un cuento visceral, siguiendo muchos de los tópicos de narraciones del soñador de Providence: la búsqueda de un saber superior, un entorno universitario, el acercamiento a la locura por el porvenir de la humanidad, etc.
Pero, con ello, no hay que olvidar uno de los temas centrales del volumen: la fe y los valores religiosos. Por supuesto, los conocimiento teórico-prácticos del hebreo bíblico con los que cuenta Cardin contribuyen en gran medida a consolidar una perspectiva que, desde «La condena de la carne», se replantean conceptos bíblicos para mostrarnos su valor y visión cruel. Por supuesto, las sectas religiosas tienen también un papel relevante. Es el caso de «El dios de lo hediondo», donde asistimos a la exploración de un reportero sobre un singular movimiento en el que la enfermedad y la podredumbre corporal es apreciada como una especie de gracia divina, una idea ya observada en «Notas de un copista demente» o «Judas del infinito».
Con la llegada del último bloque de Hizo de las tinieblas su escondite, el escritor deconstruye su estilo previo para plantear una prosa salvaje con la que no cesará de mostrar ideas y conceptos de angustia metafísica como en «De quimeras y entes grotescos», donde cruentos rostros retorcidos de placer, sorpresa y dolor se moldean en las superficies de los edificios religiosos. Básicamente, la fascinación de la abominación, como la llamó Joseph Conrad, pero teniendo presente un pretexto nihilista y la pérdida de la autoconciencia/autorreafirmación.
HIZO DE LAS TINIEBLAS SU ESCONDITE: CONCLUSIONES
Con todo esto, Cardin llega a plantear Hizo de las tinieblas su escondite como una antología firme, con una muy buena compensación de calidad entre historias y una temática que sirve de hilo para todas las narraciones presentes. Por supuesto, no hay que olvidar la edición a cargo de Dilatando Mentes Editorial, donde los detalles están sutilmente perfilados y cuidados, todo ello profusamente ilustrado por el investigador Luis Pérez Ochando, quien también añade la guinda del pastel a este volumen con su texto La ficción weird de Matt Cardin: un análisis reflexivo sobre la vida y obra del autor asentado en Arkansas, y las nuevas vías del llamado new weird.
Pese a que, en ocasiones, las ideas cíclicas del autor pueden llegar a ser petulantes, consiguiendo que la narración experimente frenos innecesarios, con reflexión repetidas en el tiempo, no se puede culpar al escritor, quien plantea un estilo propio e intrasferible con el que marca las líneas del nuevo horizonte de la narrativa extraña. Aunque los padres de toda esta obra son Nietzsche, Lovecraft o Ligotti, creo que en breve vamos a poder hablar de la corriente cardiniana. En definitiva, Hizo de las tinieblas su escondite es un volumen de ficción weird que retuerce los compases del terror ligottiniano y lovecraftiano, engendrando una de las mejores colecciones de cuentos de narrativa macabra de este año. Sin lugar a dudas, un deleite de lo que denominaba hábilmente Harlan Ellison: la ficción de lo macabro. No se lo pierdan.
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