Título de la obra: La habitación cerrada
Autora: Loredana Volpe
Editorial: Ediciones Mutis
Año de edición: 2023
Extensión: 112 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP: 15€ (papel)
Las habitaciones, esos espacios de cotidianeidad en los que nos sentimos seguros. Cuatro paredes que a menudo mutan también en cárceles, lugares estancos y aislados donde pueden acecharnos las peores pesadillas. Tomando este concepto, Loredana Volpe ha adaptado al formato teatral tres clásicos de la literatura de terror en La habitación cerrada, una historia de pequeños espacios donde lo cotidiano se torna una trampa mortal.
Incluso nuestros rincones favoritos pueden ser escenario para lo atroz. Y las puertas cerradas, esos rectángulos de madera tras los que nos sentimos protegidos, a salvo, son una ilusión. O incluso el candado tras el cual se cometen las peores atrocidades, tengan estas origen humano o sobrenatural. La habitación cerrada es un compendio de historias que nos invitan a mirar a través de las puertas lo que sucede entre esas cuatro paredes íntimas.
El lector, o más bien el espectador, pues no olvidemos que nos hallamos ante una pieza teatral, se convierte en testigo de cómo lo cotidiano muta en horror cuando el agente externo penetra en la casa. A través de distintas escenas, que entretejen tres historias distintas, vemos cómo la paz estalla en esquirlas afiladas, como las que pueden verse en la portada diseñada por Javier Prado. Fragmentos que componen el planteamiento, nudo y fatal desenlace de tres grupos de personajes ajenos entre sí. Y sin embargo, hermanos de la misma tragedia.
El encierro como escudo frente al mundo es un tema recurrente de la autora, como puede verse en Isekai: historia de un secuestro, publicado también por Mutis. En esta ocasión, sin embargo, Volpe toma las narrativas de grandes voces de la literatura de terror y las transporta al escenario para poner al espectador frente a la terrible dualidad de las habitaciones.
Otra de las virtudes de la publicación de Mutis es que ya se ha demostrado su eficacia más allá del papel. No estamos pues ante una obra de teatro novelizada, pensada para la lectura íntima, sino frente a una pieza representable. La versión en catalán de esta obra se representó en la Sala Versus-Glòries de Barcelona, en otoño de 2021. Su versión al castellano, que es la que recoge La habitación cerrada, fue leída públicamente durante el Festival Mutis, en marzo de 2023.
Pero para comprender la magnitud de la angustia que se encierra en las apenas cien páginas de La habitación cerrada, que culmina con una historia de la propia Loredana Volpe, es conveniente conocer a los desafortunados protagonistas de las tres historias que la componen. Pero, sobre todo, entender cómo conciben ellos el reducto de su hogar.
LO EXTERNO DESTRUYE LO COTIDIANO EN LA HABITACIÓN CERRADA
En la primera escena de esta obra se nos presenta el hogar de dos hermanos cuyos nombres no conocemos. Hermano y Hermana están jugando al ajedrez cuando una misteriosa mujer llamada V regresa a sus vidas tras un largo viaje. Casi de un modo accidental, V introduce en la tranquilidad del hogar de ambos hermanos una peligrosa reliquia. Se trata una pata de mono a la que se atribuye la capacidad de conceder deseos, pero su uso entraña siempre el riesgo de que la calamidad se cierna sobre quienes se atrevan a hacer uso de su poder.
Antes de marcharse, V advierte a los hermanos sobre el peligro de hacer uso de ese talismán. De hecho, ella misma confiesa que debiera ser destruido. Aunque reconoce su culpa al haberlo conservado como objeto de la investigación que está llevando a cabo. Pero Hermano insiste en que no debe preocuparse, pues su intención es quedarse con la pata de mono solo como un regalo. Sin embargo, la incredulidad y la tentación de hacer uso de modo inocente de esta pata de mono miraculosa pronto empezarán a resquebrajar la paz en la que ambos viven en su habitación cerrada.
Esta historia está basada en el clásico de 1902, La pata de mono, escrita por William Jacobs, en la que la irrupción de un fetiche indio (la pata de mono) desencadena toda una serie de desdichas sobre la familia White.
EL HOGAR, CRISOL DE LO CREATIVO
La segunda historia que se presenta ante nosotros es la de Edmund, dramaturgo que se recupera en su casa tras haber sufrido un accidente. Mientras reposa, recibe la visita de su amigo Samuel, que se muestra preocupado por el poco caso que Edmund hace de las recomendaciones médicas, que le han aconsejado que repose y se aleje de la bebida. No en vano, casi muere arrollado por un taxista al salir de un bar.
Sin embargo, el dramaturgo parece incapaz de apartarse de su copa. Pues según le confía a Samuel, la noche del accidente estuvo hasta altas horas de la madrugada bebiendo. Y no lo hizo solo, sino junto a un misterioso caballero al que identifica como El Hombrecillo. Además, durante su conversación con ese desconocido personaje, Edmund resolvió el misterio que ha traído de cabeza a infinidad de escritores antes: cómo cometer un crimen de habitación cerrada.
Por desgracia, tras despertar en el hospital, parece incapaz de recordar la clave de ese asesinato perfecto. Y no solo eso: conforme habla con Samuel, un mal presentimiento se apodera del dramaturgo. ¿Es posible que El Hombrecillo recuerde su secreto y quiera sacar provecho de él? Es más: ¿podría ese extraño personaje haberle empujado a la muerte para arrebatarle esa valiosa información que no logra recordar?
La historia de Edmund se basa en el cuento escrito en 1945 por Barry Perowne, Punto Muerto. En ella, un escritor empieza a buscar obsesivamente a un hombre de lentes hexagonales a quien, por error, confesó el secreto de su última novela: cómo cometer un crimen perfecto en una habitación cerrada.
LA CASA COMO REFUGIO
La tercera narración nos lleva al estudio de Víctor Chalmers, un escritor desempleado. En el momento en que nos es presentado, le está pidiendo a F, persona de su confianza, que lo acompañe y grabe todo lo que está a punto de decir. La intención de Víctor no es otra que la de someterse a los efectos de una nueva droga con un ambicioso objetivo: desentrañar los secretos que tejen el espacio-tiempo.
En contra de su voluntad, pues considera que lo que pretende Chalmers es una locura, F se queda a su lado. Y es a través del diálogo entre ambos que comprendemos que el experimento de Víctor funciona. Sin embargo, algo sucede en su periplo hacia el pasado, más allá de los albores de la humanidad. Algo atroz y terrible que hace que, cuando el escritor vuelve en sí de su viaje psicotrópico, lo haga sacudido por un horror cerval.
Según narra Chalmers entre alaridos inconexos, ha viajado demasiado atrás. Y si bien su investigación ha sido fructífera, también le ha costado cara. Adentrarse en los recovecos temporales lo ha convertido en el blanco de unas entidades venidas de otro plano. Seres malignos, voraces e implacables que se mueven entre los ángulos y que no cesan la caza hasta cobrarse a su presa. Sabiéndose a merced de estos seres, a quienes llama los perros de Tíndalos, el escritor empieza a urdir un plan para tratar de convertir su hogar en un bastión inexpugnable. A transformar el estudio en la fortaleza que le proteja de las hambrientas criaturas.
Esta última historia está basada en el relato Los perros de Tíndalos, escrito por Frank Belknap Long y publicada en la revista Weird Tales en 1929. En él, Chalmers trata de alcanzar la comprensión entre los planos del espacio y el tiempo mediante el uso de drogas. Pero su experimento lo acaba poniendo en el punto de mira de unas voraces criaturas de otro plano. La historia se enmarca dentro del universo lovecraftiano, pues Belknap era parte del círculo del escritor de Providence.
LA HABITACIÓN CERRADA: CONCLUSIONES
Llegados a este punto conviene hacer un apunte: la virtud de La habitación cerrada no se encuentra en su argumento. A fin de cuentas, todo el mundo está familiarizado con una o varias de las historias que recoge este guion. No en vano, se trata de grandes relatos de literatura de terror que han contado con infinidad de variables y adaptaciones más o menos fidedignas. No, lo que el guion de Loredana Volpe nos ofrece, más que la innovación es la traslación de lo fantástico a los escenarios.
Pues como queda recogido en el prólogo de Javier Calvo, el teatro fantástico no cuenta con una categoría propia dentro de la escena teatral. Y no por ausencia de obras que utilicen el elemento sobrenatural en sus tramas. Por lo tanto, lo que está obra nos ofrece es poner bajo los focos del escenario a la literatura de género. Y no deja de ser curioso que sea precisamente un guion basado en historias de habitaciones cerradas quien se decida a abrir dicha puerta.
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