Reseña: La maldición de la medusa gigante

by Alister Mairon
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La maldición de la medusa giganteTítulo de la obra: La maldición de la medusa gigante
Autor:
Cornelia Funke
Editorial:
Siruela
Traductor: María Falcón Quintana
Año de edición:
2024
Extensión:
416 páginas
Encuadernación:
Rústica con solapas
PVP:
21,95€ (papel)


Las leyendas hablan de una criatura mística que solo aparece cuando la magia en el mundo se ve amenazada. Su llegada representa el resurgimiento de la vida, pero también puede suponer el fin de lo sobrenatural si la codicia humana hace que se sienta amenazado. Y hay muchos ojos e intereses maliciosos puestos en la cercana aparición de ese ser. Y como siempre ocurre, cuando los seres fabulosos se hallan en peligro, la familia Wiesengrund se pone en marcha. Así da inicio La maldición de la medusa gigante, de Cornelia Funke.

LA MALDICIÓN DE LA MEDUSA GIGANTE: UN AGRADABLE RETORNO POR PARTIDA DOBLE

Ha llovido ya mucho desde que los lectores españoles conocieron a Ben y al dragón plateado Lung. De hecho, su primera aventura, El jinete del dragón, vio la luz en nuestro país en 2002 gracias a Siruela. Muchos pensamos que no volveríamos a tener noticias del valiente protector de las criaturas mágicas. De modo que fue una grata sorpresa que, en 2017, se publicase La pluma del grifo, otro periplo de Ben y su nueva familia, los Wiesengrund. Con la publicación de La maldición de la medusa gigante, los lectores pueden disfrutar de la tercera aventura de estos protectores de los seres fabulosos. Y sin duda ha sido una publicación que cuenta con la acogida de un público muy diverso.

No en vano, Cornelia Funke ha sido un referente para toda una generación de jóvenes lectores. La autora de Dorsten cosechó su fama a principios de los 2000, convirtiéndose en una de las plumas más reconocidas de la literatura infantil y juvenil. Algunas de sus obras, como Corazón de Tinta, incluso contaron con adaptación cinematográfica. Aunque, a juzgar por la crítica, la gran pantalla jamás estuvo a la altura de los textos de Funke.

Poder disfrutar nuevamente de la prosa de la autora alemana es una grata noticia. Tanto por la continuidad de su obra, que por el momento esquiva la descatalogación, como por la oportunidad que supone. Siempre es motivo de celebración que otras generaciones se aproximen a historias y personajes que enamoraron a quienes les precedieron.

Cornelia Funke. Foto: Thorsten Wulff ©

LA CUNA Y EL ATAÚD DE LA MAGIA

En esta nueva aventura, nos reencontramos con Ben y su familia, que se han desperdigado por el mundo. Mientras Vita, la madre, ha quedado a cargo del santuario de seres mágicos en Noruega, el joven Ben permanece en la colonia de dragones, donde empiezan a nacer las primeras crías. Por su parte, Barnabas Wiesengrund y Guinever se han acercado a Nueva Zelanda para investigar un extraño fenómeno. Y si bien al principio Barnabas es escueto en dar datos, pronto sabremos la causa de que muchos de los agentes de los Wiesengrund repartidos por el globo se hayan puesto en marcha.

Al parecer, la escasez de magia en la Tierra ha hecho necesario el retorno de un ser ancestral. La aurelia, como es conocida en Escocia, volverá a emerger de las profundidades para traer a la vida a nuevas criaturas fabulosas. Para ello, es necesaria la presencia de cuatro seres, uno por cada elemento, que ejerzan como anfitriones para la medusa gigante y le brinden la acogida que merecen. Al principio, Ben y su hermana celebran la fortuna de estar vivos coincidiendo con este retorno.

Sin embargo, esta alegría les dura poco. Y es que según cuentan las leyendas, si la aurelia se siente amenazada cuando salga a la superficie, incendiará el mar y se hundirá en las aguas para no regresar jamás. Y no solo eso, sino que arrastrará consigo a todas las criaturas mágicas que moran en el planeta, devolviéndolos a la oscuridad. Se inicia así una carrera contrarreloj para localizar el lugar en el que aparecerá la medusa ancestral y prepararse para protegerla. Una tarea nada sencilla en un mundo plagado de humanos ruidosos y violentos que no dudarán en atacarla si la ven. O que tratarán de cazarla para sacar provecho de su inusual don.

UNA HISTORIA CON MÚLTIPLES ÁNGULOS

Por si esto fuera poco, además de buscar a la aurelia y de tratar de impedir el desastre, los distintos héroes de La maldición de la medusa gigante deberán hacer frente a sus propios conflictos. Y es que Cornelia Funke desgrana su historia con ritmo constante pero sosegado, sin permitir que la acción o la trama principal eclipsen la evolución de los personajes que ha ido construyendo a lo largo de los años. Gracias a ello, podemos profundizar en la psique de la mayoría de voces que componen esta historia coral y conocer sus dudas, miedos y anhelos.

Somos testigos de la inseguridad de Ben, quien teme que la reciente paternidad de Lung rompa el vínculo de amistad que mantiene con el dragón. Un temor que comparte también la kobold Piel de Azufre, quien se siente desplazada de la nueva vida de su escamoso amigo ahora que tiene jinete y descendencia. Los conflictos familiares también asedian a Pata de Mosca tras el reencuentro con su hermano, pues no es fácil convivir con alguien diametralmente opuesto a ti tras siglos de creer que eras el único de tu familia.

Por otro lado, presenciamos el sufrimiento de Barnabas, pues sabe que el retorno de la medusa gigante lo enfrentará con una figura de su pasado. Alguien que le causó un enorme daño y por cuyas acciones se siente responsable. Ese miedo a revivir sucesos del pasado harán del simpático progenitor Wiesengrund alguien reservado y en cierto modo distante. Un malestar que, sin saberlo, comparte con la sirena Lizzie, dispuesta a todo por proteger a la aurelia de un destino tan terrible como el que ella misma vivió tiempo atrás.

Pero no solo son los héroes de esta historia quienes nos hablan. Los capítulos, breves y decorados con múltiples dibujos obra de la propia Funke, permiten al lector conectar también con las voces de los villanos y conocer sus retorcidos anhelos. Y también saber lo que pasa por la mente de quienes les sirven, obligados a menudo a obrar el mal contra su voluntad por ser esclavos de estas personas.

El resultado de esta amalgama de historias superpuestas es un prisma que no da lugar al maniqueísmo. Son tantas las emociones expuestas, que el lector puede sentirse identificado con unos y otros a intervalos. Pues a fin de cuentas, todos hemos discutido con nuestros hermanos, sentido el miedo de ser dejados de lado, experimentado el temor a que algo malo se repita… E incluso hemos codiciado cosas que no debíamos por puro egoísmo. Si no hubiéramos vivido algo así, no seríamos humanos, ¿no?

La maldición de la medusa gigante

LA CRÍTICA AL IMPACTO HUMANO, SIEMPRE PRESENTE

Si algo ha caracterizado a la obra de Cornelia Funke es el no escatimar en críticas hacia la conducta humana. A pesar de dirigirse a un público joven, la autora nunca ha ocultado la existencia del mal ni suavizado el egoísmo que empuja a algunas personas. La maldición de la medusa gigante no es una excepción a esta tendencia. Y su villano principal está a la altura de otros célebres desalmados de la extensa bibliografía de Funke.

El retorno de la aurelia, que podría vivirse como un momento de júbilo, pronto se convierte en amenaza para los Wiesengrund. No por la llegada de la criatura en sí, sino por las circunstancias de su reaparición. Y es que un ser tan poderoso no tarda en convertirse en el objetivo de Cadoc Aalstrom, un hombre perverso, obsesionado con arrebatar su poder a las criaturas fabulosas por vanidad y egoísmo. Durante su larga existencia, Cadoc ha dado caza a infinidad de seres para mantenerse joven, ser invulnerable y obtener riquezas. Y en cuanto tiene noticias de que la gran aurelia está de regreso a la superficie, decide hacerse con ella para arrebatarle su don.

Sin embargo, el pérfido Aalstrom no es el único peligro que trae de cabeza a Ben y su familia. Pues el mundo en el que ha de emerger la medusa gigante ya no es un apacible vergel. Las playas están llenas de apartamentos y de turistas, decenas de barcos surcan la superficie del mar, hay especies invasoras expulsando de sus hogares a los seres mágicos. Y, para ser sinceros, tampoco es que abunden las criaturas que puedan ejercer de embajadoras para la aurelia y su don.

A través de los ojos de Ben, Barnabas y el homúnculo Pata de Mosca, somos testigos del impacto del ser humano en el planeta y de su incapacidad para coexistir con otros seres. La necesidad de proteger lo extraordinario ante un mundo que solo querría sacar provecho de ello (deseo encarnado en Cadoc), planea sobre toda la novela. Como también lo hace la crítica, camuflada entre seres fabulosos, hacia lo innecesario que es obtener beneficios a costa de la vida de otras criaturas.

Una vez más, Cornelia Funke enfrenta al lector al debate sobre cuánto daño estamos dispuestos a hacer para conseguir lo que queremos. Y si realmente ese sacrificio vale la pena o no es más que un capricho. Como bien menciona el troll Hothbrodd, «no habrá razones para envidiar a los humanos cuando nos hayamos quedado solos en un mundo tan aburrido y carente de diversidad».

LA MALDICIÓN DE LA MEDUSA GIGANTE: CONCLUSIONES

En resumen, La maldición de la medusa gigante es una nueva inmersión en la obra de Cornelia Funke. Es un soplo de aire fresco que mantiene al mismo tiempo todo aquello que sedujo a muchos lectores tiempo atrás. Una lectura sosegada, que invita a descubrir lo maravilloso de lo mágico mientras nos habla de lo mundano. Y también, para quienes tenemos ya una edad, es una vez más un retorno a casa.


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