Reseña: Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias)

by Rocío Tizón
2 comments 7 minutes read
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Título de la obra: Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias)
Autor:
Eric Larocca
Editorial:
Dilatando Mentes
Traducción:
José Ángel de Dios
Año de edición: 2022
Extensión:
268 páginas
Encuadernación:
Tapa dura
PVP:
21,95 € (papel)


La primera sensación que nos viene a la cabeza al cerrar Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos es la del trabajo bien hecho. Esa y cierta confusión acerca de lo que acabamos de leer. Porque la verdad es que Eric Larocca da una lección magistral de escritura en este libro que abarca tres relatos largos. Aquellos que esperen una explosión de sangre y vísceras quedarán decepcionados. El terror que hace el autor es psicológico, sutil, invasivo. Comienza con una situación cotidiana que da un giro extraño, mínimo acaso, que la lleva por otros derroteros y deviene en pesadilla.

En el primero de estos relatos, «Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos», una mujer llamada Angela Petrella recurre a un foro gay de Internet para vender un antiguo exprimidor de limones que perteneció a su familia. Allí entra en contacto con Zoe Cross, que ante sus apuros económicos decide ayudarla. Pero lo que no sabe la vendedora es que la ayuda no es ni mucho menos gratuita y que tendrá un coste oscuro que tal vez no esté dispuesta a pagar. El relato está compuesto por los mails que intercambian ambas mujeres, en los que se cuentan sus vidas y las historias de sus respectivas familias, además de mostrar la repulsa que ciertos sectores de la sociedad siguen mostrando a los gays. Se trata de un recurso novedoso, puesto que al igual que en el siglo XIX existía la literatura epistolar, no es extraño que hoy en día se introduzca en la literatura elementos tomados de otros lenguajes, como los mails o los emoticonos. Internet también es un vehículo ideal para el terror. No hay más que pensar en las creepypastas o leyendas urbanas que se han ido extendiendo por toda la red hasta alcanzar cualquier rincón del mundo.

Las cosas han empeorado

El segundo de los relatos, «El encanto», tiene un tono más sobrenatural y extraño. La ciencia ha descubierto con pruebas y evidencias que existe la vida después de la muerte. El ser humano, en general, deja de temer ese momento. Pero Milo, un adolescente de diecisiete años decide suicidarse. Para intentar alejarse del dolor, su padre acepta el puesto de guardés de un hotel durante el invierno (a todos nos recuerda a algo). Se trata de un resort en una isla remota que queda aislada durante los meses más fríos. Solo estará la pareja. Pero una noche especialmente tormentosa, alguien llama a la puerta y aparece un joven que se ha perdido. ¿Cómo ha llegado a la isla? ¿De quién se trata realmente? ¿Cuáles son sus intenciones? La presencia del muchacho, que parece tener la misma edad que el hijo muerto, divide a la pareja. La mujer se agarra a su fe creyendo que se trata de un emisario divino, mientras que el padre piensa que puede tener malas intenciones. Todo ello en medio de una isla sacudida por las tormentas y completamente aislada del mundo exterior, donde todo es confuso y nada es lo que parece.

El último de estos tres relatos, «Verás que es igual en todas partes», cuenta la historia de un hombre que encuentra un objeto muy perturbador en su patio trasero. Acude a ver a su vecino extranjero, un hombre retraído que no se relaciona con casi nadie de la calle, para ver si puede arrojar algo de luz sobre el descubrimiento. Todas sus pesquisas le llevarán a un juego aún más macabro que se verá obligado a jugar con el anciano. Tal vez este relato sea el que más crítica social tiene de los tres. Hay varios matrimonios gays en el vecindario que son tolerados por los demás, pero la presencia de un inmigrante polaco es contemplada con recelo. Del mismo modo, el protagonista es incapaz de negarse a soportar ciertas situaciones comprometidas porque ha sido educado para no montar lío, para aguantar todo lo que se le viene encima sin quejarse. Esto afecta a las relaciones con sus vecinos, con los chavales del instituto donde da clase e incluso con su marido.

A pesar de que los tres relatos están ubicados en diferentes ambientes y situaciones, sus personajes comparten un poso de amargura que encaja muy bien con el título del libro. Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias) trata de personas rotas, algunas de forma manifiesta o otras de manera más velada o sutil. A este respecto hay una frase muy buena que dice Zoe en el primer cuento y que es «¿Qué has hecho hoy para merecer tus ojos?». Es decir, que todos los días hay que hacer algo bueno y agradecer los dones que en general damos por sentado sin más. Puede ser la estabilidad o la familia. Pensamos que estarán ahí para siempre y un buen día desaparecen y nuestra vida cambia en unas cuantas horas. Este es el verdadero terror al que se refiere el libro, el que da vueltas en nuestras cabezas una vez que hemos terminado de leerlo.

Eric Larocca

Al estilo de Eric Larocca se le ha denominado terror queer, haciendo un juego de palabras entre los significados del término queer, que puede ser gay o extraño. Lo cierto es que su principal rasgo es el de presentar una escena aparentemente normal o idílica que se va contaminando, algo parecido al principio de Terciopelo azul de David Lynch, donde vemos a los insectos luchar bajo el césped de esa urbanización de ensueño. Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias) nos presenta una sociedad donde las instituciones más sagradas están podridas, donde la familia es incapaz de retener a sus miembros y además expulsa de su seno a aquellos que considera dañinos, como es el caso de Ángela, que no se habla con su madre porque esta no aguanta que sea lesbiana. Son situaciones que presentan un hilo de alta tensión, una violencia de baja intensidad que las recorre y que, llegado el momento, las hace saltar por los aires.

Aparte de lo interesante del contenido, la edición de Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias) es una maravilla. El propio autor habla de sus intenciones en un posfacio de lo más esclarecedor y la parte estética hace que sea un libro muy especial. Para empezar, los ejemplares de la primera edición están numerados y firmados y la portada de Raúl Ruiz es muy sugerente y misteriosa. Un gran libro para descubrir a una de las grandes voces de la literatura de terror actual.


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2 comments

Antonio Mompeán 11 diciembre 2022 - 20:36

Muy buena reseña. Últimamente me está gustando mucho la lectura de relatos como alternativa a las lecturas tradicionalmente largas. Este volumen parece interesante, es muy factible que le dé una oportunidad. Saludos!

Reply
Rocío Tizón 12 diciembre 2022 - 09:45

Me alegra que te haya gustado la reseña, Antonio. Realmente los relatos vienen bien para intercalar entre lecturas más largas.
Gracias por tu comentario y que tengas un buen día.

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