Título de la obra: Sigilo
Autor: Ismael Martínez Biurrun
Editorial: Runas (Alianza Editorial)
Año de edición: 2019
Extensión: 224 páginas
Encuadernación: Tapa dura
PVP: 16 € (papel) / 9,99 € (ebook)
No hay sonido ni hay luz, y «todo lo que llega a sus terminaciones nerviosas es la negación de un dónde y de un cuándo». En medio de la oscuridad, del odio y de la desesperación nos recibe el libro que hoy tenemos entre manos. Sigilo es la séptima novela de Ismael Martínez Biurrun, publicada por el sello Runas, una obra sobria y concisa en la forma, y compleja y profunda en lo subyacente y lo simbólico. Doscientas páginas para conocer un pequeño tramo de las vidas de los personajes que habitan en ellas, para leer una historia sobre los pecados de los padres, la inevitabilidad del desastre y el dolor de una familia que se perdió hace mucho.
Existe una armonía en los dos significados de la palabra fin, como el sonido de dos piezas contrarias que de pronto encajan, y son las últimas, sobre un tablero gigantesco: conocerás el propósito de tu vida cuando llegues a su final.
Ismael M. Biurrun ha escrito una gran novela con muy poco. Que la extensión no engañe, el subtexto y la riqueza de Sigilo hacen de este libro uno de esos que puede releerse varias veces con el paso del tiempo. Nos presenta las vidas de Fede, Andrés, Claudia y Madaly a través de pequeñas pinceladas trazadas con la mano firme de un escritor experimentado. Ecos y fantasmas de un pasado oscuro, miedos y maldades de una vida errática. No sabemos qué ocurrió ni qué ocurre, pero reconocemos el dolor y la tristeza de quienes han sufrido en silencio durante años.
Y de este dolor, de esta tristeza, de este sufrimiento, es de donde nace el terror de Sigilo. Se siente tan real porque surge de la cotidianidad de la vida. Los fantasmas no dan tanto miedo como la crueldad humana o las relaciones propias e incomprendidas. Sigilo no da miedo, Sigilo inquieta.
Ismael M. Biurrun ha firmado una novela corta e impecable, que deforma la sencillez de su trama con una estructura compleja que, como hemos comentado, invita a más de una relectura. Los personajes, simples en apariencia y complejos conforme avanzan las páginas, representan distintas realidades de los tiempos que corren. Las piezas de Sigilo van encajando a medida que conocemos más sobre ellos, y la narración elegante y cuidada nos lleva de la mano hasta su gran desenlace.
Magaly miró a los ojos del chino y sintió la descarga de una revelación, aunque inútil y sombría, como la solución de un teorema que no demuestra nada. Y era como sigue: el chino y ella habían recorrido durante décadas el planeta para encontrarse justo aquí, en esta ciudad a medio camino, y llevar a cabo este preciso acto de intercambio.
SIGILO: CONCLUSIONES
Preferimos no contar más, porque destripar cincuenta páginas de una novela de doscientas puede fastidiar la sorpresa. Sigilo es una obra muy bien escrita, con una excelente edición en tapa dura, que pueden disfrutar tanto amantes del género de terror como amantes de la literatura en general. No decepcionará a ninguno.
Si su historia era un mapa, aquel era el punto donde los cuatro extremos se juntaban, norte, sur, este y oeste, el origen y el final de todo, un mapa esférico que imaginó tatuado por el interior de su cráneo.