Una entrevista de Isa J. González
Silvia Moreno-García es una autora de origen mejicano, radicada en Canadá, que ha escrito varias novelas dentro del amplio abanico del género fantástico. Ha publicado dos colecciones de cuentos y siete novelas de varios géneros, como la ciencia ficción, el terror, la fantasía o la literatura juvenil, entre ellas Gótico, que ganó el premio Locus a mejor novela de terror este año. Ha sido también editora de varias antologías. Una de ellas es She Walks in Shadows (también conocida como Cthulhu’s Daughters), que ganó el premio World Fantasy Award. Gracias a Minotauro, Gótico ha llegado a las estanterías españolas. Desde Windumanoth, hemos tenido la suerte de entrevistar a Silvia Moreno-García y conocer un poco más los entresijos de esta novela gótica ambientada en el México de los años 50.
Hola, Silvia. Muchísimas gracias por encontrar un momento para hablar con nosotros. Hemos disfrutado muchísimo con Gótico, tu libro recién publicado en España por Minotauro, y nos encantaría hacerte algunas preguntas sobre la novela y tu obra en general.
Gracias a ustedes. Es un placer.
México, como ambientación, aparece a menudo en tus obras. En Gods of Jade and Shadow, es casi un personaje más de la historia y en Gótico, la sensación vívida que da el pueblo de El Triunfo es muy realista. ¿Es una elección consciente? ¿Cómo es el proceso de crear en esta ambientación?
El Triunfo está inspirado en un pueblo real que se llama Real del Monte, ubicado en el estado de Hidalgo. En el siglo XIX, mineros ingleses se establecieron en este lugar, por lo cual tiene una apariencia muy particular. Cuando visité Real del Monte y el Panteón Inglés, me pareció que el cementerio era como algo sacado de una película de terror de la Hammer. La casa de la novela es inventada, obviamente, y es un collage de varias casas que he visitado o que vi cuando estaba investigando elementos de la novela. Había una casa en la Ciudad de México que construyó un hombre irlandés, y que cuando les he mostrado fotografías a amigos me han dicho que parece la casa de la familia Addams. Esa casa me sirvió para la apariencia exterior. La idea de los vitrales de colores fue porque visité un museo que estaba haciendo una exhibición de lámparas estilo Tiffany, y me llamó mucho la atención el uso de los colores. Me recordaba a las películas de Darío Argento de los 70.

Silvia Moreno-García. Foto: Martin Dee
Otro elemento que destaca de tus libros son los personajes, sobre todo las protagonistas. Son personajes complejos, con defectos y virtudes, muy humanos. Noemí no es una excepción y es una mujer muy interesante, que desafía las concepciones del género y de la época en la que vive. ¿Cómo creaste el personaje? ¿Qué lo inspiró?
Una fotografía de una pariente mía en la que estaba ella vestida como para un cóctel y miraba sobre su hombro. Aunque había un hombre sentado en la mesa junto a ella, casi no le puedes poner atención porque es ella la que te jala la mirada. Y entonces me puse a imaginar qué clase de chica sería aquella que, en esa época de los 50, podía ser tan llamativa.
Eres una autora conocida por tu versatilidad a la hora de elegir subgéneros dentro del fantástico. ¿Te has sentido cómoda en el gótico? ¿Te gustaría volver a escribir una novela gótica? ¿Qué te inspiró a la hora de escribirla y con qué referencias asocias más tu historia?
No tengo planes de escribir algo del mismo corte, por lo menos por un tiempo. La novela tiene muchas referencias e inspiración en múltiples elementos clásicos de la literatura gótica. Por ejemplo, Quiroga con «El almohadón de plumas» inspiró el personaje de Catalina y la protagonista, Noemi Taboada, es nombrada en honor al director de cine mejicano Carlos Enrique Taboada. Al personaje de Francis le puse ese nombre por Freddie Francis, un director de películas de terror. Y, bueno, muchos otros detalles.
¿Qué género te entusiasma más a la hora de escribir?
Ninguno en particular. Me gusta cambiar de género constantemente.
El horror que aparece en Gótico tiene, en parte, elementos sobrenaturales, como las pesadillas o las paredes que se mueven. Pero también hay horror en el colonialismo, la eugenesia o la misoginia que le muestran los Doyle a Noemí. ¿Cómo mezclas todos estos elementos en la historia?
Espero que de manera orgánica. Vamos, no soy historiadora y, si alguien quiere aprender acerca de la eugenesia, hay muchos libros de texto, pero hay muchas ideas en las novelas góticas de «el otro», y cierto racismo que se atisba en muchas obras clásicas, que me llevaron a concluir que mi enfoque sería bastante lógico.
Estamos viviendo un resurgimiento del horror en los últimos años, tanto en el mercado anglosajón como en el mercado hispanohablante. Han empezado a despuntar autores que traen un terror diferente, como Mónica Ojeda, Mariana Enríquez, Steven Graham Jones o Gwendolyn Kiste. ¿De dónde crees que sale este interés renovado?
El terror sufrió un golpe muy grave en los 90, cuando esencialmente se evaporó el mercado por la saturación que hubo en los 80. Nunca ha dejado de existir, pero por mucho tiempo se le ha colocado en una categoría diferente. Nadie quería ponerle la etiqueta de ‘terror’ a un libro. Lo que ha sucedido sencillamente es que las editoriales tienen menos miedo a esa etiqueta y creo que se han dado cuenta de que existe un mercado para estos libros, algo que quizá dudaban antes.
Después del éxito de Gótico, esperamos ver el nombre de Silvia Moreno-García más veces en nuestras estanterías. ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Mi nueva novela se llama Velvet Was the Night y es una novela negra ubicada en la ciudad de México en 1971.