‘Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos (y otras desgracias)’ nos trae un terror psicológico, sutil, invasivo, que trata de personas rotas, algunas de forma manifiesta y otras de manera más velada. A pesar de que los tres relatos están ubicados en diferentes ambientes y situaciones, sus personajes comparten un poso de amargura que encaja muy bien con el título del libro.