Del Viaje del Héroe al Monomito estático

by Alister Mairon
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Todos hemos oído hablar en algún momento sobre el Viaje del Héroe. Esta estructura, conocida también como monomito, es la base de la mayoría de historias épicas que componen la literatura universal. Este mito único ha sido usado desde la Grecia Antigua hasta nuestros días, si bien el nombre se lo debemos a Joseph Campbell y su obra, El héroe de las mil caras.

Tal y como ya vimos al hablar sobre el Viaje de Héroe como arquetipo, Campell dividió este proceso en diecisiete etapas a través de las cuales el protagonista evoluciona. En este desarrollo intervienen mentores, villanos y obstáculos diversos. Para completar el ciclo, el héroe debe culminar su arco.

A lo largo de los años, el monomito ha ido adaptándose a las estructuras narrativas propias de cada género. Sin embargo, parece que el Viaje del Héroe sigue asociándose al desplazamiento físico por parte de los personajes. Y esto no es siempre así.

LA EVOLUCIÓN INTERIOR DEL PROTAGONISTA:
El MITO ÚNICO, EL VIAJE ESTÁTICO

La base del mito único es la evolución interior del protagonista. Y si bien esto puede coincidir con un periplo heroico como el realizado por Frodo y Sam en El Señor de los Anillos, esta no es una condición imprescindible. Mucho menos en la actualidad, cuando empiezan a aflorar lo que podríamos denominar viajes estáticos.

Ejemplos de ello podemos encontrar en la mayoría de novelas contemporáneas. Uno de ellos podemos verlo en El imperio final, primer tomo de la trilogía Nacidos de la Bruma, de Brandon Sanderson. En ella asistimos a la conversión de Vin, una ratera de la ciudad, en heroína. Para esta transformación, que pone fin a su infancia, el autor utiliza un viaje estático acotando el escenario a una única ubicación.

Vin

Vin, de Nacidos de la bruma.

Casi la totalidad de la historia sucede dentro de los muros de Luthadel. Es en esta ciudad y su campiña donde Vin evoluciona y madura como personaje. En sus calles aprende, se entrena y forja su personalidad. No precisa un largo periplo para dejar atrás su vida delictiva y sumarse a una causa mayor.

Un esquema parecido al que sigue Vin lo manifiesta también Ahriel, la protagonista de Alas de Fuego. En esta novela de corte juvenil, Laura Gallego sitúa todo el proceso de transformación de su personaje en la prisión de Gorlián. Es esta una suerte de pantano circular del que resulta imposible escapar, de modo que los reclusos han creado en ella una pseudo-estructura social.

El ángel femenino Ahriel se ve atrapada en ella por su pupila. Incapaz de escapar por sí sola y con las alas inutilizadas, la protagonista aprende junto al resto de prisioneros las reglas de un mundo hostil y terrible. Así, Ahriel cambia su manera de ver y entender el mundo sin abandonar los muros de Gorlián.

Siguiendo en el panorama nacional, uno de los últimos ejemplos de monomito estático lo encontramos en La danza de gohut. Escrita por Ferran Varela, se trata de una muy breve novela grimdark donde los personajes tienen todo el peso narrativo. El escenario principal es la celda de la mansión del Plenipotenciario. Allí se desarrollan las conversaciones entre la protagonista, Leara, y Rin, un joven que se creé gohut.

La danza del Gohut

A través de los diálogos y con el extraño Rin como mentor, Leara empieza a cuestionarse su vida y las normas sociales. La joven reflexiona y poco a poco va cambiando su percepción del mundo. Se produce así una evolución, una maduración interna que no requiere de desplazamiento.

DEL VIAJE DEL HÉROE AL MONOMITO

Podría decirse que la tendencia al Viaje de Héroe estático es una evolución natural del mismo. Los autores, sin renunciar a este arquetipo universal, lo moldean y adaptan a nuevas historias. Atrás quedan los viajes épicos, tan comunes en la fantasía clásica. Y si bien estos aún perviven en sagas como La Primera Ley, de Joe Abercrombie, entrevistado en nuestro N2, cada vez son menos frecuentes.

¿Significa esto una desaparición del monomito clásico? Lo cierto es que no. Lo más posible, según parece, es que este sea utilizado y transformado para adaptarse a un sinfín de composiciones. Todas ellas hermanadas con un fondo común. La evolución del personaje será el centro, la forma que esta adopte aún está por ver.

Siendo una estructura tan versátil, no sorprende que siga usándose de esquema básico para la construcción de multitud de novelas hoy día. Y parece que esta tendencia se mantendrá, al menos en los años próximos. De modo que estático o en movimiento, el Viaje del Héroe seguirá andando entre nosotros durante bastante tiempo.

1 comment

Ferran d' Armengol 15 mayo 2019 - 00:27

El autor de «El héroe de las mil caras» es Joseph Campbell, no Jhon.

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