El don, de Isaac Sánchez

by Daniel Izur
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¿Si el virus causante de la pandemia no te matara? ¿Si te hiciera más fuerte? ¿Si te otorgara superpoderes? En plena crisis sanitaria llega a las librerías El don, la nueva obra de Isaac Sánchez, autor de Taxus (entre nuestras mejores lecturas de 2020) y El regreso del hombre pez, publicadas por Dolmen Editorial.

el don comic reseña

EL DON

¿Y si el virus causante de la pandemia te otorgara superpoderes mientras corrompe tu cuerpo?

El don no lo conceden ni el destino ni una mano divina. No hay superhéroes, hay donados. Infectados, contagiados. Condenados, repudiados. Cuarentena, medicamentos y tratamiento. Porque, si las cosas se van de madre, mal asunto. El gobierno llama a la fuerza choque, al Superman todopoderoso, al vigilante azul que manipula la materia. Sol de Mayo sí que es un superhéroe como los de los cómics. Sol de Mayo sí ha recibido el don divino. Sol de Mayo sí que es nuestro salvador. Él no muere como el resto de donados. Él es algo más.

El don

Así comienza El don. Una escena casi apocalíptica: un mundo en llamas y una amenaza que trasciende los límites de lo que concebimos como natural. Lo poco que queda de humano en un infectado monstruoso está arrasando las fuerzas especiales cuando Sol de Mayo desciende sobre la tierra. Serio y erguido. Poderoso. Invencible. Sabemos que bastaría con una página en blanco para conocer el desenlace del enfrentamiento.

Y del superhéroe pasamos a Patri y Edu, una pareja de currantes que decide apretarse el cinturón para traer un niño al mundo, a su mundo, a un barrio obrero de Madrid. Dos personajes bien definidos con un registro lingüístico que se siente mucho más orgánico de lo que estamos acostumbrados a leer en los cómics y las novelas. Sumado a una ambientación y diálogos cuidados y logrados, tenemos una historia que traspasa la viñeta, que te sumerge en la vida de una pareja que, de un modo u otro, no resulta ajena.

Y sí, todo se va al carajo cuando a Edu le detectan el don. Y sí, ambos comprenden que lo suyo no será para siempre, que el don consume, que el don mata. Pero la vida les ha enseñado a luchar, a tirar p’alante, como bien dicen ellos. Y tirar p’alante es lo que harán.

El don

ESTILO Y ESTRUCTURA DE EL DON

Isaac Sánchez nos demuestra que puede cambiar de estilo cuando la historia lo pide y por eso nos encontramos con un dibujo más sobrio en el color y en el trazo. Menos redondeado y más geométrico, con viñetas minimalistas que evocan sentimientos muy íntimos y desoladores, intercalados con pasajes de acción que sí recuerdan a lo visto en Taxus.

Aun así, El don es un cómic que se acerca más a lo americano que a lo europeo, a diferencia de su anterior obra. Es un cómic de superhéroes diferente, como Watchmen, The Boys o Invencible, pero que sigue ciertas directrices del género. Se estructura en cuatro actos (que podrían ser grapas) divididos por tres interludios dedicados a diferentes teorías sobre el origen del virus: ciencia (dibujado por Cristina Charneco y guionizado por el propio Isaac Sánchez), religión (ilustrado por Julia Madrigal y escrito por Mérica Miranda) y conspiración (dibujado por Sara Jotabé y guionizado también por Isaac Sánchez). Y tirando para lo mío, para la literatura, me veo obligado a mencionar el texto de Mérica Miranda, acompañado brillantemente por las ilustraciones de Julia Madrigal. Lírico y simbólico.

El don

El estilo de Cristina Charneco, más contenido que el de Julia Madrigal, combina muy bien con la teoría científica que «escuchamos» en el podcast del interludio. Lo mismo sucede con las viñetas de Sara Jotabé, caricaturas que reflejan perfectamente las idas de olla en el interludio conspiranoico.

Sin embargo, hay aquí ciertos ciertos guiños al mundo real que a mí, personalmente, siempre me sacan de la lectura. Un punto que puede ser positivo o negativo según a quién se pregunte. Un Crespo que habla de ciencia, un Iker que habla de conspiraciones. Ya sabéis a qué me refiero. Guiños que unos pillarán y otros no. Y guiños que, en cualquier caso, no abundan en el cómic, que es lo que supondría un verdadero problema.

EL DON: CONCLUSIONES

Pero debajo de todo esto, debajo de los superpoderes, del virus y de la pareja de trabajadores humildes de Alcorcón subyace una filosofía que enriquece la obra con reflexión y relectura. Cuando terminé de leerla ni siquiera sabía si me había gustado o no. Ha sido ahora, al volver a las viñetas y al don, al ponerme a escribir y darle un par de vueltas más, cuando me ha conquistado. La lucha de clases, el sistema, lo correcto y lo incorrecto. Desde la mirada al infectado, al diferente, hasta el miedo a lo desconocido.

Isaac Sánchez. Foto: Patricia J. Garcinuño.

Isaac Sánchez ha cargado la narrativa de subtexto y redondea así una obra corta, evocadora, que cuenta mucho con poco, que revela un detalle más con cada relectura. Hay intención y buen hacer, amor por el medio del cómic y por el arte de contar historias. El don es una gran obra, diferente y original, que no repite la fórmula Taxus y que reafirma la prometedora carrera de Isaac Sánchez.

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