¿Quién es Carlos Ruiz Murcia y qué le hizo empezar a escribir?
Nací en Eibar en 1987 y he vivido a caballo entre Euskadi, Escocia y la montaña palentina, por resumir. Lo de escribir siempre ha ido de la mano con mi afición a la lectura, primero con los libros de Los Cinco, pasando por los de Pesadillas hasta dar el salto a Stephen King. Los primeros concursos locales me hicieron creer que era algo que se me podía dar bien. Luego la vida adulta te lleva por otro camino. Hace pocos años decidí retomarlo en serio, mejorar mi estilo y participar en convocatorias a ver hasta dónde podía llegar. Creo que la literatura es el arte más equitativo, puesto que todos jugamos con las mismas armas, y no hay historia que no se pueda contar.

Carlos Ruiz
Tu relato publicado en Windumanoth, «Cementerio de detectives», trata sobre dos investigadores que viajan hasta Escocia para indagar acerca de un macabro suceso. ¿Cómo se te ocurrió la idea? ¿Qué buscabas transmitir?
Tengo, bien en una libreta o en algún rincón remoto de mi cabeza, ideas vagas de las que tirar. La casa y el puente del relato, que causa esa locura suicida en los perros, existe realmente. Se trata de la casa Overtoun, en Dumbarton, Escocia. Viví muchos años en Edimburgo y he viajado por el país, pero nunca pude visitar ese lugar ya que la logística es un poco complicada. Seguro que existen muchos relatos ambientados allí, como en cualquier localización “encantada”.
Mis detectives salvajes, Carter y Savàge, quienes han protagonizado varios de mis relatos, siempre están buscando un nuevo lugar en el que meter las narices. Lo cierto es que cuando vi la convocatoria de Windumanoth no pensé inmediatamente en ello, porque no estaba muy inspirado para escribir sobre nada. Pero me senté, fui buscando las palabras, hilando con el tema de Cerbero, y conseguí sacarla adelante en unos días.
Como reflexión, muchos de los aficionados a temáticas de terror, misterio… lovecraftianas, vaya, compartimos muchos referentes. Eso hace que cada vez que aparece una convocatoria de relato nos liemos la manta a la cabeza y queramos escribir una novela en cinco mil palabras. Demostrar todo lo que sabemos. He pecado de eso. Opté por una aventurilla pulp, ligera, con pocos personajes pero bien definidos. Una historia simple, pero efectiva, que pudiera gustar y no pasarme de denso. Creo que eso encaja mejor en relatos de mayor extensión.
¿Esta ha sido tu primera incursión en la literatura de género? ¿Es una excepción en tu carrera o tienes planes de seguir escribiendo fantasía, ci-fi o terror?
La verdad es que los relatos cortos de terror y misterio es el terreno en el que estoy más cómodo. Fantasía y ci-fi no acaban de ser lo mío, aunque Ray Bradbury sea uno de mis escritores favoritos. Me gustan mucho los Mitos porque no necesitan una técnica literaria exquisita. Solo historias oscuras y bien contadas, con el ánimo de entretener. Una vez acepté que ese era mi camino, todo ha sido más fácil.
Me explico: si me preguntan qué escritores pondría en lo más alto por su técnica narrativa, hablaría de Carver, Delibes, Hemingway, las Brönte, Faulkner, Borges, Bolaño… pero con lo que disfruto más, lo que puedo releer cuarenta veces sin cansarme, es King, Lovecraft, Bukowski… no puedo estar a la altura de ninguno en mil vidas, pero puedo mezclar sus influencias para hacer algo entretenido para mí y para quien quiera leerlo. Y la verdad es que cada día se me ocurren historias nuevas, por lo que no planeo dejar de hacerlo salvo fuerza mayor.
¿Qué otras obras tuyas podemos encontrar en el mercado? ¿Y en proyecto?
Principalmente he participado en revistas y antologías: Pulporama (unos seis números, con el séptimo en mente), Círculo de Lovecraft, Dentro del Monolito, Terror con voz de mujer, Entre mitos y pesadillas, La bastarda postmoderna… y algunas digitales como El Yunque de Hefesto, Exogénesis y muchas más. Hay algunas de próxima aparición en el momento de escribir estas líneas. Hace poco obtuve el primer lugar en la categoría Relato de Terror en el I Certamen Cuentos del Bosque Oscuro, con «La ecuación de Judas», quizá la obra de tres mil palabras de la que estoy más orgulloso. Podeís escuchar en su podcast de Ivoox la sobrecogedora narración que hizo JC González, así como del resto de obras seleccionadas.
Recientemente tuve el impulso de probar con narrativa más extensa. Tengo una novelette, protagonizada por Carter y Savàge, a la espera de respuesta por parte de editorial. Soy todavía muy inexperto en esto, pero soñar es gratis. Y, como he dado mucho la chapa en redes sociales, tengo un proyecto al que llamo “Detective weird western”, del cual algunos relatos han visto la luz de forma independiente en la revista Cuentística y la antología benéfica Yo recuerdo. La idea es que todos esos relatos formen una novela, ya que son casos que investiga una pareja de detectives en los últimos coleteos del Salvaje Oeste. Sé que el western es veneno para las ventas, pero lo bien que me siento volviendo a ese mundo es más que suficiente.
A parte de escribir también has pasado bastante tiempo de tu vida viajando y trabajando en el extranjero. ¿Cómo influye esta faceta de tu vida en la escritura?
Hace unos años, y debido a mis viajes por Escocia, escribí artículos para una web española. La experiencia no fue buena y no me gusta pensar mucho en ello, pero aprendí bastante a la hora de trabajar las descripciones.
En un texto ligero, la descripción del lugar debe llevar al lector hacia adelante, no tenerlo parado durante interminables párrafos. Que el ritmo no decaiga a causa de ello. Y bueno, ese mágico país (y sus vecinos) están llenos de costas desiertas, castillos abandonados, catedrales en ruinas, lugares místicos y librerías hasta los topes de magia.
A veces, aunque tú no lo notes en el momento, tu cerebro está tomando notas con las que sorprenderte más adelante. Por ejemplo, una vez soñé un relato entero ambientado en los bosques cercanos a la ciudad de Perth. Lo escribí tal cual y Pulporama lo publicó en su especial Pulporamita bajo el nombre de «Misterio de la bruja en la niebla». También la forma de hablar de la gente y cómo cuentan las cosas allí, me ha ayudado a la hora de crear personajes pintorescos, diálogos y muchas de esas historias.
¿Nos recomiendas un libro de género?
Si me permitís, voy a recomendar dos que he conocido por medio de X/Twitter:
Recuerda el fuego primero: Cantares de fantasía épica, de Carlos Pellín Sánchez. Poesía pura, escrita al más puro estilo cantar de gesta. Mitología, héroes primigenios, Vlad Dracul e incluso historias más modernas y costumbristas. La forma de narrar, o versar, de Carlos me fascina en, además, un género dificilísimo y muy olvidado en la actualidad. Muy recomendable, no he visto nunca nada igual fuera de los clásicos.
Hijos del acero, de Rosa N. Morillo. Lo que ahora llaman grimdark, fantasía oscura, espada y brujería de toda la vida. A mi me recuerda a Los pilares de la tierra en el universo de Canción de Hielo y Fuego. Rosa tiene un estilo brutal que te hace pasar páginas mientras lees aventuras macabras y desasosegantes, no te da tregua. Lo tiene disponible de forma gratuita en Lektu y le deseo lo mejor con sus futuras obras, de las que estoy expectante.
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