Reseña: La compañía negra: La primera crónica

by Tomás Rivera
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Título: La compañía negra: La primera crónica
Autor: Glen Cook
Editorial: Montena
Año de edición: 2019
Extensión: 384 páginas
Encuadernación: Rústica
Precio: 18,95 €


Cuando pensamos en grimdark, inevitablemente vienen a nuestra mente los nombres de Joe Abercrombie, George R.R. Martin o Steven Erikson. Si pensamos en los precursores de la fantasía oscura, lo haremos en Michael Moorcock o en Fritz Leiber. Pero siempre pasamos por alto ramas del árbol geneálogico que nace con autores como Robert E. Howard y Clark Asthon Smith. Una de ellas es Glen Cook, que revolvería el género fantástico en 1984 con el primer volumen de su longeva saga La compañía negra. Tras la ya lejana edición de La Factoría de ideas, disponemos ahora de una reedición por parte de Montena.

La primera crónica

LA SAGA

La compañía negra. La primera crónica es el arranque de una trilogía, que continúa con Sombras fluctuantes y se cierra con La rosa blanca. Glen Cook continúa aún escribiendo las andanzas de la compañía, y actualmente va por la décima entrega.

La intención del autor era cuestionarse los tropos comunes de la fantasía heroica, y en particular su maniqueísmo.  Por ello entrega una historia donde no hay buenos ni malos, y donde ambos bandos en conflicto nos parecen igualmente crueles y despiadados. Terminada la lectura, nos será difícil implicarnos con uno u otro bando, más allá de la simpatía que Glen Cook logra despertar por los protagonistas, pues ambos nos resultan igual de cuestionables.

La Compañía negra es una unidad de mercenarios sin moral ni escrúpulos (regida, eso sí, por un férreo código de honor: siempre cumplen su compromiso con quien les paga), compuesta por tipos duros, coriáceos, curtidos hasta la indolencia, bastante cínicos y un tanto amargados. Nos dicen que son «la última de las doce compañías libres», aunque no se profundiza mucho más. Flota, eso sí, una sensación de decadencia, de un antiguo esplendor ahora perdido. De que La Compañía, si bien sigue siendo formidable,  es un reflejo deslucido de lo que antaño fuera.

LA PRIMERA CRÓNICA

Lo que estamos leyendo es el testimonio en primera persona de Matasanos, médico (en realidad poco más que un curandero) de La Compañía. Y también cronista, pues es quien conserva y escribe los Anales, documento de la antigua gloria, que va actualizando a medida que narra la historia. Historia que comienza in media res, durante una batalla, y que mantendrá un acusado tono oral y coloquial a lo largo de toda la narración.

Porque Matasanos, salvo en momentos puntuales en los que cobrará un protagonismo decisivo para los acontecimientos, es un simple testigo, que relata una trama de la que no es motor. Todo podría decidirse sin su presencia, pues el verdadero protagonista es La Compañía negra, en forma de personaje coral.

El estilo de Glen Cook ahorra en descripciones hasta el extremo. Apenas conoceremos unos pocos rasgos físicos de Matasanos y sus compañeros, cuyos nombres se reducen a apodos: Tam-Tam, Cuervo, Un Ojo, Goblin, Silencioso… lo mismo ocurre con los demás: Rastrillador, el Renco o Susurro. La poderosa nigromante que rige un imperio de oscuridad se conoce simplemente como La Dama, y sus lugartenientes (Los Diez Tomados) responden a sonoros sobrenombres como Atrapaalmas, Cambiaformas, Aullador o Roehuesos. Todo esto puede responder, como transmite Glen Cook por boca de un personaje, en que en su universo rige la regla mágica tradicional popularizada por Ursula K. LeGuin, según la cual conocer el verdadero nombre de las cosas y las personas otorga poder sobre ellas.

Este estilo sucinto, en el que Matasanos casi no describe a personas ni escenarios, permite que la narración sea ágil, muy viva. Ahora bien, los acontecimientos se agolpan y la trama avanza a arreones, reproduciendo el caos y la confusión propios de una campaña militar particularmente accidentada. Porque La Compañía negra comienza la historia librando una guerra en la que no parece irles demasiado bien, y son reclutados por Atrapaalmas para luchar en el bando de La Dama, enfrentándose a los Rebeldes de La Rosa Blanca. Así deben atravesar el mar y cambiar de continente, iniciando una sucesión de bandazos que los llevan de una batalla a otra hasta que llegue la gran batalla final.

La compañía negra

Ilustración de Raymond Swanland para la saga de La compañía negra.

Este barullo se acentúa por el hecho de que casi todas las batallas en las que interviene La Compañía son citadas, pero no narradas. Matasanos cuenta cómo les fue y pasamos a la siguiente, mientras que el grueso de la narración la ocupan las relaciones interpersonales y el enmarañado juego de lealtades, traiciones, conjuras y enemistades entre miembros de un mismo bando. Así, Los Diez Tomados pelean entre sí a la vez que lo hacen contra los Rebeldes, sorprendiéndonos Glen Cook con giros de guión y acciones de estos Tomados que no siempre llegamos a comprender.

Si cabe buscar un paralelismo entre la saga de La Compañía negra y algún otro referente literario, sería uno tan alejado de la fantasía como Sven Hassel con sus novelas sobre la Segunda Guerra Mundial y su grupo de soldados de la Wehrmacht.  Combatientes comunes, desencantados, que no siempre comparten (y raramente entienden) los motivos de sus superiores, y que intentan sobrevivir en medio de una guerra que en el fondo les es indiferente. Como en la obra de Hassel, es el día a día de los mercenarios lo que sostiene y da forma a la trama de La Compañía negra. La primera crónica.

Y de igual modo que en las novelas de Hassel, aquí la guerra es cruel, inhumana y absurda. Guerra que el grimdark de Gleen Cook eleva a la hipérbole: la gran batalla final involucra a cientos de miles de soldados, y los muertos acaban por formar capas sobre el suelo. Aquí sí que se explaya Gleen Cook, con escaramuzas, movimientos de tropas, un asedio frente a una defensa numantina y hechizos espectaculares. Pese a lo cual la narración de Matasanos sigue siendo desapasionada, la de un veterano que ya ha visto la misma matanza antes y al que en el fondo poco le importa el desenlace, pues su lealtad no va más allá de su paga.

En este último asalto, ambos bandos se conducen con la misma brutalidad, y el sentimiento final (que Cook consigue transmitir al lector) es que La Compañía podría haber luchado en cualquiera de los dos, pues ninguno es más legítimo que el otro ni posee valores más nobles. Como sea, se le toma cariño a Matasanos y al resto, como el enigmático Cuervo, el histriónico Goblin o el veterano Capitán.

CONCLUSIÓN

La Compañía negra. La primera crónica resulta atípica en muchos aspectos. No sigue el esquema del  viaje del héroe, su protagonista no es el elegido ni el emperador de todas las cosas, y como ya dijimos no plantea dos bandos identificables como El Bien y El Mal. Hay magia, pero es turbia y siempre malintencionada, dañina. Hay criaturas fantásticas, peligrosas y mortíferas. Hay una Profecía, mas es un fraude, y creer en ella resulta fatal. Hay una Dama hermosísima y poderosa, pero es una bruja despiadada. En el universo de Gleen Cook todo puede matarte y por norma general tiene intención de hacerlo.

Sobre esto, hay un trabajo de worldbuilding, aunque a base de esbozos. El universo se sostiene con coherencia, aunque se trata más de una idea general que de un entramado definido de forma pormenorizada. De hecho el volumen no incluye el clásico mapa del mundo que acostumbra a acompañar a las novelas de fantasía heroica.

El final de La Compañía negra. La primera crónica cierra la trama de forma satisfactoria, y deja abierta la posibilidad de que las andanzas de Matasanos y el resto de La Compañía continúen. La lectura de este primer volumen deja con ganas de más, una vez se vence el desconcierto que puede causar al principio su narración atropellada, en la que los personajes nuevos con peso en la trama aparecen de repente sin referencias previas. Es, en conclusión, una novela de fantasía oscura que bien merecía una reedición, para que el público actual descubra a un autor de trascendencia para el subgénero grimdark.

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4 comments

Miguel 10 mayo 2019 - 10:05

Hola. Supongo que la edición es la misma de La Factoría, sabéis si hay correcciones o nueva traducción?

Reply
Álex Sebastián 11 mayo 2019 - 21:47

Hola. La traducción es de Domingo Santos, la misma de La Factoría. Suponemos que para la nueva edición le habrán pegado una revisión pero lo desconocemos.

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Carlos 10 mayo 2019 - 15:36

Hola! Tengo unos cuantos de la edición de La Factoría de Ideas. ¿Qué cambios hay respecto a esa edición? Es decir, la traducción se supone que es la misma, pero se ha retocado, arreglado o cambiado algo?

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Álex Sebastián 11 mayo 2019 - 21:48

Hola. Efectivamente la traducción es la misma, a cargo de Domingo Santos. Desconocemos las correcciones o revisiones que se han hecho sobre el texto de La Factoría.

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