Título: La Caída de Gondolin
Autor: J. R.R Tolkien
Editorial: Minotauro
Año de edición: 2019
Extensión: 326 páginas
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
Precio: 21,95 €
“Por último, en el año que Eärendil cumplió siete años, Morgoth estuvo preparado, y lanzó sobre Gondolin a Balrogs y Orcos y Lobos; y con ellos iban dragones de la estirpe de Glaurung, numerosos y terribles. El ejército de Morgoth vino por las montañas septentrionales donde era mayor la altura y menos atenta la vigilancia, y llegó por la noche en tiempo festivo, cuando todo el pueblo de Gondolin estaba sobre los muros esperando el amanecer, para cantar cuando el sol se elevara en el cielo; porque al día siguiente era la gran fiesta, que ellos llamaban las Puertas del Verano. Pero la luz roja tiñó las colinas del norte y no las del este; y nada detuvo a los enemigos hasta que estuvieron bajo los muros mismos de Gondolin, y ya no hubo modo de impedir el sitio de la ciudad. De todos los hechos de valor desesperado que allí llevaron a cabo los capitanes de las casas nobles y sus guerreros, y no fue Tuor el menos valiente, mucho se cuenta en La caída de Gondolin: la lucha de Ecthelion de la Fuente con Gothmog Señor de los Balrogs, librada en la misma plaza del rey, en la que se dieron muerte el uno al otro; y la defensa de la torre de Turgon, hasta que fue derribada; y grandes fueron la caída y ruina de la torre, y la caída de Turgon.”
Con estas palabras iniciaba John Ronald Reuel Tolkien en la versión publicada de El Silmarillion (1977) la narración de uno de los grandes momentos de su legendarium fantástico. Una historia que en esa obra se resume en apenas unos cinco párrafos. Lo que pocos sabíamos cuando lo leímos por primera vez es que la historia de la caída de Gondolin era mucho más extensa y que fue el relato germinal que sirvió de cimiento para la creación de la Tierra Media.
Su origen se remonta a 1917 cuando el joven autor había regresado a Inglaterra para recuperarse de la “fiebre de las trincheras”, la enfermedad que había contraído combatiendo en el Somme durante la Primera Guerra Mundial. Después de los horrores del campo de batalla, Tolkien empezó a construir una historia fantástica que lo acompañaría durante toda su vida adulta y que, desgraciadamente, nunca logró llegar a ver publicada.

Tolkien en 1916
Por suerte, gracias a La caída de Gondolin los lectores podemos disfrutar en un solo volumen de todas las versiones de este relato que J.R.R. Tolkien escribió a lo largo de casi 40 años de vida. El nuevo libro de ediciones Minotauro nos llega gracias al trabajo como editor de Christopher Tolkien, el hijo y albacea literario del escritor que ha mantenido viva la llama de su legado y que con esta obra (y con 94 años a sus espaldas) ha decidido que sea su última incursión en la Tierra Media.
LA EDICIÓN DE MINOTAURO
La elegante edición de Minotauro nos permite recorrer las distintas versiones de la historia de Tuor y el terrible ocaso de Gondolin, así como su importante papel en la evolución de la Primera Edad (y de la Tierra Media en conjunto) en la mente de Tolkien. Porque desde su origen como parte de El libro de los cuentos perdidos, hasta su última versión como elemento central en El Silmarillion, la historia del último refugio de los Noldor en Beleriand sufrió un sinnúmero de modificaciones.
Y es que, como las antiguas pirámides aztecas, Tolkien construía sus historias sobre los cimientos de la versión anterior, con cada nueva etapa cambiando detalles mínimos (desde los parentesco hasta los nombres de los personajes o la toponimia élfica) o bien añadiendo nuevos elementos al conjunto narrativo que lo expandían en nuevas direcciones.
Así, el extenso relato original escrito en 1917 fue la basesobre la que cimentó la versión mucho más breve del ‘Esbozo de la mitología’ de 1926 (el que se puede considerar el primer Silmarillion). Más adelante le seguirían el relato del Quenta Noldorinwa de 1930 (la única versión completa de El Silmarillion que Tolkien nos dejó), y finalmente De Tuor y su llegada a Gondolin, su último acercamiento a la historia escrita en 1951 y que se interrumpe justo cuando el héroe alcanza a divisar el último refugio de los Noldor contra la ira de Morgoth.
Según explica Christopher Tolkien en sus apuntes, parece que el desánimo de su padre por no lograr ver publicados de forma conjunta El Señor de los Anillos y El Silmarillion a principios de la década de los 50 influyó contundentemente en su decisión de abandonar este último relato… y, por desgracia, nunca más volvió a tratar el tema.
Con La caída de Gondolin tenemos reunidas todas estas versiones, estructuradas de forma cronológica y acompañadas de los diversos apuntes de Christopher Tolkien, que ayudan a comprender la evolución de los diversos elementos de la historia. Además, la edición nos llega acompañada de las ilustraciones realizadas en exclusiva por Alan Lee. El artista inglés lleva toda una vida poniendo imágenes a la obra de Tolkien (desde novelas hasta aportando su visión como artista conceptual en las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson), y una vez más demuestra estar a la altura de la mitología. Ya sea en sus dibujos en blanco y negro como con las diversas láminas a todo color, logra capturar la magia de los momentos más memorables de la odisea de Tuor y la fatídica caída de Gondolin. Realmente memorables visualmente son el encuentro de Tuor y Ulmo, en las orillas del mar occidental, la visión de la destrucción de Gondolin de los supervivientes del desastre, o el mítico enfrentamiento entre Glorfindel y el Balrog. Todo un deleite para el amante de la inmortal obra tolkieniana.
La caída de Gondolin es un viaje al corazón de la historia que originó la mitología fantástica más célebre e influyente del siglo XX. Un joven Tolkien, recién regresado de los brutales campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, fue capaz de imaginar una épica y asombrosa mitología que acabó convirtiéndose en el cimiento fundacional de la Tierra Media.
Christopher Tolkien nos trae un completo repaso a la evolución de la historia de Gondolin a lo largo de las décadas, como su concepción fue variando (tanto en relación con el crecimiento de El Silmarillion como gracias al surgimiento inesperado de El Señor de los Anillos a finales de la década de 1930). Un viaje que el lector puede disfrutar acompañado de las hermosas ilustraciones de Alan Lee y que permite recorrer de nuevo los caminos de la Tierra Media para encontrarnos una última vez, con el mismo asombro de Tuor, «el hermoso valle de Tumladen, engarzado como una joya verde entre las colinas de alrededor; y a lo lejos, sobre la altura rocosa de Amon Gwareth, vio a Gondolin la grande, ciudad de siete nombres, cuya fama y gloria es alta en el canto de todos los Elfos de las Tierras de Aquende.»