Título: La Feria de las Tinieblas
Autor: Ray Bradbury
Editorial: Minotauro
Año de edición: 2019
Extensión: 336 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP: 12,95 € (papel) / 5,99 € (digital
Stephen King, en su obra Danza Macabra comparte una enorme lista de libros de terror —y de películas— que cualquier aspirante a escritor de terror debería leer. La feria de las tinieblas, de Ray Bradbury, reeditada recientemente por Minotauro en su gran colección Bibliotecas de autor, es una de las novelas que aparecen en ella. No solo eso, King habla de ella en el libro y nos dice que es una obra que lo marcó en su momento.
Yo me sumergí en la lectura de esta novela con mucha pasión. No solo por las palabras que King le dedica en su obra, sino porque me gusta mucho Bradbury y también, porque recordaba la adaptación cinematográfica de 1983, con un magnífico Jonathan Pryce (sí, ese pesado del Gorrión Supremo) como El Hombre Ilustrado.
¿QUÉ ES LA FERIA DE LAS TINIEBLAS?
La novela nos pone en la piel de James Nightshade y William Halloway, dos niños que son las dos caras de la moneda, o lo que es lo mismo: el día y la noche. Los dos chicos habitan un pequeño y tranquilo pueblo del medio oeste americano. El padre de Will, Charles Halloway es el encargado de la biblioteca del lugar y un hombre atribulado por la diferencia de edad que lo separa de su pequeño.
Un buen día, mientras los dos niños sueñan despiertos, alguien los aborda. Es un extraño vendedor de pararrayos, que les asegura que un rayo caerá sobre la casa de uno de los dos. Esa misma noche, algo extraño sucede: llega una feria en mitad de la oscuridad. Will y Jim se escapan de sus casas y observan como la extraña feria llega a bordo de un tren envuelto en la niebla. Es otoño y no debería haber ferias hasta la primavera, sin embargo allí están.
Pronto descubrirán que la feria oculta un grave peligro. No solo por los extraños seres que la pueblan, sino por un tiovivo que puede transformar a un adulto en un niño o a un niño en un anciano decrépito. Jim, valiente y obstinado, está decidido a hacer feliz a su madre y para ello no dudará en poner en peligro su alma y las vidas de todos para ello.
Los dos chicos tendrán que enfrentarse a sus destinos y al misterioso Señor Dark, el Hombre Ilustrado, dueño de la feria y que tiene el cuerpo cubierto de tatuajes, uno por cada persona que ha sido seducida por la siniestra feria. Por suerte para los dos, la siniestra presencia del Hombre Ilustrado se verá contrarrestada por la del señor Halloway, el padre de Will, que arriesgará su alma para salvar a los dos pequeños de las garras de los engendros.
BRADBURY Y EL PAÍS DEL OTOÑO
El libro forma parte de una serie que empieza con El vino del estío y El verano de la despedida. Aquí, el lector se encuentra con un Bradbury diferente, no es el escritor de ciencia ficción, es algo más El libro es una alegoría, el Señor Dark representa al diablo y la feria no son más que las tentaciones de la vida. El estilo narrativo puede hacerse pesado para algunos, ya que tiene un deje muy poético, repleto de símiles y metáforas. Es un libro de su tiempo, con un lenguaje que se asemeja más a Trópico de Cáncer de Miller a Farenheit 451.
La historia real que envuelve la novela resulta casi más interesante que lo encontramos entre las páginas. El título original, Something wicked this way comes, está sacado directamente de Macbeth: «Por el picor de mis pulgares/algo malo está por suceder».
La novela se inició el mismo día en que Bradbury supo que iba a ser escritor. Sucedió cuando era solo un niño de doce y fue a la feria con su familia. Allí conoció a un mago el Señor Eléctrico, que le ordenó vivir eternamente, más tarde el mismo mago le diría que en realidad era la reencarnación de un amigo perdido en la Primera Guerra Mundial, aquello impresionó mucho al joven Bradbury, al volver a casa comenzó a escribir y ya nunca dejó de hacerlo.
La novela forma pare de la llamada trilogía de la Ciudad Verde que, junto a la colección de cuentos cortos, Verano día, verano noche están ambientadas en la ciudad ficticia de Waukegan.