Título: Orgasmatón
Autor: Ian Watson
Editorial: Gigamesh
Año de edición: 2019
Extensión: 288 páginas
Encuadernación: Rústica
Precio: 8, 55 € (papel) / 2,84 € (ebook)
Leer a Ian Watson es enfrentarse al delirio racional. La ciencia ficción tiene en este autor un relevo perfecto a pasados genios como K. Dick. Orgasmatón, como otras de sus obras, ofrece al lector una visión de un mundo retorcido. Watson pone patas arriba los fundamentos de la percepción de nuestro mundo.
Orgasmatón es una sátira sexista. Un mundo en el que las mujeres son creadas a la carta, en un proceso que nos hace recordar al que se empleaba en los laboratorios fordianos de Un Mundo Feliz de Aldous Huxley. Estas mujeres, creadas para el capricho masculino, están destinadas a una existencia corta, triste y, casi siempre, malograda.
En el extraño mundo que ha creado Watson, las leyes oprimen a la mujer hasta el punto de anularla completamente. La convierten en un mero recipiente para las pasiones masculinas. Ni siquiera tienen pensamientos o voluntad, pues todas llevan un emisor y los hombres pueden «sintonizarlas» como les plazca; desde una amante madre, hasta una valkiria, pasando por una lujuriosa damisela de salón.
LAS LEYES DE LA FEMINÍSTICA DE IAN WATSON
La historia nos traslada a una isla artificial de cemento en la que se encuentra el laboratorio de mujeres. Allí, las «chicas» son fabricadas a gusto del consumidor, siguiendo las tres leyes de la feminística, a saber:
- Tu cuerpo no es tuyo.
- Obedecerás todas las órdenes de tu dueño (en caso de perderlo, las de cualquier hombre).
- No herirás a ningún hombre.
Entre las mujeres que protagonizan la esperpéntica narración encontramos algunas con hasta seis pechos y siete pezones (uno de ellos en la barbilla), Mari la líder revolucionaria que es mitad gato y otras locuras como mujeres dragón, mujeres pájaro y hasta siamesas destinadas a cumplir las fantasías sexuales de sus dueños.
Orgasmatón, aunque puede asustar por su sinopsis es una lectura muy completa. Es una distopía basada en el sexo y el abuso de poder. Nos muestra el machismo llevado a su máximo exponente. Un canto a la desmesura y a la fatalidad de los impulsos humanos. Un mundo en el que las mujeres de cierta edad son encerradas en máquinas llamadas orgasmatones para que los hombres puedan tener sexo en cualquier parte.
ORGASMATÓN, UN LIBRO QUE SE ADELANTÓ A SU TIEMPO
El libro de Watson se adelantó varios años a la guerra de sexos. Nos muestra cómo puede acabar siendo el mundo si la igualdad no se consigue. Un Patriarcado gobernado por un ordenador y unas leyes como la MACHO. La lectura, en algunas ocasiones, resulta perturbadora, presentando un mundo increíblemente hostil con las mujeres.
La narración de Watson es errática, saltando entre diferentes momentos de la vida de varias de estas mujeres a la carta. Podremos ver el despertar de algunas de ellas, entre escenas horribles y ensoñaciones. Se nos muestra una sociedad en la que solo importa el hombre y, sobre todo, la completa satisfacción de sus instintos, con máquinas para follar en cualquier esquina y concursos de televisión en los que el público de todo el mundo puede sentir como un tipo cualquiera viola a una mujer (sentir siempre desde el punto masculino, claro).
La narrativa es peculiar y te obliga a prestar atención y a estar presente en la lectura. Es errática y salta entre escenas, recuerdos y ensoñaciones. Nunca se tiene sensación de continuidad y es esa desconexión la que más nos acerca a los personajes protagonistas, los androides sexuales.
Orgasmatón es una obra de ficción especulativa que se adelantó muchos años al problema del sexismo. Una novela que muestra los problemas de la desigualdad, aunque de una forma retorcida y exagerada (o quizá no tanto). El resultado final es una obra de ciencia ficción bien construida, pura, mucho más profunda de lo que parece durante las primeras docenas de páginas.
Orgasmatón fue rechazado por todos los editores de la época, que no eran capaz de ver más allá del lenguaje y las escenas obscenas. Sin embargo, su éxito aplastante en Japón les llevó a replantearse su publicación.