Tras más de un año de espera, los fans de Good Omens ya podemos disfrutar al fin de la adaptación que Amazon Prime ha hecho de la novela homónima escrita por Neil Gaiman y Terry Pratchett.
Que trasladar obras de género a la pantalla es tendencia entre las plataformas audiovisuales no es novedad. Las productoras de ocio están apostando fuerte por el fantástico. Gracias a eso, estamos pudiendo disfrutar de éxitos tan destacables como lo está siendo Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina. Y lo que nos queda por ver todavía.
¿Pero qué ocurre cuando la adaptación se basa en una novela con un nutrido volumen de fans?
Cuando a un lector le anuncian que uno de sus libros favoritos va a ser llevado a la pantalla se siente embargado por dos emociones contradictorias. Alegría y miedo. O al menos así fue como los fans de Buenos Presagios, novela escrita a dos manos por Neil Gaiman y el ya fallecido sir Terry Pratchett, recibieron la noticia de que Amazon Prime estaba preparando una adaptación.
Trasladar una obra del papel al formato audiovisual nunca es sencillo. Y menos cuando se trata de una novela escrita por dos autores de tanto renombre. Las expectativas son altas, así como el afecto de los lectores hacia esa obra, éxito en los años 90. La combinación de ambos factores puede resultar en algo explosivo. Y no siempre en el buen sentido.
Por suerte para los fans, parece que Good Omens ha logrado satisfacer sus expectativas. E incluso superarlas. Dado que ver adaptada esta serie era uno de los deseos del maestro del humor Terry Pratchett, supongo que este éxito es motivo de doble alegría.
LA SERIE DE GOOD OMENS
Concebida como una miniserie de seis episodios, Good Omens traslada a la pantalla la particular y humorística visión del Fin del Mundo concebida décadas atrás por Terry Pratchett y Neil Gaiman. Cabe decir que este último ha jugado un papel clave en la adaptación de la novela, participando en la redacción del guión.
El fin se acerca. La culpa, por primera vez en mucho tiempo, no la tiene el cambio climático. Ni tampoco una inminente Tercera Guerra Mundial. Al contrario, todo responde al Gran Plan de Dios, también conocido como Apocalipsis. Ha llegado el momento de enviar al Anticristo a la tierra para que, cumplidos los once años, pueda empezar la debacle y la inevitable guerra final entre Cielo e Infierno.
¿Inevitable? Bueno, de todos es sabido que el plan de Dios es inefable. Sin embargo, no todos en el Cielo y el Infierno se frotan las manos de alegría ante el inminente Armagedón. Un particular dúo, compuesto por el ángel Aziraphale y el demonio Crowley, demasiado enamorados de la vida entre los humanos, procurará impedirlo con todas sus fuerzas.
Tan terrible final no es una sorpresa. Fue predicho siglos antes por una bruja, tal y como queda recogido en Las Buenas y Acertadas Profecías de Agnes la Chalada. Libro en mano, Anathema, descendiente de la bruja vidente, lleva toda la vida preparándose para evitar lo que parece inevitable. Y para encontrarse con el pariente del caza-brujas que ejecutó a Agnes, el joven Newt Pulsifer.
Mientras, ajeno al revuelo causado por su simple existencia, el Anticristo, bajo el nombre de Adam Young, vive una apacible vida en el remoto pueblecito de Tadfield. Un lugar donde nunca ocurre nada extraordinario. Salvo que siempre hace el clima perfecto para la época del año.
LOS PERSONAJES DE GOOD OMENS
Como puede verse, Good Omens es una serie de personajes. Del mismo modo que ocurría en la novela, la historia gira en torno a tres grupos principales de ellos. A los que se suman todo un conjunto de variopintos personajes secundarios. Algunos de ellos tan reconocibles como los Cuatro Moteros del Apocalipsis. Y otros simplemente entrañables, como El Sabueso Infernal. O las monjas satánicas de la Orden de las Parlanchinas de Santa Berilia.
El primer grupo de personajes lo integran Adam Young y su pandilla. Ajenos todos ellos a la naturaleza de Adam, los cuatro chicos viven felices en Tadfield. Como cualquier grupo de niños de once años, van en bicicleta y se divierten jugando a los juegos que la Adam inventa para ellos. A su alrededor, gracias a los poderes de Adam para cambiar la realidad, van sucediendo toda clase de eventos maravillosos. Como la aparición de Sabueso Infernal, llamado Perro. O el surgimiento de la Atlántida. Pero en su inocencia infantil, ninguno en la banda sospecha que están jugando con el mismísimo Anticristo.
Adam Young
El segundo grupo de personajes lo forman las brujas y los caza-brujas, divididos a su vez en dos parejas. Por un lado hallamos al veterano sargento caza-brujas Shadwell, quien habita en un edificio de mala muerte con Madame Tracy, vidente y mujer de la vida. Él es quien contrata para su causa al segundo (último) miembro de la orden de Cazadores de Brujas: Newton Pulsifer.
Shadwell
Por su parte, aunque lo ignora, Newt es descendiente del famoso No-Cometerás-Adulterio Pulsifer, ejecutor de Agnes la Chalada. A diferencia de Shadwell, él no cree en las brujas. Sin embargo, acepta el trabajo para no quedar desempleado. Esta decisión será la que lo lleve hasta Tadfield para investigar unos extrañas sucesos. Allí conocerá a Anathema, ocultista e intérprete de profecías. A diferencia de Newt, ella saber perfectamente cuáles son sus orígenes. Y también que tiene el cometido de poner fin al Apocalipsis hallando al Anticristo.
El último grupo lo compone la pareja protagonista, integrada por el ángel Aziraphale y el demonio Crowley. Ambos son agentes de sus respectivos bandos que, al Principio de los Tiempos, son enviados a la Tierra. Su misión es garantizar la victoria de su facción antes del Apocalipsis. Sin embargo, las cosas no salen como sus superiores habían previsto y ambos no tardan en acostumbrarse a la vida en la Tierra. Y no solo eso: su teórica y acérrima enemistad ni siquiera sobrevive más allá del Jardín del Edén.
Aziraphale y Crowley
Aziraphale es el ángel de la Puerta Este del Edén. Desde su llegada a la Tierra se interesó por los humanos y sus costumbres. Tanto es así que en el momento presente regenta una librería en la que guarda todos los originales que ha ido obteniendo a lo largo de los siglos. Muchos de ellos incluyen incluso la firma del autor. Aziraphale está sinceramente enamorado de la vida entre los humanos. Y también de la gastronomía que ha creado.
Por su parte Crowley es la antigua Serpiente del Edén. De este pasado reptiliano conserva unos llamativos ojos amarillos que oculta tras sus gafas de sol. Más que un ángel caído, Crowley es uno que se dio un garbeo calle abajo. Al igual que Aziraphale, disfruta de su vida en la Tierra y de los placeres que esta le ofrece. Por ejemplo, poder conducir su amado Bentley a velocidades impropias. O tener su piso del centro de Londres ocupado por las plantas más esbeltas (y aterrorizadas) de la ciudad.
Obligados por sus respectivos bandos a permanecer en la Tierra resultaba inevitable que se conocieran. Lo que ya no era tan previsible es que acabasen convirtiéndose en aliados y colaboradores. De hecho, podría decirse que la trama entera de Good Omens gira entorno a la relación que se establece entre esta singular pareja y sus intentos por evitar la llegada del Armagedón.
El afecto que se profesan es tal que Aziraphale y Crowley constituyen su propio bando, al margen de los intereses de Cielo e Infierno. La suya podría parecer una relación de intereses, pero nada más lejos de la realidad. Se tienen el uno al otro porque son los únicos que pueden entenderse mutuamente. Y por ello están dispuestos a dar la cara el uno por el otro. A pesar de ello, caracteres tan opuestos están condenados a reñir de continuo, estableciendo una dinámica de pareja cercana a la co-dependencia.
CONCLUSIÓN
La incomparable dinámica de la pareja protagonista ha sido trasladada a la pantalla con maestría por Michael Sheen y David Tennant. Ambos actores, ángel y demonio respectivamente, tienen una química brutal ante las cámaras. Gracias a ella, los fans de la novela han podido gozar una encarnación que raya la perfección de sus queridos personajes. Cada interacción entre ambos ha sido elogiada por espectadores y crítica, que reconocen el talento de ambos para comerse la pantalla. Sin duda alguna, la elección de estos dos actores tan brillantes para sus respectivos papeles ha sido un acierto absoluto.
Mención a parte merece la selección de la banda sonora que acompaña a las aventuras del dúo sobrenatural. El compositor de los temas originales ha sido David Arnold, autor del pegadizo y muy acorde opening que abre cada episodio, así como de los leitmotiv de cada uno de los personajes. Al margen de estas piezas, todas ellas pequeñas delicias, la serie supone un homenaje a los artistas británicos. Y muy especialmente a Queen, cuyos grandes éxitos son los que con mayor frecuencia suenan a lo largo de la serie.
Así pues, Good Omens es una serie disfrutable en muchos sentidos, tanto para los lectores de la novela original como para los amantes del sobrenatural. Humor, drama, personajes tan hilarantes como entrañables… Y todo ello sumado a la brevedad de esta miniserie auto-conclusiva, la convierten en un imprescindible de los estrenos de este 2019.
