Reseña: Grupo de apoyo para final girls

by Rocío Tizón
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Título de la obra: Grupo de apoyo para final girls
Autor: Grady Hendrix
Editorial: Minotauro
Traducción: Víctor Manuel García de Isusi
Año de edición: 2022
Extensión: 384 páginas
Encuadernación: rústica con solapa
PVP: 17.95 € (papel) / 7.99€ (digital)


El autor estadounidense Grady Hendrix se encuentra en estado de gracia. Tras ocupar los primeros puestos de las listas de los más vendidos como Guía del club de lectura para matar vampiros, ahora Ediciones Minotauro edita dos de sus libros: El exorcismo de mi mejor amiga, que ha tenido incluso adaptación a película, y Grupo de apoyo para final girls, que es el libro que nos ocupa.

Lo primero que habría que explicar es qué es una final girl. Son las supervivientes de una masacre, aquellas adolescentes que se enfrentan a su asesino y lo vencen. No suelen llevar armas o, si las tienen, son muy rudimentarias, como un palo. Pero su astucia es mayor que la de su perseguidor y terminan con él. Claro que la pesadilla no acaba ahí, sobre todo cuando la policía acude al lugar del crimen y se dan cuenta de que no hay cadáver, o que el criminal ha huido.

Podemos denominarlos psicópatas, malos de película, asesinos o monstruos, como los llama Lynette, la protagonista y narradora del libro. En el cine hemos conocido a muchos, como Michael Myers, Jason Vorhess, Freddy Krueger, Ghost Face, etc. Pero la premisa de Grupo de apoyo para final girls parte de que muchas de estas películas se basan en asesinatos reales que luego se adaptan al cine en franquicias que se estiran mientras sigan produciendo beneficios. Grady Hendrix no ha querido lidiar con el tema de los derechos y ha cambiado el nombre a los asesinos y filmes. Así tenemos a El rey de los sueños, los gnomos, La matanza del lago Red, etc., pero que son fácilmente identificables por cualquiera asiduo a este tipo de cine.

Grupo de apoyo para final girls

Las chicas que sobreviven a las matanzas no salen indemnes de ellas. Suelen aparecer bastantes traumas, paranoia, esquizofrenia, etc. Unas se entregan a las drogas, otras a matrimonios que las hacen infelices pero las proporcionan más dinero que sus películas, etc. En otros casos atraen a personas que solo quieren aprovecharse de su fama y su dinero. Eso sin contar que a veces el asesino no ha muerto, sino que está en la cárcel y cualquier permiso penitenciario o fallo en el sistema judicial puede ponerlas de nuevo en el punto de mira. Incluso hay chicas, como Lynette, que han pasado dos veces por la misma experiencia.

Por ello, gracias a Carol Elliot, una psiquiatra que ha dedicado su vida a ayudar a final girls, estas mujeres se juntan para hacer terapia de grupo y compartir experiencias y pensamientos muy duros que no pueden contarle a nadie más. Tras una década reuniéndose, algunas de las participantes no le ven sentido a esta terapia. De hecho, el libro comienza con una sesión en la que las presentes discuten porque algunas quieren seguir acudiendo y otras no. Adrienne, por ejemplo, ni siquiera se ha dignado a aparecer y no contesta al móvil. Al día siguiente descubrirán que Adrienne, que había comprado el campamento del Lago Red como un lugar de reunión para final girls, ha aparecido asesinada. Y no solo eso, sino que han imitado el modus operandi de su asesino. O este ha vuelto o hay un imitador que quiere acabar con las final girls restantes para tener sus cinco minutos de gloria.

Lynette tendrá entonces que enfrentarse a algo que las persigue, a un peligro difuso que no dudará en mover todos los hilos para separar al grupo y evitar que presenten un frente común. Después de todo, han demostrado que juntas son más fuertes y que no es seguro que una final girl sobreviva a un segundo ataque. ¿O sí? Las franquicias de películas parecen apuntar todo lo contrario.

Grady Hendrix

Grupo de apoyo para final girls es una novela divertida, que destila acción, suspense y reflexión. Al igual que uno de los protagonistas de Scream filosofaba incansablemente sobre los tópicos de las películas de terror (los que se acuestan juntos mueren, el que se separa del grupo muere, etc.), Hendrix también analiza la industria de las películas de terror que tan en boga estuvieron en la década de los ochenta y los noventa. El cine slasher basaba su éxito en el asesinato de jóvenes adolescentes de la manera más cruenta posible. Pero, sobre todo, eran las chicas las que morían de mil formas distintas, a cual más imaginativa: ahogadas, víctimas de una motosierra, apuñaladas, asfixiadas, torturadas, etc. El público de esas películas era eminentemente masculino y disfrutaba con el sadismo que rezumaban estos filmes, que en ocasiones contienen escenas muy desagradables.

Lynette nos cuenta todo esto mientras intenta escapar de un peligro que tal vez solo exista en su cabeza y sea fruto de su paranoia. Para colmo, el resto de sus compañeras no la creen, lo que es una constante en la literatura de este autor: aislar a la protagonista y hacer que se enfrente sola al problema que tiene enfrente. Esta además suele ser una mujer no especialmente poderosa, pero capaz de encontrar fuerzas cuando todo parece perdido.

Y es que es raro que Hendrix se quede en la superficie. Sus libros tratan de un tema, pero en realidad están hablando de otro muy diferente. Una novela de vampiros se convierte en el fondo en una reflexión sobre las amas de casa perfectas, que mantienen la casa impoluta, acompañan a sus hijos al colegio, pero tienen una vida vacía. O un libro sobre exorcismos que analiza que, en el fondo, lo que más miedo da en la adolescencia no es el diablo, sino el no ser capaz de encajar, no ser popular o que se rían de ti. Este libro no iba a ser una excepción y bajo las páginas en las que se nos relata la historia de las protagonistas, el autor critica a una industria cinematográfica profundamente machista que hasta la llegada de directoras de terror no ha podido equilibrar la balanza.


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4 comments

Valerie 29 noviembre 2022 - 13:27

Solo un apunte con perspectiva de género: el slasher no es igual de cruel con sus víctimas masculinas y femeninas: la existencia del mismo concepto «final girl» demuestra que los hombres rara vez consiguen llegar al final de la película y son relegados a un papel de víctimas desechables y casi me atrevería a decir que intercambiables. Es más, estamos precisamente ante uno de los subgéneros donde la víctima femenina no suele ser rescatada por una figura masculina, sino que son ellas mismas las que, enfrentándose a la adversidad, logran imponerse al en apariencia indestructible asesino.

No sé cómo lo verás tú, pero creo que son motivos más que suficientes para considerar al slasher como un subgénero con claros tintes feministas y con un claro mensaje empoderante.

Reply
Rocío Tizón 30 noviembre 2022 - 15:26

Hola, Valerie:
Gracias por tu interesante aporte. Es cierto que yo en el artículo reproduzco el punto de vista de Hendrix, pero estoy bastante de acuerdo con él. Como bien dices, se habla de «final girl» y no de «final boy» y además no necesitan de un chico para salvarse. Pero en estas películas se salva una chica, el resto muere. Y a eso se refiere el autor. Tanto en «Pesadilla en Elm Street» como en «Halloween» o en «La matanza de Texas», las chicas de la pandilla son masacradas, torturadas, asesinadas o partidas en dos de la peor manera posible. Es más, se acuña el tópico de la chica que va a investigar en ropa interior encontrándose así con el asesino. Es cierto que la que sobrevive sale empoderada, pero por el camino se han quedado otras que han encontrado la muerte como castigo a una conducta impropia.
Un abrazo
Rocio

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Valerie 1 diciembre 2022 - 15:50

No estoy segura de que criticar únicamente las muertes de personajes femeninos en películas donde básicamente se asesina de forma horripilante al 90% del reparto sin importar su sexo sea la mejor manera de apoyar el feminismo, pero es solo mi opinión. Creo sinceramente que ponernos tan tiquismiquis con la representación del colectivo solo consigue que escribir personajes femeninos sea cada vez más conflictivo y eso puede llevarnos a tener menos presencia en las historias y a personajes más planos para evitar posibles represalias. No obstante, ese es un jardín en el que no tiene sentido entrar aquí y ahora. Te agradezco la respuesta y este breve intercambio de ideas, compañera. Un saludo.

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Cherokke 16 diciembre 2022 - 22:17

Yo te aplaudo Valerie por tu comentario, creo que hoy en día todo se saca de contexto de forma gratuita. Totalmente de acuerdo sobre tu apunte en cuanto que el verdadero feminismo no es tan tiquismiquis como los medios de comunicación y algunos grupos nos quieren hacer creer con su manipulación o visión errónea de un movimiento filosófico, ya político y social. Gracias por tu mensaje y comentario.

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