Título: El archivo / El vacío
Autor: V.E. Schwab
Editorial: Minotauro
Año de edición: 2020
Extensión: 352 / 368 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP (Cada entrega): 17,95 € (papel) / 5,99 € (ebook)
Victoria Schwab es una autora que está dando mucho de qué hablar en el género, tanto en el ámbito anglosajón como en el español, y a la que hemos entrevistado en nuestro último número. Las últimas novelas de la autora que el público español ha podido disfrutar son El archivo y El vacío, publicadas por Minotauro, las dos partes de una bilogía que explora un universo muy característico de la autora. Mackenzie Bishop es una Guardiana, una persona encargada de vigilar y devolver a su sitio a las Historias (los muertos) que se escapan del Archivo. Ahora que Da, su abuelo e instructor, ha muerto, Mac se siente perdida pero decidida a lograr su labor. Aunque tenga que mentir a sus seres queridos y llorar a los suyos en silencio. Pero algo está pasando en el Archivo y Mac tendrá que descubrir qué es si no quiere perder su trabajo y todo lo que ama.

Victoria Schwab. Foto: Isa J. González.
UN MUNDO LLENO DE FANTASÍA Y OSCURIDAD
Uno de los puntos fuertes de Victoria Schwab es la originalidad en sus ambientaciones. Coge elementos típicos de la fantasía, como en este caso serían los fantasmas, y los lleva a su terreno. Las historias de Schwab son siempre oscuras y algo retorcidas y la bilogía de El archivo no es una excepción. La autora se mueve cómodamente en una ambientación de fantasía urbana, pero en este caso la ciudad no tiene un papel importante, sino lo que subyace en ella: el Archivo, una especie de biblioteca-mausoleo donde descansan los muertos. En el mundo que crea Schwab, los muertos son como libros, Historias que se pueden leer y conocer a través de las imágenes de sus recuerdos y que solo los Bibliotecarios pueden tocar.
Aunque la ciudad no sea tan importante en esta novela, sí lo es el Coronado, el hotel transformado en pisos donde Mackenzie y su familia se mudan al empezar la novela. El edificio tiene mucha personalidad, está cargado de espacios y rincones en los que la trama se va desarrollando. Este escenario está muy bien trabajado y se hace tan vivo y real como otras localizaciones en otras novelas de la autora (por ejemplo, el Londres rojo en Sombras de Magia o Merit en la saga Villanos). Sin embargo, esto se disipa parcialmente durante El vacío, ya que esta novela amplia el escenario y no se centra en ningún lugar, como pasa en el primer libro. La construcción de un espacio a la altura del Coronado es algo que eché de menos durante la lectura de la segunda novela.
La complejidad de la ambientación del libro no reside tanto en el elemento mágico per se. Los fantasmas o el hecho de que los Guardianes y demás miembros de este submundo puedan leer los objetos inanimados (los personajes pueden tocar las paredes, muebles y demás cosas para ver en imágenes su pasado) forman parte del libro, pero no dejan de ser muy sencillos. Lo que más interesante me ha parecido es la jerarquía que construye en este mundo, las normas, costumbres e ideas que rodean el Archivo y los que lo habitan. Es ahí donde Schwab brilla con más fuerza.
La autora juega con el poder de la información para que el lector quiera descubrir más de esta ambientación mientras se mete de lleno en la historia. Cuenta lo necesario para que entiendas la situación de Mackenzie y después te va descubriendo más y más capas. Esto se hace más latente aún al tener en cuenta de que hablamos de una bilogía: mientras que en el primer libro se nos muestran casi todos los detalles de esta sociedad tan compleja, en el segundo los vemos en acción, los conocemos mejor. De esta forma, el lector tiene la sensación durante todo el libro de tener aún detalles de la ambientación por conocer.
GUARDIANES Y BIBLIOTECARIOS DEL ARCHIVO
Otro de los puntos fuertes de Schwab son los personajes. Tiene la capacidad de dotar de vida a seres complejos, llenos de capas, que vamos conociendo a medida que la historia avanza. Esto es verdad en todas sus historias, pero tengo que reconocer que justamente este punto no esta tan bien trabajado en El archivo como lo está en otras novelas de la autora. En el caso de la bilogía que nos ocupa, el personaje principal, Mackenzie, está excelentemente construido. Pero en el caso de secundarios y, sobre todo, terciarios, se sienten más como marionetas para que la trama avance que como personajes reales.
Esto quizá es producto de que el libro está escrito en primera persona. Es un elemento que funciona muy bien para el desarrollo de la historia y para el del personaje principal. Mac es un personaje muy caleidoscópico y, a través de su voz interior, vemos como piensa, como crece y cambia. Es una protagonista con muchos defectos y justo por eso empatizamos con facilidad con ella. Vemos su presente y las acciones que toma, vemos su pasado a través de fragmentos de conversaciones con Da y todos esos elementos, pese a ser fantásticos, nos acercan más a la protagonista.
Justamente esta primera persona hace que veamos al resto de personajes desde los ojos de Mackenzie. Esto es bueno cuando se trata de personas que ella conoce durante el transcurso de la historia (como Wesley o Owen), pero no ayuda tanto con otros que, al final, no acaban de arrancar y sirven solo como elementos del paisaje (como los padres o su amiga). Este problema da un giro radical durante el segundo libro. Es verdad que la trama no está tan bien llevada, pero en parte es a causa de que la autora se centra más en desarrollar los personajes y las relaciones que tienen estos con Mackenzie.
Pero aunque el elenco no esté a la altura de otras novelas de Schwab, la caracterización de Mackenzie está tan bien hecha que compensa. Es un personaje que vemos crecer durante toda la bilogía, que parte de una premisa de soledad aplastante y que como lectores, poco a poco, vamos viendo cómo crece, como aprender a confiar en los demás. Esta evolución es muy interesante y uno de los puntos fuertes de la bilogía.
MAGIA, SANGRE Y MUERTE
El archivo y El vacío son novelas escritas como thrillers. Aunque el elemento fantástico está muy presente y es imprescindible para el desarrollo de la trama, al final lo que hace avanzar a esta es el misterio que rodea los acontecimientos. De esta manera, Mackenzie hará lo posible para descubrir que está pasando y el lector lo hará con ella. Schwab demuestra una habilidad pasmosa para ir construyendo la historia, dejando entrever algunos de sus elementos y mostrando los demás cuando se hace necesario para el avance de la trama. De esta manera, y sobre todo en El archivo, el misterio se va resolviendo a un ritmo perfecto: ni demasiado trepidante ni demasiado pausado.
El vacío adolece de ser una segunda parte pensada a posteriori, pues el misterio ya no se siente tan trabajado ni tan elaborado. En este libro, son los personajes y sus relaciones los que tienen más importancia, mientras que el misterio, que sigue siendo el motor de la trama, pasa a un segundo plano. Esto tiene el problema de que, al final, puede hacerse algo previsible, en comparación con el primer libro. El tono también cambia, siendo algo menos oscuro que en la primera parte. Aún así, la forma que tiene Schwab de construir y mostrar el mundo, y la trama que lo rodea, es magnífica y hace que la lectura sea entretenida durante toda la novela.
En la bilogía hay dos temas principales sobre los que gira toda la historia. Por un lado, está el tema de la muerte. Mackenzie es una persona viviendo un duelo y este elemento es de vital importancia, tanto como para el desarrollo de su personaje como para relacionarlo con la trama. La autora trata con una sensibilidad magnífica y una empatía muy cercana la muerte de un familiar y el dolor que esta conlleva. Como alguien que lo ha vivido en sus propias carnes, eso me hizo acercarme mucho al personaje.
El otro tema principal es el del pasado y como se puede usar para aprender de él o para manipularlo. En este sentido, Schwab muestra las dos caras de la moneda o, mejor dicho, los dos extremos de esta. Por un lado, la parálisis que conlleva el status quo. Por otro lado, las turbulencias que provocan el extremo contrario. Es interesante ver ambas cosas desde un punto de vista «neutro» (y aquí debería poner todas las comillas del mundo) como es Mackenzie.
Minotauro ha publicado ya ambos libros, que pueden encontrarse en cualquier librería ahora que ha terminado el confinamiento. La edición es correcta, con las portadas originales americanas y una traducción algo complicada (sobre todo en términos) realizada por Julieta Gorlero. La saga está inmersa en un proyecto audiovisual que la llevará a la pequeña pantalla: la cadena de televisión CW está desarrollando su adaptación.
Victoria Schwab es una autora que tiene una carrera brillante por delante y una cantidad de obras interesantes a sus espaldas. La bilogía de El archivo no es su mejor historia, pero tiene elementos característicos de la autora que la hacen una lectura muy interesante. Recomendaría sobre todo el primer libro, pues aunque tiene una continuación, la trama es autoconclusiva. Si sois fanáticos de la autora, la oscuridad y fantasía de El archivo no os decepcionará.
Una reseña de Isa J. González