Título de la obra: Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte
Autora: Kelly Robson
Editorial: Pulpture
Traducción: Cristina M. Caladia
Año de edición: 2021
Extensión: 210 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP: 15€
Es todo un gustazo ver como la popularidad de la novela corta sigue llegando al mercado editorial en castellano. Poco a poco, libro a libro, van apareciendo traducciones de algunas de las obras más contenidas en número de páginas y que cosechan más éxitos en el mundo anglosajón, ya sea con origen en los EE. UU. o Reino Unido.
Por otro lado, en estos últimos años vemos como más autores nacionales se decantan por un formato que, en otros momentos, resultaba de difícil colocación. No es que ahora sea fácil, pero tengo la sensación de que hay más editoriales abiertas a publicar una obra en este formato.
DIOSES, MONSTRUOS Y EL MELOCOTONES DE LA SUERTE: UNA NOVELA GALARDONADA
La novela que nos ocupa, de nombre tan curioso y divertido como Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte, llega precedida de un premio Aurora y de haber resultado nominada a mejor novela corta en todos los premios mas reconocidos de la ciencia ficción mundial: Hugo, Nebula y Locus. Una tríada que ha permitido que Kelly Robson llegue a nuestro país por partida doble, ya que a esta novela de Pulpture, que apareció hace unos meses, le siguió la publicación de Aguas de Versalles en la editorial Gigamesh.
Kelly Robson
La historia de Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte nos lleva al siglo XXIII donde la humanidad esta comenzando a reconstruir la superficie terrestre tras los acontecimientos que la dejaron desolada. Una posibilidad que desgraciadamente nunca deja de estar de moda ya sea en el momento de escribir estas líneas o en cualquier otro.
Minh, la protagonista, pertenece a la generación de humanos nacidos bajo tierra. Allí es donde la humanidad se recluyó durante generaciones hasta poder salir nuevamente a una superficie muy cambiada con respecto a la que sus antepasados conocieron. Minh tiene un implante de cintura para abajo que hace que tenga una serie de tentáculos. Y, además, es una ecóloga que opta a un trabajo muy particular.
Una de las opciones que manejan las empresas que siguen gobernando el día a día de la humanidad es la de poder viajar al pasado y revivir los paisajes ahora desolados para aprender de ellos y poder restaurarlos en un futuro. Sinceramente, esta línea es la que hizo que mi interés por la novela aumentase exponencialmente.
VIAJES EN EL TIEMPO E INTERESES EMPRESARIALES
Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte es una novela corta dividida en dos partes pero cada una con personalidad propia.
Durante la primera mitad de la historia conocemos un poco de la vida de Minh y algunos de los personajes que la rodean, cada uno con sus particularidades. Había ciertas fases o diálogos que me traían a Becky Chambers y sus novelas de la Peregrina a la mente, sobre todo en cuanto a las partes mas divertidas y de buen rollo que por momentos hay entre los personajes. Por otro lado, me resultó muy interesante el choque entre la realidad de un grupo de investigación contra los intereses de la gran empresa. Un poco como lo que pasa hoy en día, pero visto con la mentalidad de una humanidad como la que propone Robson para el siglo XXIII.
Una vez conseguido el contrato, la segunda mitad es el viaje en el tiempo propiamente dicho. La novela se traslada a la Mesopotamia de algunos miles de años atrás para estudiar de primera mano el Tigris y Éufrates, los dos ríos que Minh y su equipo pretenden recuperar en el futuro del que proceden. El estudio de estas aguas, tierras y cuencas se trenzan con los choques que tienen lugar con la población del lugar de aquella época. Un choque de culturas y social tan divertido como difícil de gestionar y que forma parte de la resolución del libro.
UNA NOVELA IMMERSIVA CON VOCABULARIO PROPIO
Como veis, a pesar de que Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte apenas tiene doscientas páginas, no escatima en detalles, personajes y sucesos que tienen lugar. De hecho, esta no es una novela que ponga las cosas fáciles. A pesar de tratarse de un texto de una longitud relativamente corta, Robson introduce un vocabulario propio y no se mete en demasiados detalles de aquello que no quiere contar. No todo esta explicado porque si no estaríamos posiblemente hablando de una novela completa, pero en parte esa es la magia de esta historia. Algo que puede gustar mucho o, por el contrario, perder lectores por el camino.
Ecologismo, capitalismo y viajes en el tiempo. Tres conceptos que son protagonistas en una novela corta que incluye tantas ideas como las de una novela de longitud estándar. Su ejecución tiene cierta parte de reto en cuanto a cómo se desarrolla la trama y el añadido de algunas palabras con las que familiarizarse antes de conseguir velocidad de crucero y leer la segunda mitad del tirón. Una novela con un interesante equilibrio entre el trabajo en equipo y las relaciones de ayuda mutua con los desafíos de la gran empresa y los intereses corporativos. ¿Os amináis a subiros a bordo del Melocotones?
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