Título de la obra: El demonio de Próspero
Autor: K. J. Parker
Traductora: Mª Pilar San Román
Editorial: Red Key Books
Año de edición: 2022
Extensión: 96 páginas
Encuadernación: Rústica
PVP: 14,95€ (papel)
¿Qué pasaría si el hombre más sabio de todos los tiempos estuviera poseído por un demonio? ¿Estarías dispuesto a acabar con él, aún a costa de la humanidad? Con tan complejo debate arranca El demonio de Próspero, de K. J. Parker, editado por el sello Red Key Books.
UN PROTAGONISTA ANÓNIMO
En el mundo creado por Parker los demonios existen. Pero estos no son criaturas con cuernos y aspecto caprino, sino más bien entidades asexuales que vagan por el mundo poseyendo (y matando) a los humanos. Criaturas vaporosas de forma cambiante como las que retrata Andrés Sáez en la ilustración de portada.
Pero que no engañe su etérea apariencia. Nadie está a salvo de ellos. Ni los neonatos en sus cunas, ni las entrañables abuelas. Los demonios siempre acechan esperando el momento de cobijarse en su interior. Por suerte para la humanidad, solo hay 72.936 demonios en todo el mundo. También por fortuna, existen personas capaces de verlos. Y de expulsarlos.
El protagonista de El demonio de Próspero, de quien no conocemos ni el nombre, forma parte de este selecto grupo de exorcistas. Como todos los de su gremio, este caballero, que es además la voz narrativa de la historia, pasa sus días vagando por su territorio y enfrentándose con los 109 demonios que operan bajo su jurisdicción. Su labor se asemeja a la condena de Sísifo, pues no importa cuántas veces expulse a un demonio del cuerpo de alguien: estas criaturas no pueden morir. De modo que las pugnas se repiten una y otra vez en un bucle interminable.
Además, las extracciones no son algo limpio ni sencillo y no pocas veces culminan con la muerte del poseído. Pero eso es algo que al protagonista le trae sin cuidado. Su único objetivo es cazar a esos seres incorpóreos con el celo de un perro de presa. Y huir lo más rápido posible cuando los cadáveres se acumulan a su alrededor. O al menos, así opera hasta que se encuentra con que Próspero de Schanz, el erudito más brillante del mundo, se encuentra poseído por un demonio.
EL DEMONIO DE PRÓSPERO: UN DEBATE UNIVERSAL
A partir de este punto, El demonio de Próspero se convierte en un diálogo entre el protagonista y el demonio que posee al sabio filósofo. Una conversación que tiene más de debate moral que de charla que Parker intercala sabiamente con retazos del pasado de nuestro exorcista. Un hombre cínico y pragmático al que las circunstancias lo impelen a elegir entre dos males igual de horribles.
Puede consentir que el demonio siga anidando en el cuerpo de Próspero, permitiendo así que el sabio culmine su labor de desarrollar brillantes ingenios que apuntalen el progreso de la humanidad. Entre ellos, educar al joven príncipe para convertirlo en un hombre sabio destinado a grandes hazañas. O bien puede hacer honor a su trabajo y expulsar al demonio del cuerpo del anciano, a riesgo de poner fin a la vida de la mente más brillante del mundo.
Este tipo de debate nos hace recordar a los ya vistos en otras novelas de corte grimdark. ¿Quién no recuerda al brujo Geralt de Rivia enfrentado a dos opciones de mal final? Solo que en esta ocasión, la persona responsable de elegir el mal menor es un hombre sin escrúpulos, que frecuenta compañías poco recomendables y que carece de reparos morales.
UN PEQUEÑO FRAGMENTO DE ALGO MAYOR
Pese a su longitud, que apenas abarca las cien páginas, Parker logra en El demonio de Próspero regalarnos un retrato rico y sólido del mundo que ha creado para esta historia. La ambientación, que bebe de la Europa Moderna de los siglos XVI y XVII, casa a la perfección con la naturaleza de la novela y el tono irónico que su autor le imprime a través de la voz del protagonista.

K. J. Parker a.k.a. Tom Holt. Foto: Charlie Hopkinson
Aunque de todo este mundo solo se nos permita ver un atisbo, el fragmento es lo bastante sólido para que podamos imaginar las calles embarradas, los carruajes de caballos y los vestidos de las damas. Y también los guiños que hace a nuestro propio mundo, con sabios encumbrados como Próspero y nobles que escatiman en todo menos en soldados y ostentación de poder.
EL DEMONIO DE PRÓSPERO: CONCLUSIONES
Tal vez por eso nos resulta sencillo comprender y empatizar con el anónimo protagonista de esta historia. Porque, a pesar de que él mismo nos asegura al inicio de la historia que no se granjeará nuestro cariño, no es difícil comprenderle. En un mundo de hipócritas donde los demonios campan a sus anchas, ¿quién no sería un cínico desengañado?
La brevedad de la narración, que nos hace seguir cada paso de su narrador, ayuda a desarrollar este sentimiento de comprensión y afecto hacia el exorcista, por mucho que sus acciones y métodos sean de lo más cuestionables. Sin embargo, esta misma brevedad hace que el final, explosivo e inesperado, se precipite de forma algo abrupta. O tal vez sea la sensación que nos causa tener que separarnos de este mundo de demonios y cazadores cuando lo único que deseamos es saber más.
Con todo, El demonio de Próspero es una muy buena novela corta que funciona a la perfección como obra autoconclusiva. Eso sí, la pluma del autor está pensada para encandilar a los amantes del humor mordaz y la fantasía oscura. Y ya estamos contando los días para ver más títulos de K. J. Parker traducidos a nuestro idioma. O, al menos, yo lo estoy deseando.
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1 comment
Los tres relatos de KJ Parker que transcurren en el mismo mundo que esta novela y han sido traducidos por Marcheto en las antologías gratuitas del blog Cuentos para Algernon son una maravilla