A Stephen King y Halloween se están combinando como Charles Dickens y la Navidad. Desde sus primeras adaptaciones a mediados de los 70, las adaptaciones cinematográficas del Rey del Terror han asustado a varias generaciones. En la hierba alta es la última adaptación, esta vez de una novella escrita a cuatro manos con su hijo Joe Hill.
Las adaptaciones de la obra King van desde las obras de arte (El Resplandor de Stanley Kubrik) hasta los peores telefilms que te puedas imaginar (Sonámbulos o Tommyknockers). Sin embargo, la obra de King está en constante adaptación. Este año se ha estrado IT: Capítulo Dos en cines y Netflix nos ha presentado esta En la hierba alta.
Vicenzo Natali (Cube y Splash) ha sido el encargado de dirigir esta adaptación que tiene algunos de los elementos más comunes del estilo y la iconografía de King.
EN LA HIERBA ALTA
En su camino al oeste, Becky (Laysla De Oliveira) y Cal (Avery Whitted) paran en mitad de una carretera. Estamos frente a un escenario común en la obra de King, algún lugar del centro de Estados Unidos, en mitad de grandes campos, con una iglesia desvencijada a un lado (¿os acordáis de Los Chicos del Maíz?).
Becky está embarazada y, aunque su estado es muy avanzado, sigue sufriendo náuseas matutinas. Paran para que ella se alivie y entonces, desde algún lugar del enorme campo de hierba que los rodea, oyen la voz de un niño que les pide ayuda. Becky y Cal se adentran en el campo, tratan de mantenerse juntos, pero al final se separan y se encuentran atrapados en el campo. Allí descubren a otra familia: Tobin (Will Buie Jr), el niño que les llamaba; su padre Ross (Patrick Wilson) y Natalie (Rachel Wilson).
La hierba alta es una especie de extraño ser o demonio o mal (es muy lovecraftiano, por lo que nunca se nos explica qué es). El campo no cumple con las leyes del mundo físico, atrapa a la gente dentro de un bucle temporal que se repite. Los arrastra hasta el centro, en el que se encuentra una extraña roca negra con grabados en ella.
Tras varias semanas sin noticias de Becky, Travis (Harrison Gilbertson), su novio, va en busca de los dos germanos y también acaba atrapado en el misterioso campo.
UN BUEN TRABAJO
Si la película tiene algo que reseñar, es el trabajo de cámara de Natali, que convierte un simple campo de hierba en algo ominoso y terrible. El director juega con zooms, ilusiones ópticas y tomas aéreas en las que se nos muestra una inmensidad verde y ondulante, que parece tener cierta vida propia.
En la distancia, podemos apreciar una vieja bolera abandonada que se encuentra inexplicablemente cerca del borde del campo y una vieja y misteriosa iglesia que se eleva sobre los campos como un extraño dios. Puede que la bolera y la iglesia sean un mero simbolismo, una forma de conectar lo moderno con los mitos antiguos… Sea como sea, nunca se nos explica.
EL WORLDBUILDING DE KING SIEMPRE PRESENTE
Si el trabajo de dirección de Natali es bueno, la relación de En la hierba alta con el resto de la obra de King es impresionante. Para los amantes de la obra de Stephen King, la película está llena de easter eggs o guiños a gran parte de sus otros libros.
Sin ir más lejos, el campo y la hierba ondulante nos recuerda a Los Chicos del Maíz y ese dios que camina entre las hileras. En el aparcamiento de la iglesia, si nos fijamos bien, podremos encontrar un viejo Cadillac rojo, exactamente igual el que vimos en la adaptación de Christine de Carpenter. El personaje interpretado por Patrick Wilson, por su comportamiento y por su inevitable destino, nos recuerdan a Jack Torrance de El Resplandor o al Dr. Louis Creed, de Cementerio de Animales.
Puede que no sea la mejor obra de Stephen King, pero la película no está tan mal. En parte, se debe a los actores. Patrick Wilson borda su papel de padre de clase media poseído por el mal que gobierna el campo. Esa expresión de locura en su rostro y la naturaleza impredecible de la hierba lo convierten en un villano digno de recordar.
De todas las víctimas de la hierba, Travis es el que se lleva la palma. La historia, que en principio parece centrarse en Becky, acaba girando en torno a este personaje y es su arco argumental el más completo. Cuando pensaba que había perdido al amor de su vida para siempre, la encuentra y tiene una posibilidad de salvarla.
Aunque la parte emocional se centra en torno a Becky, Travis y el bebé de esta, la continua amenaza de la hierba se lo traga todo.
En general, es una gran película —aunque no de las mejores—. Tiene unos personajes sólidos, una historia que engancha y, si te va lo gore, tiene una escena realmente cruel que mucha gente no acaba de entender (o quizá prefiere no hacerlo).