Título: Una prueba de valor
Autora: Justina Ireland
Editorial: Planeta Junior
Año de edición: 2020
Encuadernación: Rústica con solapas
Extensión: 237 páginas
PVP: 14,95 euros (papel)
La saga Star Wars ha iniciado en este 2021 la exploración de un nuevo periodo de su extensa y convulsa historia galáctica. Bajo el sobrenombre The High Republic los seguidores de la saga podremos disfrutar ahora de nuevas aventuras, narradas en novelas y cómics, que se le alejan mucho del marco temporal de las tres trilogías cinematográficas. En concreto unos 200 años antes de los sucesos de La amenaza fantasma, un periodo glorioso para la galaxia ya que estamos en la edad dorada de la Orden Jedi (libre, según creen ellos, de la amenaza Sith) y el momento de esplendor en el que la Alta República inicia su expansión hacia los peligrosos territorios del Borde Exterior.
La intención de The High Republic es ofrecernos una serie de historias independientes pero interconectadas, que comparten tanto personajes como sucesos (tenéis todos los detalles sobra las novelas que se publicarán en español en esta entrada). La primera obra de esta nueva era que se ha publicado en español es Una prueba de valor, escrita por Justina Ireland y que podéis encontrar en el sello Planeta Junior. Y es que la obra está destinada a un público juvenil, con una historia desarrollada con una extensión más breve y con una presentación mucho más ligera. Pero esto no significa que un lector adulto no pueda disfrutarla plenamente, y encontrar en ella numerosos elementos que capturen su atención como fan de Star Wars.
Una prueba de valor nos presenta a Vernestra Rwoh, una recién nombrada caballera Jedi cuya primera misión será servir de escolta de una joven e inteligente inventora, la descarada Avon Starros. En realidad su tarea se parece mucho a hacer de niñera de una revoltosa e incontrolable genio de 12 años, capaz de reprogramar a su propio droide J-6 para las tareas más inverosímiles. Para regresar a Coruscant ambas embarcan en el ‘Ala Firme’, un lujoso crucero en el que también viajan el padawan Imri Cantaros, estrechamente unido a su maestro Douglas Sunvale, así como Honesty Weft, hijo de uno de los políticos del planeta Dalna que quieren negociar su unión a la República Galáctica. El viaje de todos ellos quedará bruscamente interrumpido cuando un ataque inesperado los obligue a abandonar el crucero, y los cinco personajes se verán abandonados a su propia suerte, por lo que tendrán que recurrir a sus propias habilidades y capacidades para lograr salir adelante.Ireland construye una ágil novela alrededor de unos personajes muy jóvenes, que tienen que dar un paso adelante para enfrentarse a la pura supervivencia y a sus miedos interiores. Primero, para escapar de una nave condenada a convertirse en polvo estelar, y más adelante en una deshabitada luna selvática, de clima y fauna tan sorprendentes como peligrosos.
Pero la amenaza más inquietantante la portan en su interior: sus miedos. Los conflictos con sus padres (o sus figuras paternas en el caso de los Jedi), o sus dudas ante la vida adulta que se abre ante ellos son dibujados de forma sencilla pero efectiva por Ireland. La escritora californiana logra que empaticemos con todos y cada uno de sus personajes, enfrentados a diversos retos emocionales: Vernestra preocupada por lograr mantener con vida a sus compañeros y por la deriva hacia la oscuridad de su camarada padawan; Imri y Honesty, lidiando con el dolor y la pérdida de sus respectivas figuras paternas; y Avon… bueno Avon es sencillamente Avon. La joven inventora, puro desparpajo y descaro juvenil, siempre está lista para buscar nuevas formas de salir adelante y de sacar de quicio a Vernestra. Sin duda el personaje más divertido y refrescante de la obra; y no solo eso porque por lo que descubrimos en el libro acerca de sus intereses científicos sus investigaciones pueden ser de suma importancia para el devenir futuro de la galaxia.

Justina Ireland.
Aunque The High Republic está ambientada en la época dorada y de máximo esplendor de la Orden Jedi eso no quiere decir que estos legendarios guerreros estén libres de toda amenaza. Los guardianes de la paz y la justicia siguen teniendo que lidiar con el Lado Oscuro, representado ahora de una forma más psicológica, interna, que por unos Lores Sith físicos. Durante la obra tanto Vernestra como Imri deberán enfrentarse a sus miedos, a su ira, y a sus ansías de venganza para no romper con la luz que debe ser la guía de los Jedi.
Sin los Sith abiertamente en activo, el bando de los villanos de la novela lo ocupan los nihil, un grupo de peligrosos bandidos espaciales dispuestos a usar todo tipo de técnicas de guerra para mermar la influencia de la República Galáctica en los territorios que consideran suyos. Klinith Da y Gwishi son dos de sus miembros, que primero a bordo del ‘Ala Firme’ y más adelante en la luna selvática de Wevo pondrán a prueba a nuestro grupo de héroes.
La novela tiene algunas conexiones tanto con Luz de los Jedi (la novela de Charles Soule que Planeta publicará en mayo) como con la serie de cómics de The High Republic de Cavan Scott, mostrando ya esa loable intención de construir un todo coherente y relacionado. Como prueba de ello el libro también nos trae un breve adelanto de otra de las novelas juveniles de The High Republic que disfrutaremos en el futuro, en concreto de la obra Carrera a Torre Crashpoint escrita por Daniel José Older.
UNA PRUEBA DE VALOR: CONCLUSIÓN
En Una prueba de valor el fan de Star Wars puede disfrutar de una entretenida aventura espacial, donde un grupo de personajes tienen que luchar por su supervivencia. Ambientada en la edad dorada de la República Galáctica, la amenaza de los nihil pondrá en riesgo la vida de todos los jóvenes protagonistas, que tendrán que aprender a enfrentarse a sus miedos y confiar en la amistad que los une. Justina Ireland construye una animada historia de aventuras y amistad, destinada preferentemente a un público juvenil pero que el fan adulto de la saga galáctica también encontrará atractiva. Con un final que nos muestra que esto solo es el principio de una gran historia, y que los peones empiezan a moverse en una partida de mayor envergadura. Y es que como decía el maestro Yoda “siempre en movimiento está el futuro.” Aunque siendo esto la Alta República, unos 200 años de todo lo que conocíamos, el movimiento nos lleve al pasado de la galaxia muy, muy lejana.