No es ninguna sorpresa a estas alturas afirmar que la cultura audiovisual está apostando fuerte por el género fantástico. Y también por recuperar grandes títulos de los ochenta. Algo en lo que Netflix ya tiene experiencia sobrada, tal y como demostró con Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina.
En esta ocasión se han atrevido a resucitar otro título icónico: Cristal Oscuro (1982). Y lo cierto es que ha rendido merecido homenaje al film, considerado ya una pieza de culto y pionero en la introducción de las marionetas en el ámbito cinematográfico.
O al menos eso parecen opinar los fans y la crítica. De hecho, desde su estreno el pasado 30 de agosto, no son pocos quienes han alabado el trabajo hecho por su director, Louis Leterrier y The Jim Henson Company, los encargados de dar vida a los personajes de esta historia. Y de devolver a los nostálgicos al mágico mundo de Thra del modo más fiel posible.
En esta nueva producción de Netflix encontramos justo eso. Un bello espectáculo de marionetas en la estela de Cristal Oscuro fusionado con los últimos avances digitales. El resultado es una combinación preciosista de parajes espectaculares y personajes articulados que conservan toda la esencia de los títeres originales. Con notables mejoras en cuanto a articulación y naturalidad, por supuesto. En vista del resultado, parece que fue un acierto desechar la idea inicial de realizar esta serie en formato de animación digital.
UNA HISTORIA CONOCIDA, PERO ÚNICA
Cristal Oscuro: la era de la resistencia, es una precuela de la película original de 1982. Se compone de diez episodios de unos 40 minutos de duración. La historia, clasificada como fantasía oscura, transcurre unos años antes de las aventuras narradas en la película.
Desde el primer capítulo el espectador se sumerge de lleno en un lejano mundo, Thra, donde sus criaturas viven en equilibrio, al amparo de una joya mística. Es el llamado Cristal de la Verdad, que condensa la naturaleza de todo el mundo y sus habitantes.
Originalmente, la joya había estado bajo el cuidado de Madre Aughra. Pero los skeksis, una raza forastera, lograron convencerla de que les cediera su protección. A cambio, estas criaturas entregaron a la guardiana un planetario con el que mantenerla ocupada. Así, mientras Madre Aughra dejaba volar su mente en el vasto espacio, los skeksis se convirtieron en amos de Thra, los llamados Señores del Cristal.
Pero lejos de protegerlo, estas criaturas utilizaron el poder del cristal para engañar a la muerte, corrompiéndolo. Esto desató un terrible mal en Thra: el Oscurecimiento, una plaga que pudre todo cuanto toca. Pero eso poco importó a los skeksis. En su insaciable búsqueda de la inmortalidad, empezaron a utilizar otros medios para mantener su poder. Métodos oscuros y mortales.
Conocedores de sus terribles intenciones, tres gelfling de distintos clanes decidirán aliarse. Su objetivo: unirse para acabar con los skeksis antes de que sea tarde. Aún si eso significa tener que conducir a su pueblo hacia la rebelión. No les será fácil, pues cada uno de ellos carga además con sus propios problemas.
Rian, un soldado de Stonewood, vive a la sombra de su padre. Pese a tener el honor de ser guardia en el castillo del cristal, siente que nunca será suficiente. Por otra parte está Brea, que es la tercera hija de la reina del clan Vapra. Su insaciable curiosidad la lleva a enfrentarse muchas veces con su madre y con su hermana Selador, apegadas a la tradición y el respeto. En cuanto a Deet, es una joven Grottan que ha vivido toda la vida en las cuevas. Desconoce el mundo exterior y no comprende las sutilezas y rencillas de la vida en la superficie.
UNA HISTORIA DE PUEBLOS, PERO TAMBIÉN DE INDIVIDUOS
Como puede verse, el argumento principal de Cristal Oscuro: la era de la resistencia es el conflicto por el control de Thra. Así pues, el peso narrativo lo llevan las dos razas: los skeksis y sus súbditos, los llamados gelfling.
El pueblo gelfling es pacífico y apegado a sus tradiciones. De todos los habitantes de Thra, son ellos los que más vinculados están a su esencia. Son un pueblo numeroso, que vive dividido en distintos clanes. Y como suele suceder en estos casos, cada clan desprecia al resto. Muchas veces por razones infundadas y tópicos sin sentido que los propios skeksis alimentan. Gracias a ello, la unidad entre los clanes resulta compleja, pues todos desconfían de todos. Sin embargo, eso no impide que sigan manteniendo su forma de gobierno unitaria, respetada por todos.
Muy distinta es la estructura que presentan los skeksis. Esta raza cuenta con apenas una decena de miembros que viven juntos en el Castillo del Cristal. Todos ellos están regidos por SkekSo, el Emperador. Y presentan una estructura cortesana en la que cada skeksis es conocido por su cargo: General, Chambelán, Pergaminero…
Son una raza caracterizada por su crueldad y sadismo. Disfrutan sembrando el terror y humillando a otros. Especialmente a sus congéneres. De hecho, su mayor diversión consiste en herirse los unos a los otros para escalar en la jerarquía social. Así, aunque nadie se atreve a cuestionar directamente al Emperador, no es inusual que existan rencores entre los miembros de la corte. Con todo, su marcado instinto de conservación les impide asesinarse habitualmente entre ellos.
Al fin y al cabo, su dominio sobre los gelfling depende de su capacidad para seguir pareciendo invencibles a sus numerosos súbditos. Eso es algo que consiguen mediante mentiras y alimentando los recelos entre los clanes. Pero también a base de mostrarse intocables. Porque, ¿quién se atrevería a conspirar contra criaturas inmortales que han dominado el mundo durante trienios?
Pero a pesar de esta marcada unidad, los skeksis se han revelado como villanos complejos. No son una masa homogénea antagonista de criaturas violentas. Cada miembro de la corte tiene su propia personalidad e intereses, cosa que aporta riqueza y profundidad a los personajes. A fin de cuentas, a todos nos gustan los villanos con esencia propia.
RIQUEZA ARGUMENTAL E INNOVACIÓN
Pero todo lo que hemos dicho ya se había visto en la película. ¿Significa eso que no ha habido innovación alguna respecto al mundo original? Al contrario. Esta nueva historia nos permite ahondar en aspectos que hasta ahora se desconocían. Y Thra se ha revelado como un mundo rico y complejo, más allá del conflicto entre razas.
Así por ejemplo hemos podido conocer la estructura social de los gelfling. En ella el poder está capitalizado por las mujeres, las únicas que poseen alas en esta raza. Cada uno de los clanes responde ante una reina (maudra). Estas, a su vez, se hermanan bajo el mando de la Pan-Maudra, una suerte de emperatriz que actúa como intermediaria entre los skeksis y los gelfling.
De hecho, el papel preponderante que en Cristal Oscuro: la era de la resistencia juegan los personajes femeninos es otro de los motivos de alabanza de esta nueva serie. Lejos de lo que suele ser habitual en las historias de fantasía de corte clásico, aquí encontramos un elenco paritario. Al menos entre los gelfling. Desde Deet hasta las hermanas de Brea, todas son, a su modo y con sus habilidades, dignas herederas de Éowyn.
Además, y si bien la serie no renuncia a escenas de acción muy bien ejecutadas, gran parte de ellas se centran en analizar los sentimientos de los distintos personajes. Inclusive los villanos.
Y es que esta historia, pese a haber sido etiquetada como apta para el público familiar, presenta una complejidad argumental que apela directamente al espectador adulto. No existe un maniqueísmo del Bien contra el Mal. De hecho, ninguna de las razas protagonistas podría ser tachada de bondadosa, pues manifiestan conductas claramente problemáticas.
No solo los skeksis hacen gala de sus desdén hacia el prójimo. También los gelfling participan en esta cascada del desprecio. De hecho, cuentan con el privilegio de ser una raza dominante. Esto les permite dirimir y decidir sobre el destino de otros pueblos, como los podlings. Así, si bien están sometidos al dominio de los skeksis, los gelfling se comportan como pequeños señores con otras razas, a las que utilizan como sirvientes.
En resumen, Cristal oscuro: la era de la resistencia se ha mostrado como un acierto más de Netflix. Ha logrado no solo contentar al público nostálgico, sino sumar nuevos adeptos a la historia del lejano Thra. No serán pocos quienes esperen con ansia una continuación de esta serie, que sin duda se presta a ello. La fecha para ello, sin embargo, sigue siendo una incógnita.