Título: Hermana roja
Autor: Mark Lawrence
Editorial: Red Key Books
Traducción: Natalia Cervera
Año de edición: 2023
Extensión: 543 páginas
Encuadernación: Tapa dura
PVP: 24,95€
Decía Gustave Flaubert (1821-1880) en un fragmento de misiva que «cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre», algo que tendría presente Marguerite Yourcenar (1903-1987) a la hora de confeccionar su monumental Memorias de Adriano (1951). Y son las mismas palabras expuestas por Flaubert las que engloban la esencia que pretende transmitir el autor norteamericano Mark Lawrence (1966) con Hermana roja, una apuesta narrativa donde la apostatía, la hermandad y el destino están enraizados en una vorágine literaria, como si la moira Cloto estuviese implicada en todo ello.
En parte, la narración de Lawrence se inicia con una imagen no muy distinta a la de la parca antes mencionada, a través de la figura de la abadesa Vidrio del convento de la Dulce Misericordia, quien decidirá ir en pos de una niña de apenas nueve años, y de nombre Nona (con antecedentes rudos y sangrientos, que está a punto de ser ajusticiada en la horca), con el propósito de ingresarla prematuramente en el oficio de monja, labor de respeto y ardua admiración dentro de los engranajes eclesiásticos, al ser tratadas como guerreras santas. Y es que el autor de Una palabra mortal (2019) confecciona un submundo, el del convento, lleno de rocambolescas leyes y artificios, expuestos por las diferentes hermanas de la congregación, las cuales emplean nombres más que singulares: Manzana, Cuchillo, etc.
Como si de óbolos se tratase, la información que va aportando Lawrence a cuentagotas va mostrando (o reconstruyendo) el mundo en el que se asienta la trama (un entorno crudo y ruin, con unas profundas memorias), creando así un puzle mental iniciático (recordar que Hermana roja es el primer volumen de una trilogía). A partir de su aciago comienzo, veremos como Nona empezará a integrarse en el funcionamiento del credo, cual Harry Potter en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en la obra de J. K. Rowling (1965), con lo que esto conlleva, ya que el autor confecciona una novela de formación, en la que no deja títere con cabeza al hilvanar vínculos entre personajes, cómo estos pueden ir fluyendo según sus criterios y necesidades.
Uno de los detalles que hacen destacar la narrativa de Lawrence es su construcción psicológica de los infantes, mostrando los miedos, inseguridades y ambiciones que pueden tener los jóvenes de una forma verosímil y rica en matices, haciendo que el lector profundice aún más en las emociones que el autor pretende que afloren. Las desgracias de la infancia, la pobreza que carcome los huesos de los menores, la comercialización de estos (al igual que su abuso) son temas que se recogen entre las páginas de esta novela, sin olvidar el valor estoico de la amistad.
Otro de los temas que otea a lo largo de la obra es el concepto de poder, personificado en la burguesía, los gobernantes y en la propia institución eclesiástica. Un poder maleable y corrompible, que hace que el juicio y valor de los hombres alterne. Ese poder se expone, también, en el interior mismo de los personajes, mostrando facultades y habilidades especiales, algo que funciona como eje esencial de toda la narrativa al presentar grupos (o tribus) diferentes de las que proceden los habitantes de este mundo, y que actúan como cartas de presentación para el viaje campbelliano del héroe que le depara a las protagonistas. Así, destacan los hunkska por su elevada velocidad, los gerant presentan una fuerza y tamaño característicos, mientras que los marjal pueden practicar magia menor (y los quantal recorrer la denominada Senda).
Mark Lawrence
Con todo ello, Mark Lawrence concibe con Hermana roja una vertiginosa novela de aventuras, un texto disfrutable desde sus primeras páginas y cuyo arte de portada, obra de Bastien Lecouffe-Deharme (que ha conseguido dotar de singularidad a todos los libros de la saga del Libro del Ancestro), rezuma el misticismo que emana de esta epopeya literaria. Un recorrido tragicómico, donde deparan situaciones de toda índole, oscilando en persecuciones de mercenarios, luchas de apuesta, juicios monacales, entrenamientos mortales…
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