Título de la obra: Los 13 exorcismos de Salomon Joch
Autor: Paul Arquier-Parayre
Editorial: Obscura editorial
Traducción: Mariona Gastó Jiménez
Año de edición: 2023
Extensión: 176 páginas
Encuadernación: Rústica con solapas
PVP: 17,90€ (papel) / 6€ (digital)
Como aseguraba Santo Tomás de Aquino hace ya muchos siglos, el Diablo tiene poder en la Tierra. Dando esta máxima por buena, Paul Arquier-Parayre nos invita a darnos un inusual paseo por el sur de Francia combatiendo al Maligno. Solo que en lugar de un guía turístico convencional, nuestro acompañante será un extraño exorcista vestido de cowboy. Con esta premisa arranca, Los 13 exorcismos de Salomon Joch, editado por Obscura Editorial.
LOS 13 EXORCISMOS DE SALOMON JOCH: CRÓNICA DE UN SOLDADO DE DIOS SOLITARIO
Escrito a modo de diario personal, Los 13 exorcismos de Salomon Joch permite al lector reseguir los pasos de un peculiar emisario de Dios. El padre Salomon Joch no es un sacerdote jesuita normal y corriente; ejerce como exorcista. Y por si no bastara con eso, se trata de uno bastante excéntrico. Su firma personal es llevar un sombrero vaquero en la cabeza, botas altas y una sotana sin nada debajo. Ah, y aparecer en los escenarios de trabajo arma en mano y encaramado sobre una moto. Una estampa poco ortodoxa que la ilustración de portada, obra de David Rendo, recoge a la perfección, así como la esencia de la obra.
Nos hallamos ante una historia bastante gamberra, donde el humor y el weird se dan de la mano para componer escenas que son extrañas e hilarantes al tiempo. Y de escenas tenemos muchas y variadas. Pues, como adelanta el título, en esta obra encontramos recogidas trece aventuras de Salomon Joch, protagonista y narrador de las mismas.
Cada una de las historias que componen Los 13 exorcismos de Salomon Joch son piezas independientes, relatos redondos sin más nexo entre sí que formar parte de la historia de vida de su protagonista. Por ellas desfilan un sinfín de curiosos personajes con los que Salomon Joch debe lidiar de modo más o menos activo: ancianas con miles de gatos, demonios que hacen puentes, reinas reencarnadas, diosas arcanas… Todo un catálogo de excentricidades que ponen a prueba la pericia de Joch. Y exponen también sus poco ortodoxos (y hasta cuestionables) métodos.
PAISAJE REAL, TRAMAS INVENTADAS (Y ALGÚN QUE OTRO HOMENAJE)
Otro punto a favor de Los 13 exorcismos de Salomon Joch es su capacidad para crear narraciones aparentemente verídicas. O, por lo menos creíbles para el lector. Historia y mito se mezclan y deforman al gusto y conveniencia de Arquier-Parayre, la cual cosa dota de verosimilitud a algunos de los casos del exorcista.
Contribuye a afianzar esta sensación de estar ante algo «plausible» el uso magistral del paisaje que hace su autor. Todas las correrías de Salomon Joch tienen lugar en el Sur de Francia, territorio natal de Paul Arquier-Parayre. Nombres reconocibles y ubicaciones visitables confieren a las historias del padre Joch esa aura de realidad que hace que más de un lector le haya echado un ojo a los mapas (y a las webs de turismo) para imaginarse las escenas que nos son narradas.
Pero que nadie se lleve a engaño. Los 13 exorcismos de Salomom Joch no tiene ninguna intencionalidad de crear supuestos realizables al estilo de Dan Brown. Si bien es innegable que el autor es ciertamente fan y lector de estas obras. Y para desmontar cualquier tono de solemnes revelaciones, además de contar con las extravagancias de su protagonista, el autor se vale de escenas rocambolescas que se solucionan de un modo tan o más peculiar. Cualquier atisbo de realidad queda hecho pedazos entre demonios de acento germano, misas negras exageradas o reencarnaciones imprevistas.
Aunque las referencias prevalecen. Y a ojos de un lector cinéfilo o aficionado a los misterios, la obra de Arquier-Parayre está repleta de guiños y homenajes muy divertidos de descubrir. Además, los lectores curiosos encontrarán al final del libro una breve nota del propio autor revelando algunas curiosidades sobre los escenarios y aventuras de Joch.
Paul Arquier-Parayre
PEQUEÑAS PIEZAS DE UN PLAN MAYOR
Pero no estamos ante una simple recopilación de relatos, si bien nada nos impediría disfrutar de la lectura planteándola de ese modo. De hecho, la sensación de estar frente a varias aventuras independientes perdura hasta el tercio final de la obra. A partir de este momento, algunas piezas empiezan a cobrar sentido y Los 13 exorcismos de Salomon Joch se convierte en un todo que explica una historia más grande.
La idea de Arquier-Parayre de ordenar las aventuras del padre Joch de modo cronológico ayuda a que el choque entre un inicio distendido de historias sueltas no desentone demasiado con el cierre conjunto que se le da a la obra en las aventuras finales. Y es que, cuando el lector cree conocer bien a ese peculiar sacerdote que lleva el culo al aire bajo su sotana, sale a la luz un secreto que le da una vuelta de tuerca a todo. Ah, y también se desata el Apocalipsis.
Sin embargo, si algo hay que recriminarle a esta obra es la brevedad de todas las aventuras de su protagonista. Sin apenas excepción, la mayoría de estas historias presentan una estructura parecida donde el preámbulo o presentación del problema tiene mayor duración que su resolución. A menudo, Joch actúa como un simple mediador en conflictos que pueden resolverse por sí mismos sin intercesión alguna. Y en otros casos, acomete contra la dificultad de modo tan directo (y extravagante) que el asunto queda zanjado en apenas un par de párrafos.
Dado que nos hallamos ante una obra de apenas doscientas páginas, se comprenden la razón de que estas historias no puedan profundizar más en la trama o en el carácter de los personajes secundarios. Pero en ocasiones, esta falta de desarrollo puede llegar a dejar cierto regusto a insatisfacción al culminar la lectura de uno de los episodios. Y es que, por carismático que sea Salomon Joch, en ciertos momentos se echa en falta poder sumergirnos algo más en su mundo. O poder quedarnos atrapados en él durante unas cuantas páginas más.
LOS 13 EXORCISMOS DE SALOMON JOCH: CONCLUSIONES
Con todo, Los 13 exorcismos de Salomon Joch da lo que promete: aventuras, un tono distendido y un protagonista singular. Es una obra de entretenimiento, sin más pretensión que la de hacer disfrutar y reír al lector (que no es poca cosa). Y se nota en cada página de esta obra, que coquetea descaradamente con el pulp, lo mucho que su autor gozó al escribirla. Hay amor entre sus páginas, suficiente para compensar los arranques de mala leche de su protagonista, al que le acabas cogiendo cariño aunque sea un impresentable. Quienes disfruten con la narrativa de aventuras, rápida y directa, congeniarán con la obra de Paul Arquier-Parayre. Quienes aspiren a tramas retorcidas, terror extremo y mucha oscuridad demoníaca… Se han equivocado de exorcista.
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