Reseña: Vagabundos

by Borja Bilbao
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Título de la obra: Vagabundos
Autora: Hao Jingfang
Editorial: Nova
Traducción: Agustín Alepuz Morales
Año de edición: 2020
Extensión: 576 páginas
Encuadernación: rústica con solapas
PVP: 20,90€ (papel), 9,99€ (digital)


Gracias al goteo esporádico pero constante con el que nos llegan obras de origen chino los lectores de ciencia ficción en castellano seguimos teniendo la oportunidad de conocer una manera distinta de ver el género que tanto nos cautiva.

Hace unos años que la trilogía de Cixin Liu, El Problema de los Tres Cuerpos, nos hacía salir de nuestra zona de confort y rompía barreras no físicas de tiempo y distancia. Nos reconciliábamos con una gigantesca escala de problema que supera a lo que las tendencias actuales parecen dirigirse. Lo que se plantea en Vagabundos igualmente rompe la barrera de nuestro mundo aunque no resulta tan ambiciosa y se queda en hechos de un futuro lejano no tan lejano, llevándonos a una Marte autónoma e independiente en la frontera entre los siglos XXII y XXIII. En el momento en que sitúa la novela ha pasado un siglo desde que la sociedad construida en el planeta rojo rompiera lazos con el planeta azul de donde provinieron los primeros colonos. La sociedad marciana, aparentemente acomodada, empieza a sentir que un futuro mejor puede ser posible.

VAGABUNDOS: LA DICOTOMÍA

Los distintos colores con los que actualmente identificamos a la Tierra y Marte también suponen un contraste en la forma en que cada sociedad se ha edificado. La contraposición de una versión utópica de estos dos modelos es la base de Vagabundos. Por un lado, la comunista. Por otro, la capitalista. Para ello, Hao Jingfang se sirve de una serie de jóvenes que son enviados a la Tierra con el afán por parte del gobierno marciano de mejorar las relaciones entre los planetas, una vez que la escisión rompió buena parte del intercambio de toda índole entre ambos.

Vagabundos

Cuando estos personajes regresan a sus orígenes tras vivir la experiencia terrestre durante un lustro, el choque social, cultural y personal saca a la luz preguntas y situaciones que al propio lector le hacen pensar y mirar al infinito, de la misma manera que algunos de sus protagonistas, reflexionando sobre los pros y contras de cada uno de estos mundos.

La situación de la Tierra a dos siglos vista no es muy diferente a la que las previsiones más socialmente apocalípticas nos presentan a día de hoy. En un planeta donde los recursos apenas sirven para mantener una pequeña parte de una población multiplicada y cuyo única forma de seguir ampliándose es a través de crecer en altura (algo que ya sucede en muchas de las ciudades actuales), el capitalismo más enfervorecido ha dimensionado su amplia red basada en generar dinero al coste más reducido posible. El sistema hace tiempo que no se sostiene pero la huida hacia adelante no cesa en una espiral de consumo de destino incierto donde el individualismo es, si cabe, más fuerte.

Vagabundos

Hao Jingfang.

En Marte, la situación que se presenta es, en inicial apariencia, idílica. En una sociedad reciente, creada sin prejuicios ni rencillas históricas, el bien común es la base de su forma de vida. Evitando denominarlo como comunismo, Jingfang presenta un planeta rojo donde la vivienda y el dinero no son el camino hacia el triunfo. La base de la pirámide alimenticia esta igualmente cubierta con los limitados recursos que la tecnología marciana es capaz de generar. Con todo esto, los marcianos no tienen las preocupaciones que en ocasiones asedian nuestras mentes y bloquean la creatividad en aras de mejorar la sociedad en su conjunto. El bien común por encima del individualismo, aun a costa de limitaciones en pensamiento y recursos vitales.

UTOPÍAS Y DISTOPÍAS

Llegados a este punto parece lógico pensar que la versión vital marciana es claramente más positiva que la que iremos conociendo de la Tierra gracias a las referencias en las conversaciones de aquellos que han vuelto. Buena parte de Vagabundos, sin embargo, se basa en mostrarnos las virtudes y carencias de cada uno de esos modelos. Al igual que en muchas de las facetas de nuestra vida diaria, las cosas no son blancas o negras sino grises. A veces un gris más claro, otras más oscuro, pero gris en cualquier caso.

Aunque cuenta con varios personajes, la narración se centra durante la mayor parte del libro en Luoying, una bailarina que a su regreso de la Tierra choca frontalmente con el modo de vida marciano. A través de diversas situaciones, conflictos y conversaciones (las cuales, durante la primera mitad del libro, son principalmente infodump) Luoying descubre que detrás de la cara amable de la sociedad comunista marciana se esconden otras tantas debilidades que la hacen contraponer en todo momento lo vivido en la Tierra comparado con su modo de vida a su regreso a Marte.

La sosegada trama que se teje durante tres cuartos de lectura se revela en un complot contra el recientemente creado status quo marciano que termina por explotar en su tramo final. La visita terrestre remueve las conciencias de las personas que, ante cualquier situación, siempre buscaran lo mejor para cada uno de ellos.

No es Vagabundos una novela trepidante. Tampoco es una novela de acción o de suspense. Durante sus casi seiscientas páginas apenas tienen lugar un puñado de situaciones que alteran la incómoda tranquilidad de sus reflexiones. Al igual que las diferentes sociedades que se confrontan durante la novela, la sensación que deja en la persona que lo está leyendo puede ir desde el profundo aburrimiento a la absoluta fascinación por las numerosas especulaciones y cavilaciones que rellenan el largo volumen. Volviendo a la comparativa inicial, aunque en un contexto muy distinto, esta novela es una versión extendida, en cuanto a ritmo, de las partes menos especulativas de El Problema de los Tres Cuerpos, novela a la que seguramente muchas personas que leáis este texto os habéis acercado en algún momento.

LA SOCIEDAD EN EL CENTRO DEL ANÁLISIS

Aunque Hao Jingfang se dio a conocer hace unos pocos años gracias al premio Hugo a mejor novela corta por Entre los Pliegues de Pekín (incluida en la antología Planetas Invisibles publicada por Runas) es Vagabundos su primera y, de momento, única incursión oficial en la novela en formato largo. Una obra que nos llega en una exquisita traducción directa del chino por parte de Agustín Alepuz Morales y que se une a la cada vez más representativa colección de ciencia ficción china que afortunadamente estamos teniendo la oportunidad de leer gracias a Nova y la ya mencionada Runas.

El completo análisis social, económico y cultural que propone Vagabundos contraponiendo la individualista Tierra y la colectiva Marte se presenta con una pausada trama llena de momentos, conversaciones y reflexiones que invitan a bajar el libro y pensar en cómo sería nuestra visión en una situación similar. Un volumen que busca remover el pensamiento con una conclusión abierta a las interpretaciones y situaciones personales de cada persona que lo lea. Quizá sea una piedra más en el individualismo mientras soñamos un futuro mejor.

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