Este año las vacaciones se presenta difíciles para la mayoría de nosotros. La realidad, en su empeño por superar a la ficción, nos ha “obsequiado” con una pandemia mundial. Un virus que además de poner en riesgo nuestras vidas, nos ha encerrado en casa. Pero eso no significa que viajar sea un imposible. Siempre podemos optar explorar otros lugares. Hacer turismo y viajes por los mundos de fantasía. ¡Y sin movernos del salón!
SURCANDO LOS MARES
Un clásico vacacional es pasearse por la playa y darse un buen chapuzón. ¿Quién no sueña con sentir la salitre en la cara y la arena caliente bajo los pies?
Una ruta por las islas siempre es una buena opción. Y más cuando el mundo entero se compone de pequeñas islas. Algunas remotas, otras agrupadas en archipiélagos. Pero todas ellas distintas, únicas. Mágicas. Hablamos sin duda de Terramar, el mundo creado por Ursula K. LeGuin, una de las grandes figuras de la literatura de género. Quienes no conozcan Terramar tienen este verano un buen pretexto para explorarlo.

Arte de Luke Berliner.
Pero no todo el mundo se contenta con paseos insulares. Hay quienes necesitan abandonar la tierra y lanzarse al mar. Sentir las olas contra el casco de una nave y el viento salobre contra la piel. Ver el azul del cielo fundirse con el azul oceánico. Una escena tan bella que es pura fantasía.
Probablemente los habitantes de Efímera, la ciudad costera creada por Juan F. Valdívia, no compartan esta percepción. Y es que resulta difícil ver el mar como un paisaje idílico cuando una horrible tormenta amenaza desde las olas.
Con todo, los lectores de fantasía que disfruten con las aventuras náuticas harán muy bien de sumergirse en Efímera (Ediciones El Transbordador). Enrolarse en la Embestida del Sol Taciturno puede ser un gran plan para estas vacaciones. Y tranquilos, a bordo estaréis seguros mientras el capitán Mistraquiis logre dominar la nave. O tal vez no.
HUYENDO DEL CALOR
No a todos les gusta torrarse al sol. Cuando llega el calor, hay quienes solo buscan un rincón donde esconderse del bochorno. Por suerte para ellos, existen destinos para viajes de fantasía en los que el calor ni está ni se le espera.
Y no hablamos de Más allá del Muro. Aunque si alguien no conoce Canción de Hielo y Fuego, siempre es buen momento para darse un tour por Poniente. Allí hay una gran riqueza paisajística y cultural. Por haber, hay hasta heroínas que son dignas sucesoras de Éowyn.
Quien también goza de un clima envidiable (helado) y de diversidad de paisajes es el planeta Goblin. Es este un cuerpo celeste remoto, aunque eso no ha evitado que los humanos metan sus narices en él. Los lectores en catalán podrán delectarse con las crónicas de viaje de un grupo de elegidos exploradores que fueron enviados a investigar. Cartografia del planeta Goblin (Edicions Secc) es un compendio de relatos sobre exploración espacial, mitología y un humor perverso. Todo ello a varios grados bajo cero, por supuesto.

Arte de Matthias Westhoff.
Nadie duda que el mejor lugar para huir del calor son los páramos helados. Y no hay desiertos de hielo con más atractivo para el lector de fantasía que los de Neimhaim (Fantascy), creados por Aranzazu Serrano. Un mundo de corte vikingo, brutal y salvaje, donde la nieve a menudo se vuelve roja de sangre. Nada tiene que envidiarle Neimhaim a los violentos mitos nórdicos de los que bebe. Unas historias que la autora conoce bien, tal y como ha demostrado en Loki y la profecía del Ragnarok, por ejemplo.
Y es que los bárbaros aún generan una gran fascinación para los lectores. Tal vez sea por el largo recorrido que han tenido en la literatura de género. O porque algunos de ellos son ya tan icónicos que forman parte del imaginario popular.
Así ocurre por ejemplo con el célebre Conan el Bárbaro. Durante este año hemos reseñado en la web la mayoría de los tomos integrales editados por Planeta Cómic. Seas nostálgico o neófito en sus aventuras, puedes usar la temporada estival para acompañarle en sus viajes y descubrir a un clásico de ahora y de siempre.
EN CONSTANTE MOVIMIENTO: VIAJES DE FANTASÍA
No todo el mundo disfruta de las vacaciones estáticas. Hay quienes necesitan aprovechar este tiempo de descanso para moverse. Las almas inquietas precisan de mucho terreno para moverse y explorar. A veces, sistemas planetarios enteros.
Quienes sienten esta necesidad disfrutarán ampliamente con la prosa de Becky Chambers. La autora estadounidense acoge a bordo de La Peregrina a cualquier viajero errante. No es la mejor nave espacial, de hecho, solo es una tuneladora parcheada. Pero como ocurre a menudo con las naves, las apariencias engañan.
Dentro de La Peregrina hay muchos mundos. Tantos como tripulantes. Y será un placer para los lectores poder conocerlos mientras realizan El largo viaje a un pequeño planeta iracundo. Y para aquellos que ya conocieran a la tripulación, seguro que tienen ganas de reencontrarse con ellos en Una órbita cerrada y compartida (Insólita), reseñada en el Nº8 de Windumanoth.

Arte de Christopher Doll.
Aunque no todos los saltos por el espacio son tranquilos. Y si no que se lo pregunten a Dietz, protagonista de La brigada de la luz (Runas/Mai Més). Para los soldados, los saltos de luz suponen una pesadilla. Y no solo porque así los envían al campo de batalla. Sino porque a veces no logran volver bien de esas excursiones. No hay viajes de placer en la obra de Kameron Hurley, aunque sean de fantasía.
Acompañar a Dietz y a su compañía durante sus misiones bélicas a Marte puede ser un buen destino para nuestros viajes de fantasía este verano. Siempre y cuando se tenga estómago para presenciar el sinsentido y los horrores de la guerra, claro. No toda la literatura de género es fantasía idílica.
TURISMO DE CIUDAD
Pero para alejarse del mundanal ruido en vacaciones no siempre es necesario hacer kilómetros. A menudo basta con hallar una ciudad bonita donde pasar nuestros días de descanso. El abanico de posibilidades es muy amplio en este campo. Hay una ciudad de fantasía adecuada para los viajes de cada uno de nosotros.
A los arqueólogos, por ejemplo, les encanta ver ruinas de antiguas civilizaciones. Y tal vez no haya ruinas más dolorosas de contemplar que las expuestas en Ciudad (Minotauro), el clásico de Clifford D. Simak. Esta obra, traducida recientemente al catalán por Chronos, está formada por un compendio de relatos donde los habitantes actuales de la Tierra, los perros, nos cuentan sus historias. Unos cuentos fantásticos, pues para ellos, el ser humano es un mito de tiempos pasados.

Arte de Artur Sadlos.
También es posible visitar dos ciudades simultáneamente. Esto es lo que nos ofrece La Ciudad y la Ciudad (La Factoría de Ideas), de China Miéville. En esta obra, ganadora de un Locus en 2010 y editada al catalán por Mai Més, la ciudad noreuropea de Beszel vive superpuesta a la rica urbe de Ul Qoma. Dos ciudades que se tocan y se ignoran a la vez. Todo un reto para la mente.
Viajar por las ciudades no es solo perderse en la esencia del paisaje urbano. A veces pueden hacerse actividades más emocionantes. Por ejemplo, seguir la pista de un detective adicto al tabaco para descubrir monstruos horribles. Esa es la apuesta de Cassandra Khaw en Persons non grata (Mai Més).

Arte de Jan Ditlev.
La novela, publicada en catalán, nos invita a recorrer los bajos fondos de ciudades anónimas de la mano de John Persons. ¿Para espirar esposos infieles y mafiosos? No, para cazar, desgarrar, morder y hacer pedazos a horrores cósmicos. Seguir a Persons en sus aventuras es garante de emoción. Pero nadie te asegura que luego puedas dormir sin pesadillas. Ni que mantengas la cordura tras el viaje.
VIAJES DE FANTASÍA INTERIORES
Pero si algo es deseable en vacaciones es la paz. Encontrar un rincón del mundo donde estar tranquilo y dedicarse tiempo a uno mismo. Hay que cultivar nuestro espíritu y nutrirlo con nuevas historias y reflexiones.
Quienes ansían un retiro apacible e inmersivo, seguro que disfrutan visitando Matenadarán. Así se llama el limbo que Lluís Rueda nos presenta en Lucificción (Orciny Press). Es este un lugar remoto y algo yermo. Un paisaje desierto donde las historias inacabadas prosperan. Un mundo de segundas oportunidades donde todos pueden hilar sus narrativas vitales. Prodigios de la fantasía. Y de la metaficción.
Puede que no haya mejor lugar para el reposo del alma que un nido de historias. Por ejemplo, una biblioteca entera de ellas. Ese es exactamente el escenario de El Archivo (Minotauro), bilogía de Victoria Schwab. Una biblioteca que sirve a su vez como lugar de reposo a los difuntos.

Arte de Andreas Rocha.
Aunque a un lector le parezca el paraíso, no todos los finados opinan igual. Algunos de estos fantasmas tratan de escapar de El Archivo, cosa que hace la tarea de los bibliotecarios imprescindible. Así que estos guardianes no tienen más remedio a veces que correr por la ciudad para devolver a su sitio a estas historias fugitivas.
Una tarea que, tal y como le ocurre a Mac, la protagonista de la bilogía, a menudo se hace dolorosamente pesada. Correr por las calles tras ella leyendo las historias pasadas puede ser, sin lugar a dudas, toda una experiencia para el lector de fantasía.
Como veis, hay mil formas de viajar sin desplazarse. Los mundos de la literatura de género son ventanas tan diversas que es imposible no hallar en ellos un destino donde hacer turismo y viajes de fantasía. Y además de la forma más sencilla posible. Solo hace falta tener a mano un libro y unas cuantas horas muertas para bucear en él.
Arte de imagen destacada: Jan Ditlev