Reseña: Los ojos bizcos del sol: Subsolar

by Tomás Rivera
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SubsolarTítulo de la obra: Los ojos bizcos del sol #3. Subsolar
Autor: Emilio Bueso
Editorial: Gigamesh
Año de edición: 2020
Extensión: 384 páginas
Encuadernación: Tapa dura
PVP: 46 € (Edición Oro) 36 € (Edición Plata)


Tras una espera dilatada, como tantas otras, por la situación excepcional de este año 2020, llega finalmente a las librerías Subsolar, la conclusión de Los ojos bizcos del sol, la trilogía de ciencia ficción biopunk de Emilio Bueso publicada por Gigamesh. Una serie que dio mucho que hablar por su arriesgada propuesta editorial, y de la que aguardamos también su adaptación al cómic por parte de Jordi Pastor. Tras disfrutar de Transcrepuscular (2017) y Antisolar (2018), culminamos la trilogía con su volumen más épico, pero con una notable inspiración espagueti western.

UN POCO DE HISTORIA

Recordemos que Los ojos bizcos del sol se ambienta en un planeta cuya órbita le hace mostrar siempre el mismo hemisferio a la luz solar. Por lo que el único lugar habitable con comodidad es la franja del ecuador, el ojo Transcrepuscular. Mientras que los otros dos hemisferios, el Antisolar y el Subsolar, son dos infiernos de hielo y desierto respectivamente, que acogen un modo de vida muy sufrido y riguroso.

El Alguacil. Arte conceptual de Silvia Vicente Rizo.

Este planeta es una colonia minera, y sus aborígenes son invertebrados gigantescos: insectos de todas clases y caracoles. Estos últimos pueden simbiotizarse con los humanos, proporcionándoles facultades aumentadas. Pero a lo largo de los volúmenes anteriores, los protagonistas descubren la agenda oculta de la Gran Colonia, la entidad omnímoda que conforman los caracoles con su mente colmena.

Así que una historia que comenzó con el robo de una reliquia en la ciudad custodiada por El Alguacil, el protagonista-narrador, y que lo arrancó de su mundo ordinario junto a la Regidora de su población, terminará con una batalla épica contra la Gran Colonia. Por el camino descubrirán los orígenes de su mundo y reunirán aliados pintorescos, extraídos de todas las subculturas del planeta.

SUBSOLAR: TODAS LAS CARTAS BOCA ARRIBA

Uno de los puntos fuertes de Los ojos bizcos del sol es la habilidad de Emilio Bueso para ir desvelando poco a poco la realidad del mundo que ha creado. Un descubrimiento en el que el lector acompaña a los personajes en un proceso de anagnórisis conjunta. En este Subsolar el proceso concluye, y lo hace a lo grande, revelando todo lo que quedaba por saber sobre el origen y el presente de la colonia minera, sus habitantes, la Gran Colonia y los Antiguos.

Subsolar

Con un giro argumental añadido: Emilio Bueso llevará su mundo de ficción al campo de la historia cíclica y a la tesis del eterno retorno. Una asunción del materialismo dialéctico que la entronca con más fuerza que nunca con la mitología nórdica y con las filosofías orientales, principal inspiración de la serie. Y, en la literatura de ciencia ficción, a la trilogía Heliconia de Brian W. Aldiss (con la que comparte también otros elementos), así como a Matrix y otros clásicos del género.

REUNIENDO ALIADOS PARA LA BATALLA

Los ojos bizcos del sol se caracteriza por su nutrido elenco, algo que permite a Emilio Bueso jugar con los diálogos, muy extensos, en los que participan varios interlocutores a los que proporciona su propia voz característica. El grupo protagonista fue creciendo a lo largo de la saga, y en Subsolar tendremos bajas e incorporaciones. Tanto por abandonos y fallecimientos como porque El Trapo, el simbionte lenguaraz que tanto nos recordó a un popular robot televisivo, cambia su cuerpo metálico por el de un pistolero obeso y totalmente infestado llamado Duplo Jack.

La Regidora. Arte conceptual de Silvia Vicente Rizo.

En esta captación de aliados, el Alguacil, la Regidora y el resto del grupo iterarán por el hemisferio subsolar, contactando con sus habitantes y dejando momentos para recordar, por vistosos o por chocantes. Durante la trilogía, Emilio Bueso nunca fue sutil en sus referencias, y en Subsolar desmonta las inteligencias colectivas de redes sociales como Forocoches o Menéame.

En cualquier caso, un número tan alto de personajes podría entorpecer la narración, y más cuando los diálogos son tan abundantes. Pero el autor logra que la trama avance y estos parlamentos contribuyan a empujarla. Un rasgo que ayuda es que ciertos personajes, como Angus o Duplo Jack, sirven apenas de apoyatura, con frases cortas, directas y repetitivas. Algo que además aporta desahogo cómico. Solo se echa en falta un menor uso (y una mayor variedad) de los verbos dicendi, algo que denota que Bueso prepondera la trama y el worldbuilding sobre los aspectos formales.

UN SPACE ESPAGUETI WESTERN

Este descuido intencionado del estilo conlleva que la narración sea seca, directa y un poco desmañada, y que tenga un toque áspero que, curiosamente, le proporciona expresividad. En resumen, parece tomar los modos del espagueti western y llevarlos a la narrativa. Algo que beneficia a la ambientación desértica y al mosaico de ciudadelas y estaciones de paso que retrata Emilio Bueso en Subsolar. Un escenario que nos lleva tanto al western europeo como a los paisajes de Oriente Medio y su Ruta de la Seda. Con zocos, oasis y caravasares coloridos y abigarrados, en cuyas callejuelas confluyen viajeros de todas las procedencias y donde se roba, se mata y se traiciona por pocas monedas.

El Astrólogo. arte conceptual de Silvia Vicente Rizo.

La situación a la que llegan los personajes, que vinieron evolucionando a lo largo de la saga, pondrá a juego lealtades y principios, y el autor sigue desarrollando bien la relación entre ellos. De modo que su intrahistoria es tan interesante como el hilo argumental central, siendo ambos indistinguibles. El Alguacil, La Regidora y Wing Melin llevan la mayor parte del peso, con El Trapo ganando aún más protagonismo y estrechando su lazo con el narrador. Las decisiones de Sun Qi (o simplemente El Alguacil), nos sorprenderán más de una vez, si bien se mantienen dentro del pacto narrador-autor y no resultan incongruentes.

SUBSOLAR: UNA CONCLUSIÓN EN ALTO

Subsolar culmina en alto la trilogía de Los ojos bizcos del sol, en sentido concreto y metafórico. Los pasajes finales son realmente emocionantes, narrados con pulso. El relato de la batalla podría extrapolarse a una novela de fantasía grimdark, reemplazando aquí magia y armas blancas por tecnología biopunk, insectos gigantes y fortificaciones orgánicas que evocan a La Nueva Carne de David Cronenberg.

Emilio Bueso.

Emilio Bueso ha dejado una trilogía fundamental para la literatura fantástica en castellano, con un nóvum cautivador (esa tecnología orgánica basada en los insectos gigantes y la idea de la simbiosis con la Gran Colonia de caracoles). Se pueden echar en falta algunos elementos que busca el público actual. Pero su estilo personalísimo, escrito sin concesiones, que retuerce (y, en cierto modo, deconstruye) los lugares comunes del género, introduciendo además altas dosis de humor negro, la convierte en una lectura necesaria para los amantes de la ciencia ficción.

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